Verónica
En el cine de terror actual hay dos corrientes claramente diferenciadas; la, la primera de ellas, la taquillera, genera millones de euros y está encabezada por James Wan siendo su máximo exponente El Expediente Warren, una la sublimación de lo que ya hizo el propio Wan, con cuatro duros, con Insidious, la segunda, que podríamos llamar artística, tiene varias ramificaciones y sus representantes serían It Follows (2014), Babadook (2014) y La Bruja (2016), todas ellas repletas tanto de interesantes conflictos como de varias capas de sugestivas lecturas, irónicamente, pese a que la rentabilidad de las que forman el segundo grupo es mucho menor que las del primero, éstas han sabido crear con mucha más efectividad y permanencia sus propios monstruos.
Creía importante señalar las actuales tendencias artísticas en cine de terror porque Verónica habita claramente entre ellas y quizá en ello reside su mayor error. La cinta nos cuenta como la presión del trabajo que requiere un hogar, con tres niños además, recae sobre una chica de 16 años debido a que su madre trabaja durante todo el día para ganar el sustento y su padre falleció hace tiempo, la chiquilla, que es aficionada a los temas paranormales, un día hace una ouija en el colegio con sus amigas y ahí comienza su pesadilla.
Paco Plaza conoce bien los hándicaps que conllevan la profesión de cineasta en nuestro país, además por partida doble, puesto que géneros como el fantástico y el terror residen en lo más hondo del ostracismo artístico español, el hecho de dirigir cualquiera cosa que no protagonice Dani Rovira es arriesgado, y, seguramente, haberse decantado por construir una cinta con un alto componente artístico hubiese imposibilitado que Verónica existiese. Teniendo en cuenta todo lo dicho, la película no está mal, Plaza ha conseguido que su cinta no resulte vacía e incluir un par de sustos, aunque eso no consiga eludir el hecho de que sus sustos son tibios y que el conflicto que la vértebra además de simple, está expresado con un lenguaje cinematográfico pobre y tosco.
Si bien es cierto que en de filmografía de Plaza no hay un estilo concreto, algo más de personalidad no le hubiese venido mal, sobre todo de cara a determinadas escenas y situaciones que parecen sacadas y/o resueltas como si de una TV movie se tratase (y no me refiero precisamente a las de Netflix). Si nos fijamos en un par de recientes ejemplos de triunfos patrios recientes que pese a haber acudido a géneros más que visitados, Tarde para la ira o Que Dios nos perdone, notamos como en ambas el estilo consigue sobresalir pese a lo complicado de sus propuestas.
En definitiva, el filme salva los muebles por los pelos gracias a su gran reparto y a su ambientación, aunque no llega alto ni en la eficacia del género ni en lo sugestivo de sus posibilidades.
Calificación: 5/10
Año: 2017
Duración: 105 min.
País: España
Director: Paco Plaza
Guion: Paco Plaza, Fernando Navarro
Música: Chucky Namanera
Fotografía: Pablo Rosso
Reparto: Sandra Escacena, Bruna González, Claudia Placer, Iván Chavero, Ana Torrent,Consuelo Trujillo, Sonia Almarcha, Maru Valdivielso, Leticia Dolera, Ángela Fabián,Carla Campra, Samuel Romero
Productora: Apaches Entertainment / Televisión Española (TVE)