Venganza 3 (V3nganza)
No todo vale. Tanto en el cine como en la vida hay ciertos límites que no se deben sobrepasar; puntos de no retorno que es mejor no abarcar, barreras que te alejan de tu propio desarrollo, de tu propio avance. Por mucho que tu pasado te avale y que tu evolución hasta ahora haya sido francamente positiva, existe un punto en el que el cuerpo te dice basta y en el que por mucho que des más es imposible que sobrepases los niveles de calidad que anteriormente alcanzaste. «Más» no siempre significa mejor.
Con Olivier Megaton, Liam Neeson y Venganza pasa justamente eso. Si bien los comienzos se podrían tildar de coj*nudos, ofreciendo una primera película (esta de Pierre Morel) con unos registros tanto a nivel interpretativo como visual más que potentes (contando con un Neeson «on fire»); a medida que los años han seguido su libre curso y con la incursión de Megaton (Transporter 3, 2008) en la franquicia, tanto la segunda como la tercera entrega de la saga han derivado en un pastiche sin sentido, en un descenso hasta los infiernos del cine mediocre sin frenos, cortándole las alas a aquella maravilla original; ha envejecido mal. Hay veces en las que si algo funciona, solo merece la pena continuarlo si sabes que va a seguir manteniendo el nivel, si no mejor dedicarse a otras lindes. «Más» casi siempre significa peor en estos casos.
Y no es que no haya motivos suficientes para volver a experimentar ese grado de tensión suprema a las que nos tenía acostumbrados la franquicia, no es que no deje de resultar atractiva en su forma; es que en Venganza 3 (V3nganza) todo es tan insulso y plano que cuesta mantenerse conectado. La frescura anterior quedó atrás, y tanto el desarrollo de los personajes como lo efectivo de las situaciones planteadas son del todo cuestionables, afectando totalmente a la efervescencia del propio Neeson en escena (al 25 % de su potencial). El rollo «One man army» ya se queda como mero telón de fondo, el protagonista absoluto ya no es el que era, pero es que tampoco se le da la importancia de antaño; y eso hace que el resultado final no sea el esperado (ni se acerque).
La acción aquí vuelve a centrarse en la figura de Bryan Mills (Liam Neeson), ex-agente de la CIA, que tras acontecer el secuestro de su ex-mujer y de su hija y enfrentarse a medio Paris y a media Estambul, volverá a enfundarse el traje de ahostiador profesional para vengar el asesinato de su ex-cónyuge. Rusos, policías y demás obstáculos se cruzaran en su camino hacia la verdad y la venganza. Más de lo mismo pero, esta vez, algo menos directo e infinitamente peor acabado. Una hostia menos contundente, menos letal. Una auténtica pena.
Persecuciones confusas, peleas de gatitos con cambios de plano desquiciantes, galletas a medias, diálogos estúpidos (80% de ellos de la mano de Mr. Forest Whitaker), personajes inútiles (el dúo dinámico de policías) y un anti guión «made in Le Merde» (y con más fugas que la política exterior española) son algunos de los condimentos que hacen que Venganza 3 parezca más una película de coña que otra cosa, una caricatura terrible de lo que fue en el pasado, una mancha en los gayumbos para Megaton y Luc Besson. En pocas palabras: un jodi*o error.
Si eres de los que la flipa con el cine de acción olvídate de ella, déjala que se quede en el baúl del olvido pillando polvo; existen mejores alternativas pasadas y presentes (espero que también futuras). Es hora de dejar descansar a Liam Neeson un rato, dejarlo reposar, que descanse el resacón de galletas en el que está inmerso. Merece mucho más que esto. Merecemos mucho más que esto.
Se cierra el ciclo. ¿Continuará?
Calificación: 3/10
Título original: Taken 3 (TAK3N)
Año: 2015
Duración: 109 min.
País: Francia
Director: Olivier Megaton
Guión: Luc Besson, Robert Mark Kamen
Música: Nathaniel Méchaly
Fotografía: Eric Kress
Reparto: Liam Neeson, Famke Janssen, Maggie Grace, Jonny Weston, Forest Whitaker, Dougray Scott, Jon Gries, Leland Orser, Andrew Howard, Don Harvey, Al Sapienza
Productora: Canal+ / Ciné+ / EuropaCorp