Una historia real

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¿Cuánto importa la verdad? ¿Realmente sirve siempre para mejorar cualquier conflicto o bien puede ser usada como un arma perniciosa y manipulativa? ¿Interesa más comunicar una versión fidedigna sobre cualquier hecho o es a veces más conveniente construir y adornar otra que te saque del atolladero? Verdades y mentiras. Verdades a medias y mentiras disfrazadas con ambigüedad. A veces el límite que separa ambos conceptos es demasiado difuso y estos se difuminan aún más cuando los márgenes de la ética personal y profesional se relajan. Por desgracia, el ser humano es capaz de maquillar con el lenguaje aquello que ocurre y ocurrió, con todas sus consecuencias. Toda historia tiene tantas versiones como testigos. Todo suceso puede ser reinterpretado perversamente hasta perder su significado y cambiar los matices que tienen que ver con su intencionalidad .

Este conjunto de cuestiones guarda una relación muy estrecha con Una historia real (True Story), la nueva película de Rupert Goold, un realizador que hasta ahora solamente tenía en su haber un par de adaptaciones sobre obras de Shakespeare destinadas para la televisión. Su propuesta es un drama algo irregular sobre las verdades a medias y la importancia de no sucumbir ante la mentira en la que un periodista desacreditado por su falta de ética profesional y un criminal se enfrentarán cara a cara para dilucidar la realidad de un horrible crimen familiar y de camino, tratar de aportar algo positivo a su problemática situación. Una historia de esas en las que casi nada es lo que parece y a las que es mejor acercarse sabiendo lo menos posible sobre su trama, ya que, a priori, su interés principal radica en el suspense y los giros argumentales que ésta puede ofrecer.

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El hecho de que en una misma compartan cartel Jonah Hill, James Franco y Felicity Jones, ya es una garantía de por sí a la hora de atraer espectadores. Y la verdad sea dicha, puede que éste sea el factor que mejor funciona en ella, aunque, ciertamente, también se echa un poco en falta que se le hubiese dado un poco más de protagonismo al personaje de la actriz que rompió el panorama con La teoría del todo (The Theory of Everything, James Marsh, 2014). Sea como sea, los numerosos vis-à-vis que protagonizan sus dos protagonistas masculinos sirven para catapultar una cinta que, de otra forma, no hubiese funcionado con la misma efectividad.

El principal escollo que presenta la obra de Rupert Goold es su falta de ritmo ocasional y los altibajos que presenta su historia en cuanto a suspense se refiere. Ya sabemos que muchas veces las películas basadas en historias reales (como ocurre en este caso) adolecen de cierta incapacidad a la hora de despertar el mismo interés que las obras de ficción absoluta. Podría decirse, haciendo un símil con lo que le ocurre al personaje de Jonah Hill al principio de la cinta, que las historias que no pueden desprenderse de los límites impuestos por la veracidad no venden de la misma forma. Y esto es precisamente lo que le pasa a Una historia real, que su misma condición le priva de presentar sus cartas de otra manera más llamativa. Por tanto, podríamos decir que estamos ante una obra en la que importa más la actuación de su reparto y el retrato psicológico de sus personajes que el desarrollo de la trama en sí misma; aunque esto tampoco quita que nos llevemos alguna agradable sorpresa en su tramo final en cuanto a giros de guión se refiere. El caso, es que tampoco estamos ante una producción que llegue a sorprender con lo que nos cuenta y cómo lo cuenta.

En el apartado técnico podemos destacar un buen planteamiento en el uso de la fotografía, una banda sonora bastante decente y adecuada (aunque en ocasiones algo genérica) y un montaje que en ocasiones cambia con inteligencia la pausa y la contención por los cambios de intensidad con el fin de ayudar a la narración. Algún que otro bello paisaje y alguna secuencia acertada ayudan de vez en cuando a refrescar al espectador, haciendo que éste tome aire entre careo y careo. Es cierto también que la obra no se libra de caer en ciertos clichés escénicos, pero esta cuestión es más que lógica teniendo en cuenta que la carrera de Rupert Goold es aún breve.

Con todo, Una historia real, aunque no apasione en exceso ni sobresalga particularmente, es una buena opción para invertir una hora y media de tu tiempo viendo algo de cine. Su particular historia sobre un periodista que se propone publicar un libro basado en los macabros crímenes de un inquietante asesino aporta las suficientes dosis de intriga y entretenimiento como para salir satisfechos. La cinta funciona a tirones y en ocasiones hay que apelar a la paciencia para seguir viéndola, pero el cómputo final entre aciertos y errores merece la pena. Ya tan solo por ver el duelo interpretativo entre Jonah Hill y James Franco lo merece, así que podemos considerar todo lo demás como un plus que bien podemos comprar o no.

Calificación: 6’5/10

 
 

Una_historia_real_cartel_Ge_MCTítulo original: True Story

Año: 2015

Duración: 100 min.

País: Estado Unidos

Director: Rupert Goold

Guion: David Kajganich (Memorias: Michael Finkel)

Música: Marco Beltrami

Fotografía: Masanobu Takayanagi

Reparto: Jonah Hill, James Franco, Felicity Jones, Ethan Suplee, Gretchen Mol, Robert John Burke, Maria Dizzia, Genevieve Angelson, Betty Gilpin

Productora: New Regency Pictures / Plan B Entertainment

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