Un monstruo viene a verme
Si estudiamos las producciones de Mediaset o Atresmedia podemos coincidir en que el bombo que se les da está por encima de la media, de hecho llega a saturar tanto que la gente se ve obligada a ver el producto si no quiere sentirse rara, y como hoy en día existe la creencia de que el raro es el que no hace algo a lo que se ve incitado, todavía con mayor imperatividad se ven llevados al cine de la mano de familiares, amigos o lo que simplemente sea para colmar sus ansias. Posteriormente la gente dice estar “ante una obra de arte” y semejantes frases que merman las ganas del cinéfilo (aquel que va al cine a menudo, y no cuando lo dice la TV) y, quieras o no, influyen negativamente hacia lo que vas a ver. En este caso se realizaron premieres con estrellas, proyecciones con niños de escuelas, retransmitieron en directo una premiere en prime time en Telecinco (con lo que ello cuesta), etc… Sin embargo, un servidor acudió al cine, pensando que iba a ver algo sobredimensionado, y en parte así fue… pero por otra parte, se observa calidad y un buen trabajo.
Connor es un niño de 12 años que está viviendo la enfermedad de su madre en primera persona. Con la ayuda de un monstruo ve la posibilidad de salir del bache que está pasando, y a unas horas determinadas se verá absorbido por su universo de fantasía, la cual le enseña lecciones de vida para sobrellevar la realidad. Lewis MacDougall interpreta a Connor en su primera actuación, la historia se vuelca en él y él se vuelca en la historia, la interpretación es muy buena contando que no tiene experiencia en nada más (quitando apariciones testimoniales) y el enlace con la madre está magníficamente dirigido.
La película se divide en dos actos, el fantástico y el drama. Ambos se unen continuamente, sin embargo no considero que sea de manera atractiva, existe demasiado distanciamiento entre ellos. La aparición del monstruo y sus continuas historias influyen en el espectador, ayudan a comprender que ese monstruo podría ser algo más allá de imaginación, y enseñan la realidad de la vida, donde la perfección no existe, y los finales felices todavía menos. Lo que parece ser no es, y lo que te imaginas puede cumplirse o no, pero nunca dependerá de ti. Las interpretaciones filosóficas podrían ser eternas, de hecho hasta de cualquier película salen vertientes inentendibles, sin embargo la historia te encamina hacia algo que en el final se ve resuelto, y es ese monstruo… que parece ser, pero no es.
El drama no está mal llevado, aunque contraste muy notoriamente. Inicialmente nos inician en el drama maternal, poco a poco la madre va menguando hasta llegar a horas muy bajas, y aparece la abuela (Sigourney Weaver) salvando las escenas. La sensación es de hacer llorar a lo fácil, utilizando una enfermedad que a todos nos lastima si la vivimos y una persona joven, para agravar el problema. Además la fisiología va perdiéndose, con lo que todavía da más pena y llanto.
Una notable película donde destaca una magnífica fantasía, unos recursos utilizados convenientemente y unas actuaciones convincentes. No tan bueno es el drama, que a mí no me hizo llorar por la simpleza en la forma que es tratado, a lo fácil. Una película mega publicitada que, de manera extraordinaria, cumple con parte de lo que promete Mediaset. Esperemos que los próximos bombos publicitarios tengan cierta calidad como así la tiene la tercera película de J. A. Bayona.
Calificación: 7/10
Título original: Un monstruo viene a verme (A Monster Calls)
Año: 2016
Duración: 108 min.
País: España
Director: J. A. Bayona
Guión: Patrick Ness (Novela: Patrick Ness)
Música: Fernando Velázquez
Fotografía: Óscar Faura
Reparto: Lewis MacDougall, Sigourney Weaver, Felicity Jones, Liam Neeson, Toby Kebbell,Geraldine Chaplin, James Melville, Garry Marriott, Joe Curtis, Kai Arnthal, Max Gabbay
Productora: Coproducción España-Estados Unidos; Apaches Entertainment / Telecinco Cinema / Participant Media / RiverRoad Entertainment / Lionsgate