The invitation
Los premios de cualquier festival suelen ser polémicos. No satisfacen casi a nadie. La controversia está asegurada sea cuál sea el resultado. En 2015 , The Invitation se alzó con el Premio a la Mejor Película en el Festival de Sitges, derrotando a grandes propuestas como The Final Girls o Bone Tomahawk. No es un filme que destaque notablemente por su carga terrorífica o fantástica, sino que es un muy interesante thriller con algunas dosis de hemoglobina y violencia .
El principal mérito es transportar al espectador a un escenario minimalista, una cena entre amigos que terminará convirtiéndose en una de las piezas de un puzzle más complejo, de carácter notoriamente apocalíptico. En 2013, una película de ciencia ficción independiente, Coherence , con una premisa parecida, debía haber conseguido el ansiado galardón que finalmente fue a parar a la hilarante Borgman . Parece que la espina clavada en la organización del festival se ha resarcido en gran medida con The Invitation.
La Película comienza con la invitación que Eden realiza a su grupo de amigos, entre los que se encuentra su ex pareja Will, quien acude a la cita con su nueva novia. Es una cena de reencuentros, pues hace más de dos años que no se ven. Lo que debería ser una velada de risas y charlas llenas de complicidad, se convierte en algo inesperado que nada tiene que ver con lo agradable.
Existe en The Invitation el poso aun ferviente de un trauma penetrante, que el tiempo ha convertido en tabú y que no puede disimularse cuando la compleja red sentimental da la cara en plena reunión. Algo que todos conocen y nadie menciona por temor a despertar fantasmas del pasado, que en realidad nunca han dejado de estar. Este tratamiento del sufrimiento emocional por un hecho pasado nos lleva a recordar cómo en La desaparición de Eleanor Rigby (Ned Benson, 2014) se describía la desintegración de una pareja a través del dolor. Aquí también, la tristeza espiritual ha extendido sus tentáculos sobre Eden y Will y parece haber acabado con cada partícula de amor que había entre ellos. La infelicidad de Will y la alegría impostada de Eden, aun en polos opuestos, convergen en la inútil lucha por seguir adelante. Ella, más vulnerable, ha caído en un mundo de fantasía y fábula , mientras que él aún permanece sumido en la pesadilla inicial.
La cinta contiene un horror envolvente, una continua sospecha sobre lo que va a ocurrir en la cena. Vemos como uno de los comensales agasaja y le muestra al resto un vídeo de apariencia benigna y altruista. Parece que se respira paz y armonía. Entre los invitados, a cada cual le corresponde un rol psicológico muy diferente y poco a poco se irán planteando todo tipo de dudas sobre las intenciones de los anfitriones, quedando la resolución de la cuestión para el último tercio de la cinta.
The Invitation es un thriller psicológico que gira de manera constante en torno al dolor ante la pérdida que, en el confinamiento en el que se encuentran los invitados adquiere una connotación redentora, cuando la vía de escape pasa por cualquier tipo de sacrificio ajeno. La pelicula pone a prueba nuestra tolerancia frente al clímax de tensión in crescendo y paulatino que se va desarrollando a lo largo del metraje, tal como ocurría en Celebración (Thomas Vinterberg, 1998), en la que una fiesta de cumpleaños se convertía en el escenario perfecto para sacar a la luz oscuros secretos de familia.
La directora nos guía de manera astuta a través de esa cena de amigos, y como una araña espera a que las presas caigan en su red, mientras que la atmósfera se va tornando, lentamente, cada vez más enrarecida, con la suma de situaciones discordantes que parecen no encajar. La directora maneja con gran habilidad el reducido espacio del que dispone y la posición de la cámara. En ocasiones nos da un lugar en el sofá, somos un invitado más y otras veces disipa la presión que lo invade todo, al concedernos ángulos o puntos de vista de la estancia a la que nadie más tiene acceso. De igual modo, en ocasiones nos aproxima a Will, mostrándonos sus recuerdos o dejándonos ver a través de su mirada capciosa y beligerante, atenta a todo cuanto le rodea. Vivimos con él su paranoia y sufrimos la ansiedad que él soporta durante toda la noche. Sin embargo, en ocasiones, Kusama nos aleja de él y desde un enfoque en contraposición, podemos ver las aristas de la situación, al contemplar cómo Will se desenvuelve en una nebulosa neurótica de la que no puede escapar. Toda esta planificación narrativa consigue un efecto de transmutación constante en el pensamiento del espectador.
Karyn Kusama, responsable de otras cintas de cine fantástico como Aeon Flux, (2005), Jennifer´s Body (2009) y la serie Halt and Catch Fire, ha realizado su película más indie e intimista. En The Invitation destaca tanto la dirección, como la interpretación de sus personajes principales.
Lo más estimulante de un film como The Invitation, aunque no es absolutamente perfecto en su guion, en el que podemos encontrar algunas facilidades, es el reto psicológico que le crea al espectador, llevándole por donde quiere de manera astuta y honesta. Sin llegar a ser una obra maestra, su visionado es más que recomendable.
Calificación: 7/10
Título original: The Invitation
Año: 2015
Duración: 90 min.
País: Estados Unidos
Director: Karyn Kusama
Guión: Phil Hay, Matt Manfredi, Phil Hay, Matt Manfredi, Matt Manfredi
Música: Theodore Shapiro
Fotografía: Bobby Shore
Reparto: Logan Marshall-Green, Michiel Huisman, Tammy Blanchard, John Carroll Lynch,Mike Doyle, Emayatzy Corinealdi, Karl Yune, Toby Huss, Marieh Delfino, Michelle Krusiec, Lindsay Burdge, Aiden Lovekamp, Jordi Vilasuso, Jay Larson, Danielle Camastra
Productora: Gamechanger Films / Invitation, The / Lege Artis