Star Wars: El despertar de la fuerza
Emoción. Si algo buscaban los fans de Star Wars es emocionarse, llorar, recordar a los viejos fantasmas que vieron hace más de 30 años en el cine y con los que se creó el universo más rico de una saga de películas. Cuando Disney compró Lucasfilm y se anunció una nueva trilogía todo era un error, los insultos volaban por las redes sociales, todos nos llevamos las manos a la cabeza ante la locura que iban a cometer, sin embargo con el paso del tiempo la idea se fue asentando, la esperanza de encontrar algo potente iba creciendo, y la elección de JJ Abrams como director calmó mucho el enfado de algunos fans, aunque acrecentó el de aquellos que odian Star Trek y no les gustaba que el mismo director relanzase ambas sagas. Sin embargo fue aparecer el primer teaser y ya no se pensaba en otra cosa que en la gran fecha señalada para el estreno, tanto para ver si merecía la pena o si echaba por tierra todo lo anterior. Porque no hay que engañarse, el atrevimiento era enorme y más al saber que continuaba con la historia original, la trilogía clásica, y no se enrocaba en precuelas y conocimientos pasados a los ya conocidos. Abrams fue muy valiente al coger el guante que se lanzó, porque lo fácil era no jugarse el tipo ante el maremágnum que se le venía encima, y más tratándose de un director ya afincado y consagrado dentro de su estilo, con muchos proyectos disponibles. Así pues tras todo el trasiego que envolvió al estreno de Star Wars: El despertar de la fuerza, llegó el día.
Vas caminando hacia la sala, el hormigueo del estómago empieza a crecer, y según vas subiendo las escaleras para alojarte en tu asiento ves cómo la sala está llena, rebosante, y muchos de los espectadores con máscaras de Darth Vader, espadas láser e incluso algún cutre-traje de Leia. Bien, estás ante una saga que cosecha millones de fans en todo el mundo, por tanto sabes lo que te espera. Te sientas y empiezas a analizar… Niños de 10-12 años rebosantes de felicidad, los cuales probablemente se hayan aficionado por sus padres… Jóvenes de en torno a 30 años, seguramente fans de la juventud y que posteriormente vieron las precuelas en los cines… Y, lo más espectacular, señores y señoras de en torno 50-60 años, los primeros fans que disfrutaron de la trilogía original en las salas de cine y observaron el nacimiento del mito. Se me helaban los ojos al ver que alegría rebosaba esta gente, con su bol de palomitas customizado de Star Wars, y cómo se observaban la pantalla esperando ver la continuación de aquello que amaban, si realmente las expectativas se cumplían o simplemente es una película más sacadineros, de lo que Hollywood sabe mucho. Y así se apagaron las luces, los trailers y anuncios de rigor y… ahí estaba, la espectacular Opening Symphony de Star Wars, y empezaron los aplausos y vítores. Había muchísimas ganas, y ahí estábamos todos.
Una vez acabada la cortinilla inicial se inicia un nuevo viaje. Una nueva República se ha formado, sin embargo es seguida muy de cerca por la Primera Orden, una organización enemiga que lucha con la República para conseguir unos planos que sitúan a un personaje muy importante para los Jedi. Leia es la líder de la República, mientras que Kylo Ren es el líder encapuchado de la Primera Orden. A estos personajes se suman Rey, una joven chatarrera que se encuentra con BB-8 y se ve involucrada en el caso, y Finn, un desertor de la Primera Orden que busca su lugar en la galaxia. Un argumento muy dinámico con grandes descubrimientos y muchas sorpresas, bien es cierto que algunas se habían podido intuir a lo largo del desarrollo del film aunque la gran mayoría serán nuevas para el espectador. Un rejuvenecido equipo actoral que da la frescura que siempre necesita la saga Star Wars, encabezados por Daisy Ridley y John Boyega, dos prácticamente desconocidos como así ocurriera en la primera trilogía, y un reparto de galones encabezado por Harrison Ford y continuado por Carrie Fisher, dos viejos personajes que harán la delicia de los espectadores siempre que aparezcan en pantalla, rememorando viejas historias y dando poca elección al tratamiento del argumento de este rejuvenecimiento de Una nueva esperanza.
Esta es la película que todos los fans deseaban. Volver a ver en acción a la vieja escuela y entrecruzarla con sabia nueva, cerrar aquellas rencillas que quedaron abiertas en el episodio VI y relanzar la saga a la velocidad de la luz. Todo lo que se ve tiene un aire anticuado, los recuerdos te vienen a la mente con las sorprendentes revelaciones y nunca se aleja del hilo clásico de Star Wars, con determinadas situaciones que se acercan mucho al reboot, pero esto es Star Wars y lo que esperan, es una película totalmente necesaria para poder continuar limpiamente sin dejar flecos sueltos, con muchos caminos abiertos que se irán resolviendo en el episodio VIII y IX, pero cerrando aquellos que se liberaron en El retorno del Jedi con la previsión de lanzar más adelante estas películas. Porque no hay que obcecarse, el malvado no se arrima a Darth Vader, los protagonistas no son Luke ni Han Solo, los secundarios no son tan importantes (por ahora) como lo fuera Lando o Chewbacca en el pasado, pero todo ello tiene una explicación, y es la juventud de todos ellos. Me explico, Darth Vader llevaba tiempo en el lado oscuro, no divagaba y tenía sus ideas muy claras, no así Kylo Ren, que está poco formado en el lado oscuro, tiene sus dudas y peca del gen ‘niño pequeño’ con sus rabietas preescolares, pero se explica el porqué, y se explicará en las próximas entregas. Rey va muy acelerada, en poco tiempo es capaz de blandir un sable láser, y la explicación queda más que evidente en la escena más oscura de la película, aunque no se puede confirmar nada hasta ver la trilogía acabada. Y los secundarios no acaban de cobrar importancia, ¿por qué? muy sencillo, porque se trata de los protagonistas de las anteriores entregas, y solo por el carisma que liberan son capaces de comerse al resto.
Lo único que tengo claro al acabar el visionado es de que he visto algo grande, muy grande. Visualmente es una gozada, dejándose atrás los famosos brillos que caracterizaban a JJ Abrams, y luciendo maravillosa ante la pantalla de cine. Argumentalmente es lo que necesitaba la saga, nada más y nada menos, sin poder introducirme demasiado en esos derroteros para así evitar desvelar nada más. Los personajes son carismáticos, tienen química, en todos se explica su comportamiento tan diferente, lo que les hace encajar de manera casi perfecta. BB-8 es la reconversión de R2D2, y sigue el mismo camino que éste, llegando al encanto de lo clásico y comedia, aunque se le eche en falta un C3PO cabezota, el cual probablemente ha sido sustituido por uno de los protagonistas. Todo aquello que puede cogerse con pinzas se explica, en algunos casos muy explícitamente y en otros de manera algo escondida, pero se puede intentar intuir algo. Las preguntas pasadas quedan respondidas, las tramas originales se cierran, nuevas preguntas aparecen y para las nuevas respuestas habrá que esperar. Un final alejado del encuadre clásico de la hexalogía, con esos cierres siempre fijos mostrando los posteriores créditos. Un final que dice mucho sobre cómo se va a encarar este nuevo trabajo de Disney, totalmente alejado de lo clásico, aunque para ello se requería contar lo que ha sido contado. Un final que te saca la emoción de dentro y con el que no puedes evitar un lagrimeo. Una mirada enigmática que probablemente signifique mucho más de lo que nos han enseñado, un acierto del director de no haber acabado antes y guardar esa joya para cerrar de manera redonda la película, una muestra de que la luz está muy presente.
Mis ojos lo vieron. Tus ojos lo vieron. Todos los ojos lo verán. Este es el comienzo de una nueva aventura sobre la saga más rica de la historia del cine. Sin ninguna duda JJ Abrams ha sabido donde cortar, ha cuajado una transición limpia y potente. Como gran fan que es ha hecho lo que quería ver, y lo que todos queríamos ver, y ahora lanza el dardo a Rian Johnson hacia el episodio VIII, que sin duda tiene un gran artefacto con el que tratar. Gracias, gracias, gracias y más gracias.
Calificación: 8,5/10
Título original: Star Wars. Episode VII: The Force Awakens
Año: 2015
Duración: 135 min.
País: Estados Unidos
Director: J.J. Abrams
Guión: J.J. Abrams, Lawrence Kasdan, Michael Arndt (Personajes: George Lucas)
Música: John Williams
Fotografía: Daniel Mindel
Reparto: Daisy Ridley, John Boyega, Harrison Ford, Carrie Fisher, Oscar Isaac, Adam Driver, Domhnall Gleeson, Max von Sydow, Gwendoline Christie, Lupita Nyong’o,Andy Serkis, Anthony Daniels, Mark Hamill, Peter Mayhew, Kenny Baker, Katie Jarvis, Christina Chong, Miltos Yerolemou, Warwick Davis
Productora: Lucasfilm / Bad Robot / The Walt Disney Company