Sólo para dos
Toca ser sincero. Así, con producciones tan flojas, no vamos a ningún lado. Cuando uno se topa con películas como la nueva obra de Roberto Santiago, Sólo para dos (también conocida como Tu bikini en mi maleta, 2013) se queda a medio camino entre la estupefacción y el cabreo. Estupefacción al pensar cómo una supuesta comedia puede tener tan poca gracia, y cabreo porque es este tipo de películas el que usan los detractores del cine español para arremeter injustamente contra toda la industria en general. Aunque a decir verdad, en esta ocasión el dudoso honor de haber producido la película lo comparten también Argentina y Venezuela.
El propio director no tuvo reparos de admitir en su día que se trata de un proyecto por encargo. Según Roberto Santiago, recibió el guión a propuesta de un productor argentino y tras una serie de cambios, se embarcó en lo que sería su último trabajo hasta la fecha. Quizás, si pensamos en ello, resulte menos inexplicable que Sólo para dos se muestre tan exenta de gracia y afán. Sea como sea, lo que nos queda claro es que estamos tratando con una cinta a todas luces fallida que lleva al género a unos niveles verdaderamente ínfimos.
El argumento viene a ser el siguiente: Valentina y Gonzalo (Martina Gusman y Santi Millán respectivamente) regentan un paradisiaco complejo hotelero en las Islas Margaritas, el “Sólo Para Dos”. Tal y como su nombre sugiere, el exitoso negocio se basa en hospedar exclusivamente a parejas que desean disfrutar de su amor en un romántico paraje caribeño. Así que, básicamente, todo el lugar es una especie de azucarado nido de tortolitos emborrachados de su amante, el propio lema de la empresa reza: “Aquí honramos el amor.”. El problema es que Valentina y Gonzalo están viviendo la mayor crisis de pareja en 10 años, por lo que el contraste entre su negocio y su vida personal es además de irónico, triste a partes iguales. Paradójicamente, veremos que no sólo ellos son los que tienen su relación pendiendo de un hilo, pues muchos de sus clientes se verán involucrados en diversos líos de faldas en los que algo, o mucho tendrán que ver los dueños y empleados del propio hotel. Por tanto, la intención de la película es claramente satírica, pues parece que en ella el amor queda relegado a sucumbir ante los instintos y las pasiones más animales de sus personajes. Como resultado, Sólo para dos se aleja del tono dulzón de las comedias románticas norteamericanas y juguetea con el tono burlesco y satírico de la comedia de enredo de corte patrio.
Así pues, podemos decir que nos encontramos ante la típica historia repleta de parejas saltando de cama en cama y situaciones hilarantes en las que en la fidelidad es tan sólo una palabra de cuatro sílabas. Durante su hora y media aproximada de duración, veremos desfilar por la pantalla a un buen número de esposas inseguras, novias lujuriosas, maridos que no saben decir que no, y un diverso catálogo de personajes que no se cansan de practicar lo que aquél en su día llamase “amor loco”.
Todos sabemos que hay formas y formas de confeccionar un tipo de película así. Lo malo es que Roberto Santiago ha optado por las peores opciones.
Primeramente su principal fallo radica en su guión; resulta apabullante la poca sal que tienen sus chistes y lo torpe que se muestra cada vez que pretende mostrarse ácido. La cosa es de mera intuición, si tu broma no tiene gracia, no la repitas; no la alargues. Y Sólo para dos tiene varias escenas que pecan de eso precisamente. Hasta tal punto es así, que más de una vez el espectador se las va a ver deseándoselas para que pasen a otra escena y corten el dichoso chascarrillo de pura vergüenza ajena y hartazgo. Y si creen que estoy exagerando esperen al “momento cena”. Aparte de esto, los personajes parecen imbéciles. Una vez el lío de faldas se desata y tienen que jugar sus cartas, cada uno de ellos se muestra más iluso que el otro. Cada excusa que dan, cada explicación, resulta más surrelista y tonta. Y lo que es más inverosímil, parece que nadie se huele los cuernos hasta que le ponen su mano en el marfil. Increíble.
Vamos a otro fallo; su plantel de actores. Santi Rodríguez siempre actúa igual, siempre… si lo habéis visto en televisión, lo habéis visto en todas sus películas. Los mismos gestos, las mismas palabras atropelladas entre frase y frase, las mismas cadencias. Es impresionante como alguien puede tener tan pocos registros siendo un profesional de la interpretación. De hecho apostaría a que en su vida real es así pero sigue el guión que le va imponiendo su propia realidad cotidiana.
Martina Gusman sin embargo sí está algo más correcta, pero no tanto por su trabajo sino por el dibujo que el guionista trazó de su personaje, pues encarna perfectamente al prototipo de pareja que no tiene ni la más remota idea de lo que quiere en su vida. Es esa persona que lleva escrito en los genes el “Ni contigo ni sin ti”, y encima su novio le da motivos para ser tan indecisa. Lo dicho, a nivel interpretativo no se luce, pero al menos su personaje tiene interés.
Lo que ya es impresionante es el equipo de actores secundarios, todos ellos sobreactuados y fuera de lugar, en especial Antonio Garrido, que se las arregla fenomenalmente presentando programas de televisión, pero es capaz de hacer mal hasta un papel de esencia paródica. Si acaso se salva de la quema Nicolás Cabré, aunque su personaje sea odioso. Él no tiene la culpa.
Resumiendo; Sólo para dos es un catastrófico compendio repleto de malos chistes, malos actores y situaciones mil veces vistas. Os aseguro que no tiene nada interesante que aportaros que no hayáis visto una y mil veces en cualquier serie de televisión del estilo Aquí no hay quien viva (Alberto Caballero, 2003), o La que se avecina (Alberto Caballero, 2007). La fórmula es la misma, el tono es el mismo, por mucho que se lo quiera disimular con Jazz en la banda sonora y por mucho que se la sitúe en un paraíso terrenal. Así que me remito a lo que decía Homer Simpson en Los Simpson: La película (David Silverman, 2007), quien gritaba en plan socarrón algo así como: “¿Para qué pagar en el cine por algo que ya emiten en televisión?”.
Pues eso mismo, ésta película sólo es recomendable para quienes gusten de las fórmulas ya citadas y los más acérrimos de la comedia de enredo. Los demás, mejor que ni se molesten.
Calificación: 1,5/10
Título original: Sólo para dos
Año: 2013
Duración: 97 min.
País: España
Director: Roberto Santiago.
Guion: Roberto Santiago
Música: Diego Grimblat y Mariano Barrella.
Fotografía: Joan Benet.
Reparto: Santi Millán, Martina Gusman, Antonio Garrido, Nicolás Cabré, Dafne Fernández, Mariam Hernández, Paula Kohan, María Nella Sinisterra
Productora: Coproducción España-Argentina; Gloriamundi Producciones / Pampa Films
Pues tenía pensado verla, ¡gracias por ahorrármela!
Hombre, a lo mejor la ves y no se te queda una sensación tan mala como a mí. Pero te digo que hay mejores cosas que ver en el cine antes que esto, aunque me cueste decirlo así por ser cine español. Pero es lo que hay.