Selma
Los derechos no se buscan, se exigen. Esta es la premisa que transmite Selma a lo largo de su visionado, lo cual es claro y hoy en día (excepto en algunos sectores) está implantada en la sociedad. Algo que debemos tener toda persona humana, sin distinción al hablar de géneros o “razas”. Martin Luther King tuvo un sueño que acabó llevando a cabo, algo por lo que prácticamente vivió toda su vida y acabó logrando, pero los caminos no iban a ser de color de rosa. Los enfrentamientos y duros debates con multitud de impedimentos retrasaron este hecho durante años, pero gracias a la batalla de él con todo el pueblo negro consiguieron lo que cada uno de nosotros desea para él mismo y su familia, respeto y dignidad. Ava DuVernay lleva a la gran pantalla un fragmento de la vida de King, probablemente el más importante en cuanto a simbolismo, en unas fechas señaladas al coincidir con el 50 aniversario de la marcha de Selma. Una película necesaria sin duda, que en el mensaje recuerda mucho a 12 años de esclavitud, ganadora del Oscar a mejor película el año pasado.
Se narra la historia de Martin Luther King (David Oyelowo) durante la marcha de Selma a Montgomery, con la que busca reivindicar los derechos humanos del pueblo negro en Estados Unidos, lo cual concluyó con la aprobación de la ley para permitir el voto a los ciudadanos negros. Esta aventura empieza con una declaración de King frente al pueblo negro y acaba exactamente igual, con unos matices muy diferentes lo cual determina como estaban al principio y como acaban al final, sin duda uno de los puntos importantes. Se van manifestando continuamente las dificultades que debe solventar este batallador, incluyendo problemas personales que acaban afectándole en su objetivo principal, pero no acaba de centrarse en el guion ninguna de estas dificultades, sino que funciona como un cocktail de problemas del que no se incide en ninguno y considero es un error.
Se encuentra un problema muy importante a lo largo de la obra: la falta de tensión. Tal vez sea impresión mía, pero en ningún momento consigue atraerme a la historia más allá de la importante escena del puente. Siempre me encuentro alejado, entendiendo todo, pero sin sentirme dentro de la crónica reivindicativa. Esto puede ser debido a la descompensación escénica, con un montaje con problemas temporales que introduce y elimina personajes a su conveniencia, con unos saltos demasiado bruscos que no son fáciles de seguir. El ejemplo claro nace de Malcom X, tanto te lo introducen como te lo borran, lo cual podría haberse evitado y habría ganado calidad audiovisual.
Debe reconocerse el trabajo de David Oyelowo, con muchos tintes e inquietudes, llevando el peso de todo el guion. El no reconocimiento en los Oscars con una nominación es lo que ha crispado a muchos, achacando el hecho de que no hubiese ningún actor negro en las nominaciones, sin embargo este año era muy difícil entrar en esa categoría habiéndose quedado fuera grandes interpretaciones como la de Jake Gyllenhaal.
Una película importante por el hecho histórico que representa pero que se queda corta en muchas cotas. El abrupto montaje y la limitadísima intriga provocan el no conseguir llevar esta obra a lo más alto. Me quedo con el buen gusto de que se consiguió algo de lo que hoy en día estamos orgullosos, la igualdad, necesaria tanto para sobrevivir como para evolucionar.
Calificación: 6,5/10
Año: 2014
Duración: 123 min.
País: Reino Unido
Director: Ava DuVernay
Guión: Ava DuVernay, Paul Webb
Música: Jason Moran, Morgan Rhodes
Fotografía: Bradford Young
Reparto: David Oyelowo, Tom Wilkinson, Tim Roth, Giovanni Ribisi, Cuba Gooding Jr.,Common, Carmen Ejogo, Lorraine Toussaint, André Holland, Alessandro Nivola,Oprah Winfrey, Dylan Baker, Tessa Thompson
Productora: Cloud Eight Films / Celador Films / Harpo Films / Pathé / Plan B Entertainment