Rey Gitano
Dieciocho años después de Airbag, comedia con miles de seguidores entre los que yo no me encuentro y que se convirtió en su momento en la película más taquillera de la historia del cine español, el realizador vasco Juanma Bajo Ulloa regresa a la comedia del desparrame, del despelote, del disparate, la locura, la violencia y el frenesí. Su último largometraje de ficción fue Frágil, en 2004, y después de más de un año de retraso entre producción, rodaje, financiación y montaje, vuelve a las carteleras españolas con Rey Gitano. Aunque resulte un tanto caótico y dificultoso de explicar, digamos que la cinta se centra en Gaje (Arturo Valls) un gitano bailarín de muchos pelos y pocas neuronas que se entera que podría ser hijo del mismísimo Rey de España, aún Juan Carlos de Borbón. A pocas horas de que se produzca la coronación de Felipe como nuevo rey, Gaje querrá descubrir si eso es cierto y para ello contará con la “ayuda” de José Mari y Primitivo, dos fracasados detectives en paro y arruinados que se encuentran a punto de cerrar el negocio definitivamente. Uno es facha, nostálgico de Franco y contrario al independentismo, el otro, todo lo contrario, republicano, de izquierdas y admirador del Che. Dos detectives que vienen a representar, una vez más, esas dos Españas que tanto les gusta a algunos seguir teniendo presente, algo así como esos dos policías que tan estupendamente dibujaron Cobos y Rodríguez para La isla mínima, salvando las grandes distancias, por supuesto. También hay cierta suerte de Mortadelo y Filemón en estos dos detectives de poca monta.
Aunque el tráiler ya vaticinaba lo peor, la premisa, los años de preparación y la tropa de actores que trabajan en la cinta me hacían presagiar que el resultado podría ser digno, pero nada más lejos de la realidad, ya que Rey Gitano es un desastre en toda regla. Comienza con algunos chistes simpáticos en la introducción de los personajes pero demasiado pronto se adentra en un esperpéntico caos narrativo, en donde no funciona prácticamente nada. Bajo Ulloa prefiere las explosiones, la cocaína a mansalva, las palabrotas y las salidas de tono amateur, así como los chistes fáciles y todo un sinfín de clichés propiamente del género y que ya resultan cansinos, molestos y hasta irritantes, en lugar de utilizar el guion como el mejor recurso para hacer reír y construir una divertida y hasta gamberra historia. No ayuda un catastrófico y mareante montaje, una repetitiva y pesada banda sonora y un muy paupérrimo presupuesto para los efectos especiales.
La confusión es la gran protagonista de Rey Gitano. ¿A dónde van los personajes? ¿Quiénes son unos y otros? ¿Qué hacen y por qué están ahí? ¿Cuáles son sus planes? ¿Por qué actúan de tal manera? Uno termina no entendiendo la historia, puesto que el lío es tremendo. Y entre el humor ordinario, escatológico, absurdo e incluso surrealista, la parodia barata o la road movie alocada, el espectador necesitará algún analgésico para el dolor de cabeza o el aturdimiento una vez concluya el metraje.
Repiten con Bajo Ulloa muchos actores que ya aparecieron en Airbag, como son los casos de Karra Elejalde y Manuel Manquiña (lo mejor de la función y quienes te sacan alguna sonrisa), una histérica y merkeliana Rosa María Sardá que uno no sabe muy bien cuál es el propósito de su personaje, un camuflado Santiago Segura al que no se le entiende casi nada cuando habla, o los más anecdóticos Albert Plá y Pilar Bardem. Entre los nuevos, Arturo Valls, he aquí un graciosillo sin gracia, María León, que se limita a enseñar cachas y dar bofetadas, o una Charo López indefinible. Para rescatar algunas virtudes, pocas, que posee el filme, destacar el videoclip de Tony Lomba en el autobús, el cual me hizo reír bastante, las cosas como son, aunque bien pareciera un sketch de César Cadaval. Igualmente, recalcar las historietas, con fotos incluidas, del pasado como detective del personaje que interpreta Manquiña, así como los breves minutos en los que vemos en pantalla a Ernesto Sevilla. El maquillaje de los personajes, y sobre todo, el de la familia real (la reina parece la propia reina de verdad) es un trabajo loable.
Cintas como Murieron por encima de sus posibilidades, Perdiendo el norte o Torrente 5: Operación Eurovegas intentan reflejar la situación social, política y/o económica de la España contemporánea en clave cómica, donde la corrupción, la desafección política, la crisis o el desmoronamiento de las frágiles columnas de valores por los que se sustenta cualquier sociedad desarrollada y democrática se encuentran a la orden del día. Pero ninguna de ellas con el resultado que cabía esperar. Quizá, será con los años cuando verdaderamente veamos la comedia que analice y sirva como retrato de estos tiempos tan convulsos, disparatados, canallas y esperpénticos que estamos viviendo en la actualidad. Esa España de pandereta que parece nunca desaparece.
Definitivamente esta no es la comedia española de este 2015. Y no lo es, ni será, por bastantes motivos. Entre ellos, y el más evidente, es que resultará imposible que conecté con el público un humor tan desfasado, chabacano y casposo. Todavía más, cuando en dos tercios de la película ni te ríes, o lo haces por no llorar. Para colmo termina por ser aburrida y estúpida. Lo peor de todo es que la familia real y los políticos estarán encantados con la cinta, ya que la crítica afilada, los diálogos corrosivos o la mordacidad se la dejó el director en otro lugar. No hurga en la llaga, no duele, no sangra.
¡Este país necesita una limpieza profunda y nuevos aires! La comedia española, también. Y cuanto antes.
Calificación: 2/10
Año: 2015
Duración: 100 min.
País: España
Director: Juanma Bajo Ulloa
Guion: Juanma Bajo Ulloa
Música: Kike Suárez-Alba
Fotografía: José Luis Bernal
Reparto: Karra Elejalde, Manuel Manquiña, Arturo Valls, María León, Rosa María Sarda, Charo López, Albert Pla, Pilar Bardem
Productora: RH Cinema / Frágil Zinema
Muy exagerada esta crítica. La película no es la mejor que he visto en mi vida, pero tampoco la peor como parece que quieran que pensemos. Se trata de una película divertida, con una trama que engancha y una buena música y puesta en escena. A mí me parece que merece la pena verla porque le atiza a todo el mundo y quizás por eso le esté doliendo a tanta gente.
Pésima actuación de Arturo valls, caga la peli el, malissssiiiimmmoooo
Es un pena que actores de esta talla se vean envueltos en semejante bazofia. Cuando creó Airbag debía ir puesto hasta el culo porque lo bordó, pero esta chapuza no es de recibo. Arturo en su línea tan subnormal y con tan poca gracia como siempre. Tristeza…