Las Tortugas Ninja

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Hubo una época en la que no había filtro, todo valía. Las productoras andaban con más pasta que el tío Gilito (hay cosas que nunca cambian), y pretendían a base de chequera y unas intenciones del copón darle un vuelco al cine de acción. Ahí es cuando se empezaron a fijar en los videojuegos, en los cómics y en los juguetes para crear propuestas para ellos frescas, directas y divertidas; que inicialmente más o menos fliparon al gentío pero a las que el paso del tiempo les ha sentado más mal que a Gizmo un baño de espuma.

Los early 90’s fueron la leche, pero no todo lo que se creó por aquella época sigue valiendo hoy en día (Scatman, el Cherry Coke…). Vale que en la escena musical hubiera una evolución excepcional o que los atuendos y las tendencias cambiaran radicalmente respecto a años anteriores (¿eso es bueno?); pero en el cine, en este mundillo que tanto nos apasiona, aparecieron cintas con olor a derrota que deben ser recordadas por su grandeza, sus intenciones y por su falta de apego a los cánones establecidos.

En ese espacio entre la derrota y el descojone, entre el asombro y el sueño eterno, aparece Las Tortugas Ninja (o Teenage Mutant Ninja Turtles), la piedra filosofal sobre la que muchos treintañeros frikis hemos levantado nuestro inestable pero cautivador carácter (muchos siguen llevando pijama a juego), la quinta esencia de las quedadas con colegas y bebidas espirituosas, el origen de nuestro amor a la pizza y la principal razón por la cual seguimos teniendo a día de hoy ganas de zamparnos el mundo en pan de pueblo.

Todo nació de la mente de Kevin Eastman y Peter Laird, que se sacaron de la manga (y/o de la pipa de agua) una historieta que quedaría en la mente de los muchachos del lugar por siempre jamás («Eastman and Laird’s Teenage Mutant Ninja Turtles«), alcanzando bastante relevancia en la escena underground americana, lo que finalmente daría lugar a una serie de animación, a una colección de figuras de acción (aún sigo pidiendo la furgoneta por navidades), a videojuegos varios y a una trilogía de películas. Y menuda trilogía chavales. Calidad en negativo.

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Hoy rendimos homenaje a la primera de las 3, posiblemente la mejor (o lo mejor de lo peor), una auténtica bacanal de lagartos de coña embutidos en disfraces de corchopan con más remaches que el atuendo de Punky Brewster, calzados por actores de metro y medio expertos en patadas giratorias y en chistes 80’eros desactualizados a día de hoy; un blockbuster noventero medio potable por aquel entonces pero totalmente ahostiable/feote a día de hoy. Pilla a The Warriors, súmale Double Dragon y añádele una rata en kimono, a un hombre-chapa-ninja más limitado que Bigote Arrocet en Condemor y al final te salen Las Tortugas Ninja.

Aquí el rollo va de buenos y malos para la defensa/control de la ciudad de Nueva York. Una pelea brutal entre el hampa y unos defensores distintos (¿Os suena a Daredevil?), que utilizan  habilidades varias y combos infinitos para eliminar todo rastro de maldad en la ciudad que nunca duerme. Del lado positivo, emergen unas tortugas mutadas (y cicladas) especialistas en «dar cera» más que en pulirla; cada uno con un nombre renacentista distinto (Michelangelo, Leonardo, Raphael y Donatello), con una banda de distinto color (modo rainbow) y un carácter que va desde la arrogancia XXL hasta la inocencia más tontuna. Junto a ellos aparece su master, una rata que aprendió un mixtape de Kung-fu de su maestro-dueño antes de mutar (what da fuck!), una periodista intrépida con pelo cardado «on fire» (April O’Neil) y un ex-jugador de hockey en paro aparente (Kasey Jones). Una tropa de élite amateur lista para darle hasta en el carnet de identidad al «clan del pie», los malos malotes en nuestra historia, un ejército urbano liderado por «El Despedazador» (Shredder), un humanoide vestido de Emperador japonés con el casco de Magneto lleno de cuchillas y una banda de chavales adictos a estupas baratos y a recreativas que portan calcetines en la cabeza y cuya apariencia recuerda a aquellos ¿infernales? «masillas» de los Power Rangers pero con algunas nociones de «pelea» y «dignidad» (pero pocas).

Filosofía, artes marciales, humor decadente e ilusión a raudales se encuentran en Las Tortugas Ninja; una peli que aunque a día de hoy parezca de broma y parcialmente estúpida, fue capaz de convertir la ficción en realidad, ilusionando a niños y niñas de todo el mundo por igual. Quizás esa sea su mayor virtud, además de la valentía de llevar a la gran pantalla un producto tan diferente y sin efectos especiales. Por otra parte, sus mayores lagunas empiezan por los diálogos imbéciles y terminan por una trama tan previsible como poco efectiva. Con todo, siempre merecerá un lugar en el corazoncito de muchos.

Cowabunga!

Calificación: 5/10

 
 

Tortugas_ninja_MC_CartelTítulo original: Teenage Mutant Ninja Turtles

Año: 1990

Duración: 90 min.

País: Estados Unidos

Director: Steve Barron

Guion: Todd W. Langen & Bobby Herbech (Cómic: Peter Laird & Kevin Eastman)

Música: John Du Prez

Fotografía: John Fenner

Reparto: Judith Hoag, Elias Koteas, Josh Pais, Michelan Sisti, David Forman, Leaf Tilden, Sam Rockwell

Productora: New Line Cinema

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