Respira
Respira es el sexto largometraje del director alemán Christian Zübert que llega a las pantallas comerciales tras su paso por varios festivales, entre ellos la última edición del Festival Internacional de Cine de Gijón en el cual fue la película encargada de clausurar el certamen.
El guion, co-escrito por el propio director junto a su esposa Ipek Zübert, transita de la crónica social al melodrama y finalmente al suspense para componer una película compleja que va de menos a más y deja en el espectador un poso mayor del que puede parecer tras un aspecto de telefilme de sobremesa que no le hace justicia.
La película está estructurada en dos capítulos que llevan por título “El viaje de Elena” y “El viaje de Tessa” y Christian Zübert, como parece obvio suponer, cuenta el primer capítulo de la película a través de la mirada de Elena y el segundo capítulo desde el punto de vista de Tessa, creando entre ambas partes una hábil transición que repite el momento álgido de la trama narrado desde la perspectiva de ambas mujeres. En realidad, Respira son dos películas en una, dos mujeres en una y dos dramas diferentes que terminan por confluir en una despiadada mirada hacia la situación económica actual de nuestro Continente Europeo.
De esta forma tan simple y efectiva nos adentramos en un estupendo drama que posee diversas capas. La primera, la denuncia de la imposibilidad de conciliar la vida laboral y familiar. De esa manera vemos como se relega a la mujer al mercado negro laboral. El espectador descubrirá poco a poco la naturaleza de ambas maternidades haciendo más impactante el drama. La segunda capa nos lleva a la descripción cruda de la necesidad de emigrar, ofreciendo una visión sumamente realista de cómo acaba afectando al mundo de la pareja. Obviamente, eso acaba determinando la esfera laboral y personal
La primera parte se narra desde la perspectiva de Elena, cómo llega a Alemania y cómo se intenta labrar un camino hacia el futuro. La segunda parte nos cuenta la historia desde la perspectiva de Tessa, cómo se ve abrumada por la culpa y las recriminaciones. Esta separación en dos partes hace que el espectador conozca más a las dos mujeres y se identifique emocionalmente con cada una de ellas. Queda en mano de los espectadores, si lo desean, juzgarlas. La película no lo hace.
Desde la óptica narrativa, como si se tratara de un filme de los hermanos Dardenne o de Lars Von Trier, el realizador coge la cámara en mano para así generar más tensión en los momentos más dramáticos y seguir muy de cerca a los personajes. El director germano juega constantemente a sorprendernos y a dejarnos casi sin respiración en la butaca. Aquí es cuando se vuelve preciso en los encuadres, y con una gran economía de elementos consigue generar momentos de gran suspense.
Y finalmente, el director de “Respira” nos demuestra su gran maestría a la hora aplicar los preceptos de la Nouvelle Vague en la narración, de tal forma que nos ofrece la posibilidad de ver el mismo drama desde dos ópticas totalmente distintas y que obviamente acaban conformando un drama sólido y demoledor.
Calificación: 6,5/10
Título original: Ein Atem (One Breath)
Año: 2015
Duración: 110 min.
País: Alemania
Director: Christian Zübert
Guión: Christian Zübert, Ipek ZübertFotografíaThe Chau NgoRepartoJördis Triebel, Chara Mata Giannatou, Benjamin Sadler, Apostolis Totsikas, Nike Maria Vassil, Pinelopi Sergounioti, Mary Nanou, Akilas Karazisis, Richard van Weyden
Productora: CL Productions / FunDeMental Studios / Senator Film Köln
Muy interesante tu desarrollo, Isabel, gracias por la entrada.
Yo me he jurado muchas veces, dejar de ver dramas, y reconducir los (pocos) ratos libres que tengo cuando voy al cine, con el objetivo de pasarlo bien. A base de productos palomiteros, o historias que te evadan de la triste realidad de hoy en día.
Pero hay que ser realista, no se puede.
Así que vuelvo a caer en querer conocer historias, pinceladas de la vida de desconocidos, con problemas que perfectamente te podían haber tocado a ti, en esta lotería de vida que vivimos. Esta historia que analizas es todo un ejemplo. Y por eso quiero saber más, y quiero ponerme el lugar de sus personajes, metafóricamente, y desear que todo salga bien.
El cine alemán y yo nunca nos hemos llevado bien. Estoy esperando que la cosa cambie. 🙂
Los productos palomiteros y las historias que nos hacen evadirnos de la realidad, son también necesarios y muchas veces son los que nos pide nuestro estado de ánimo. Por otro lado, te animo a que poco a poco vayas metiéndote con el cine Alemán, que te da sorpresas y nos cuenta historias con problemas muy similares a los que tiene cualquier país europeo.