¡Qué bien huele esta película!
A raíz del estreno en nuestro país de la película estadounidense Chef, tan torpemente dirigida y montada, así como poseedora de un irregular guion cargado de convencionalismos y encaminado a un público poco exigente, pero de la que sin embargo sales de verla con unas ganas irresistibles de comer, me surgió la idea. Y echando un vistazo atrás, me encomiendo aquí a citar 10 películas que he visionado en donde dos ciencias artísticas como son el cine y la cocina se fusionan. Ahí van:
1. Charlie y la fábrica de chocolate
No es ni de lejos la obra de Tim Burton que más elogios ha cosechado, pero sin embargo Charlie y la fábrica de chocolate tampoco ha obtenido críticas especialmente negativas. Basada en el celebérrimo cuento infantil de mismo nombre escrito en 1964 por el autor británico Roald Dahl, es para mí una de mis cintas favoritas de Burton. Esta adaptación al cine (recordemos que hubo otra en el año 1971 e interpretada por Gene Wilder) se estrenó hace ahora nueve años, y tenía como protagonista a Johnny Depp, quien encarnaba con particular visión de personaje y ese punto necesario de locura al excéntrico Willy Wonka, director de la gigantesca fábrica de chocolate que todo niño ansia visitar. A través de un concurso ven cumplidos sus sueños cinco infantes, uno de ellos es Charlie Bucket, crío de familia muy pobre pero con un gran corazón. A través de sus ojos presenciamos la inmensa chocolatería, que acompañados de las extravagancias de Wonka y su equipo de Oompa Loompa se nos hará la boca agua con tanto chocolate y de tan diferentes maneras…
2. Chocolat
Pues de chocolate y Johnny Depp va también esta película, en este caso británica, del 2000 y dirigida por el ecléctico realizador sueco Lasse Hallström. Resulta que hasta Lansquenet, pequeño pueblo francés de habitantes demasiado conservadores y religiosos, desembarcan Vianne Rocher (interpretada con muy buen hacer por Juliette Binoche, que incluso obtuvo nominación al Oscar) y su hija. A partir de ahí el pueblo no volverá a ser el mismo y sus ciudadanos se dividirán entre detractores y admiradores de estas dos féminas que tanto revolucionarán la localidad francesa con sus deliciosos y exquisitos chocolates, de tales efectos que incluso harán levantar la libido de algunos. La llegada de Roux (Johnny Depp) y sus compañeros de tripulación que en principio solo estacionarán temporalmente tampoco ayudará a calmar los ánimos.
Envuelto todo bajo una atmósfera de fábula o cuento de hadas, en clave cómica pero crítica con el inmovilismo y las tradiciones retrógradas, al espectador no le quedará otra al finalizar su visionado que ir corriendo hacia la primera pastelería que encuentre abierta y meterse entre sus labios la primera chocolatina que pille. Ver a su protagonista elaborar esos bombones y observar la cara de satisfacción de sus clientes no es recomendable si lo haces un domingo por la tarde y no tienes provisión en tu despensa.
3. Ratatouille
Ya que este año han decidido no regalarnos nada y “descansar” para coger aire e inspiración y volver con fuerzas en el 2015, no podía faltar en este ranking la cinta de animación que Pixar nos entregó en 2007. Dirigida por Brad Bird (realizador también de Los increíbles), Ratatouille nos cuenta la historia de Remy, una cordial rata que sueña con convertirse algún día en un gran chef. Pero claro, es un roedor, y como tal no será muy bien recibido en las cocinas… Con todo, intentará lo imposible para cocinar en un prestigioso restaurante francés.
Obtuvo 5 nominaciones a los Oscar, entre ellas al mejor guion original, y se alzó con el de mejor largometraje de animación. Toda una experiencia culinaria para los más pequeños y una necesaria película para los que lleven la cocina dentro de su corazón.
4. Bon appétit
La primera presencia española en la lista resulta ser una ópera prima de hace tan solo cuatro años. David Pinillos se puso tras las cámaras para dirigir esta comedia dramática con bastantes toques románticos. A tantos ingredientes cinematográficos se les sumaban otros, los de la alta cocina. Daniel es un ambicioso chef español que acaba de conseguir una plaza en el reconocido restaurante de Thomas Wackerle en Zurich. Allí conocerá a Hanna, la atractiva sumiller del mesón que mantiene una relación con uno de los administradores del restaurante. Daniel y Hanna comenzarán una historia de amistad que se convertirá poco a poco en algo más. “Historias de amigos que se besan”, rezaba el lema de la película y podría ser un buen resumen de su premisa.
Rodada en inglés, Bon appétit supone un debut fresco, entretenido, tragicómico, con unas correctas interpretaciones, destacando por encima a un plausible Unax Ugalde. La cinta recibió tres importantes premios en el XII Festival de Málaga y además recogió el Goya al mejor director novel, director al que por cierto, todavía no hemos podido ver su segundo largometraje. La industria del cine en nuestro país huele a podrido. Eso sí nos entristece y no precisamente por pelar cebollas.
5. Fuera de carta
Otra cinta patria, en este caso del género completamente cómico, con un estupendo reparto que incluye a Javier Cámara, Fernando Tejero, Lola Dueñas, Luis Varela, Chus Lampreave o Alexandra Jiménez. La primera película como director de Nacho García Velilla (creador de series como 7 vidas y Aída), que también hace aquí de coguionista, nos contaba la historia de Maxi, jefe de cocina y dueño de un restaurante vanguardista que aspira ganar una estrella Michelín pero que atraviesa algunos problemas financieros. Abiertamente homosexual, Maxi dejó a su esposa y a sus hijos hace siete años, pero tras la muerte ahora de su ex mujer le tocará hacerse cargo de sus dos retoños. Si todos estos problemas juntos no eran ya un suplicio se le irán sumando todavía unos cuantos más…
Su estreno tuvo lugar en el año 2008 (ya con España en la cúspide de la cocina internacional) y se destaca principalmente las dos desternillantes y geniales interpretaciones del dúo cómico Cámara – Tejero, por las que ambos recibieron sendas nominaciones a los Goya (actor principal y actor secundario respectivamente). Además el filme obtuvo también dos premios en el Festival de Málaga. Perfecta para echarse unas carcajadas, lástima que abusara del azúcar en su tramo final.
6. Super Size Me
Tampoco podía faltar aquí el documental. Morgan Spurlock utilizó su cuerpo y su salud como experimento: durante un mes al completo comería en la archiconocida cadena de restaurantes de comida rápida de nombre McDonald’s hasta tres veces diarias. Con esta peligrosa comprobación, Spurlock quería demostrar los significativos cambios que producía esta comida en su físico y su estado psicológico, así como mostrar las pruebas y análisis que se realizó en un hospital para ver sus niveles de colesterol, el daño irreparable que causó en su hígado, el lamentable estado de su corazón…
Se estrenó en el 2004 y tanto crítica como público la acogieron con gran efusividad y asombro, tanto que hoy día es uno de los documentales más famosos de la historia. En cambio, en esta ocasión, después de “tragarse” los 100 minutos que dura la cinta, a uno no le vendrán las ganas de abrir el frigorífico y mucho menos de entrar en un establecimiento de la marca del payaso.
7. Dieta mediterránea
Dieta mediterránea es un trabajo de Paco León muy poco conocido. Tampoco es que la obra de Joaquín Oristrell deba ser recordada para los anales, pero ahora que el actor sevillano recibe tantos elogios por parte de críticos y cinéfilos seguro alguno habrá que le echará un vistazo. Esta comedia nos narra la vida de Sofía, una cocinera que desde niña se crió entre fogones y posee un don especial para la cocina. Con ella se encuentran dos hombres: Toni, su marido y padre de sus tres hijos, y Frank, un representante que quiere hacer de Sofía la mejor cocinera del planeta. Un triángulo amoroso que desatará consecuencias insospechadas.
Otro acercamiento más en nuestro país del séptimo arte hacia la cocina, aquí además sobresalen las escenas de restaurante y la trama culinaria por encima de la amorosa, más manida y poco cuidada. Asimismo lleva como título la que dicen es la mejor dieta del mundo.
8. Como agua para chocolate
Quizás sea la película gastronómica por antonomasia. La conocida, muy vendida y aplaudida novela homónima de la escritora mexicana Laura Esquivel fue trasladada a la gran pantalla en 1992 bajo su firma en el guion y con el que fuera su marido, Alfonso Arau, tras las cámaras. La complicada historia de amor entre Tita y Pedro, que se ve obstaculizada por Mamá Elena al decidir que su hija, Tita, debe cuidar de ella hasta que se muera por ser la menor de sus hijas, es una historia universal. La cocina sirve como metáfora de los sentimientos de los protagonistas y sirve como nexo para narrarnos la trama. Un símbolo del realismo mágico no solo en Latinoamérica sino en el mundo entero.
9. Sin reservas
Remake de la celebrada cinta alemana Deliciosa Martha, el realizador australiano Scott Hicks se sirvió en 2007 de un reparto compuesto por Catherine Zeta-Jones, Aaron Eckhart, Abigail Breslin o Patricia Clarkson entre otros, para plasmar la historia de Kate Armstrong (Zeta-Jones), distinguida chef de un restaurante en Manhattan que deberá hacerse cargo de su sobrina de nueve años tras fallecer su hermana y al mismo tiempo resolver las diferencias que existen entre ella y el ayudante de cocina. El amor, el drama y la comedia se mezclan en un cóctel bien agitado pero algo insípido en cuanto a su sabor.
Pese a entretener a ratos, Sin reservas no es una buena película, pero no deja de ser un claro ejemplo de cómo el cine se ha acercado al mundo de la gastronomía con respeto y amor por los fogones.
10. Tímidos anónimos
Demasiado coqueta esta cinta francesa de corte independiente, sencilla, realizada con el propósito de agradar, y es ahí donde reside su principal error, su falta de atrevimiento. Curiosamente o todo lo contario, esa timidez se traslada también a sus personajes principales. La historia transcurre principalmente en una chocolatería y nos presenta a dos personas bastante tímidas, Angélique, que es contratada en dicha fábrica de chocolate y Jean-René, su jefe. Ambos se sienten atraídos el uno por el otro, pero su extrema vergüenza ante el tratamiento humano de manera afectiva hace que los dos tengan que ir paso a paso en su relación ayudándose de sus respectivos terapeutas. Les émotifs anonymes, lejos de ser una gran cinta, contiene, eso sí, un par de sketchs verdaderamente hilarantes. Lástima esa falta de valentía que antes hacía mención. A pesar de ello, sus escasos 80 minutos de duración y su tono alegre hacen de esta una amable película que se deja ver. Aún más con un postre por delante…
Me dejo en el tintero títulos como Deliciosa Martha (2001), Delicatessen (1991), Un toque de canela (2003), La gran comilona (1973), Comer, beber, amar (1994), Julie y Julia (2009), La cocinera del presidente (2012), El chef, la receta de la felicidad (2012), Menú degustación (2013), Amor en su punto (2013) o la serie nacional de cierto éxito Chiringuito de Pepe (2014), que acaba de renovar su segunda temporada en Telecinco.
Luego hay casos puntuales en donde se entromete la cocina en los fotogramas, como es el caso de las famosas y riquísimas galletas que realizaba la mujer de Ray Winkler (Woody Allen) como tapadera, mientras este intentaba cometer un atraco en la original y divertidísima Granujas de medio pelo (2000), o ese apetitoso pavo para Acción de Gracias que April Burns (estupenda Katie Holmes) debe cocinar para la cena de esa noche a la que están invitados sus padres pero que no puede preparar porque se le ha estropeado el horno, en la reivindicable Retrato de April (2003). Por no hablar de las famosas tartas de la historia del cine, como la enorme de chocolate que aparece en Matilda (1996) en una escena poco digerible después de haber almorzado, o la de manzanas en American Pie (1999), tampoco que digamos muy suculenta, a no ser que estés enamorado/a de Jason Biggs.
También podría citar como ejemplo de serie culinaria a Breaking Bad, pero ya estaríamos hablando de otro tipo de cocina y de Walter White como otro tipo de cocinero bien diferente…