Point Break: Sin límites

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Muy jodida tiene que estar la cosa en la cuestión creativa al otro lado del charco cuando alguien de Hollywood propone hacer un remake de una mala película y los que cortan el bacalao deciden financiársela y lanzar el proyecto hacia adelante como el que no quiere la cosa. Si a esto añadimos que se trata de una cinta relativamente reciente, el tema ya cobra tintes desesperados. Hablamos de Point BreakSin límites (Ericson Core, 2015), el enésimo ejemplo que demuestra que la fábrica de sueños norteamericana es capaz de manufacturar también productos vacíos que se puedan vender gracias a una bonita y llamativa envoltura.

En este caso, la obra revisionada es aquella que dirigió Kathryn Bigelow y estaba protagonizada por Keanu Reeves y Patrick Swayze en la que un joven agente del FBI se infiltraba en los ambientes del surf para resolver un caso relacionado con unos espectaculares atracos. Ya saben; Le llamaban Bodhi (1991). La diferencia entre ambas es sonrojantemente mínima en lo argumental, hasta tal punto que se acentúa lo innecesario de su existencia y pone en cuestión la necesidad de hacernos pasar por taquilla para ver otra vez lo mismo, pero con unos actores aún menos carismáticos si cabe (algo que ya era difícil de por sí).

El truco, como no, reside en jugárselo todo apostando por ese envoltorio anteriormente mencionado que camufla a duras penas el timo, convirtiendo el reciclaje en un ejercicio deshonesto y reprochable. Y es que, por mucho que se haya querido pasar la idea de Bigelow por un filtro más actual y extremo, el resultado final deja mucho que desear.

La culpa de que el trabajo de Ericson Core sea una catástrofe en todos sus sentidos, sin duda, la tiene el hecho de que Point Break pone demasiado empeño en resultar molona y se olvida completamente de sus personajes y de narrar algo de una mínima solidez. No basta con encadenar una eterna sucesión de escenas vistosas en la que los deportes extremos tomen el protagonismo si a ello no se le añade un contrapunto narrativo, porque al final todo termina dando igual. Es por ello que, a pesar de sus raciones de motocross, paracaidismo extremo, surf y demás experiencias límite, el aburrimiento termina llegando demasiado pronto, produciéndonos una incómoda sensación de que hemos pagado tontamente por ver algo que ya podemos ver en internet y que, además, tiene el plus añadido de que en ese caso se trata de hazañas reales.

Por tanto, podemos decir que estamos ante la confirmación de un cadáver cinematográfico que ha muerto antes de levantar el vuelo. Uno de esos casos de cine anecdótico que pretende ser un ejemplo de fuerza y tensión y que se queda en el terreno de lo olvidable y lo ocasionalmente ridículo.

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Incluso siendo benévolos, poco hay que rescatar de Point Break: Sin límites; algún paraje espectacular, algunas escenas en las que los especialistas hacen un buen trabajo y alguna canción de su banda sonora (otra más del prolífico Junkie XL). Lo demás es un mal sucedáneo de la película original pasado por un tamiz a caballo entre un mal anuncio de una bebida con taurina y un libro malo de trasfondo pseudo-místico y new-age. Una historia 2.0 que empeora con creces la popular obra de Kathryn Bigelow y la eleva a la categoría de lo absurdo.

Para colmo, su pésima trama está apuntillada por unas actuaciones mecánicas que no hacen sino acentuar las debilidades que se evidencian en el flojo trabajo de sus máximos responsables en los aspectos más artísticos. Ni Luke Bracey, ni Edgar Ramirez, ni Teresa Palmer, ni absolutamente nadie se salva de una película que (permítanme hacer el chiste malo) es «demasiado para el Bodhi».

No pierdan tiempo ni dinero en ver esto. Es totalmente innecesario. Aquí el caso de los atracos está resuelto de antemano; se sabe quien es el atracador y quién la víctima. El señor Core y compañía y los pobres que piquen el anzuelo que han tirado sus oficinas de marketing.

Calificación: 1’5/10

 
 

Point_Break_Cartel_Ge_MCTítulo original: Point Break

Año: 2015

Duración: 113 min.

País: Estados Unidos

Director: Ericson Core

Guion: Kurt Wimmer (Remake: Peter Iliff)

Música: Junkie XL

Fotografía: Ericson Core

Reparto: Luke Bracey, Edgar Ramirez, Teresa Palmer, Delroy Lindo, Ray Winstone, Bojesse Christopher, Tobias Santelmann, Matias Varela, Clemens Schick, Nikolai Kinski,Glynis Barber, Jaymes Butler

Productora: Alcon Entertainment / Warner Bros.

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