Pancho, el perro millonario
El cine familiar debe englobar de forma obligatoria variedad y frescura a partes iguales. Debe de hacer reír y, sobre todo, atraer a los más pequeños ofreciendo personajes entrañables, haciendo que los peques sean los grandes protagonistas al fin y al cabo. Las películas infantiles-familiares deben de servir para cohesionar los lazos entre padres e hijos, conseguir que durante un rato todos seamos chiquillos trasladándonos a nuestra infancia y, principalmente, debe de ser una herramienta para iniciar a nuestros hijos en el mundo del séptimo arte. Teniendo en cuenta todas estas premisas podríamos decir que Pancho, el perro millonario se pasa todo por el forro.
Pancho, el perro al que le tocó la lotería en su día, que dejó a su dueño para vivir a todo trapo, tiene problemas pero gordos. Siendo un perro con tanta pasta lo más normal es que algún malote de turno intente alterar tu situación idílica utlizando todo tipo de fechorias y, como no, matones de tres al cuarto. Con la ayuda de su compañero y de Patricia Conde deberá de derrocar al mal con astucia e inteligencia, superando adversidades y movidas muy muy gordas. Todo se resume en eso.
Partiendo de que la idea no es especialmente innovadora, pienso que se le podría haber sacado muchísimo más jugo al personaje y a la película de forma general. Desde el minuto cero el film más que divertir al espectador lo que hace es sumirlo en la pura y dura desesperación, seguir en el cine más de veinte minutos supone un esfuerzo titánico, mastodóntico. Además de extremadamente aburrida, nuestra cinta, resulta nociva para el cerebro y del todo difusa,uno no sabe si es una película adulta o infantil, no me ha quedado claro si la historia principal es la del perro y sus movidas o la de las tensiones sexuales no resueltas de los protagonistas.
El resultado final es un pastel descomunal, un bodrio supremo.Todo en Pancho es relleno, como los senos de Lady Berrocal. La interpretación de la coral de actores supone un golpe testicular severo, una galleta con el reverso de la mano, parece de coña en serio. Ni los actores con más experiencia (Secun de la Rosa, Alex O´Dogherty) consiguen animar en algo la trama, siendo sus interpretaciones vagas y horriblemente nefastas, destacando el papelazo o, mejor dicho, papelón de nuestra amiga Patricia Conde. Si hubiera un razzie del cine español a la peor interpretación novel de las últimas cuatro décadas se lo llevaría ella; nadie duda de que, físicamente está más que de buen ver y que tiene atributos suficientes para triunfar más que la fanta pero, como dice el proverbio chino: «Si no tienes ni puñetera idea quédate en la tele presentando». I´m sorry Patri.
La labor en la dirección (Tom Fernández, La Torre de Suso) tampoco es que haga mejorar ni un ápice la visión global del producto resultando poco efectiva desde principio a fin, utilizando los mismos recursos ( en ocasiones muy cutres) y la misma escenografía durante todo el recorrido, haciendo que el film resulte del todo repetitivo. Me entristece pensar que, en vez de realizar esfuerzos en crear situaciones para el personaje principal se han centrado en todo lo demás, en ningún momento el perro se convierte en el eje de la trama. Si vas a ver Babe es para ver al cerdo, si vas a Garfield vas a ver al gato, vas a ver Pancho y lo que ves es de todo menos al perro. Totalmente irreal.
Esta película ha logrado inhabilitar mis sensores durante hora y media, suponiendo una tortura china elevada al cuadrado. Puede que haya triunfado en el Festival de Málaga, pero está aún muy lejos de tocar el corazoncito del público en general. Si tienen hora y media libre llévense a los niños al parque a jugar a la pelota, es más barato y menos dañino.
Calificación: 1,5/10
Título original: Pancho, el perro millonario
Año: 2014
Duración: 90 min.
País: España
Guion: Tom Fernández
Música: Lucio Godoy
Fotografía: Juan Carlos Gómez
Reparto: Ivan Massagué, Patricia Conde, María Castro, Secun de la Rosa, Alex O’Dogherty,Armando del Río, David Fernández, Marta Hazas, César Sarachu, Eloy Azorín