Nuestros amantes
El director Lamata, antes de la proyección de la película, nombró la influencia de Woody Allen y de Linklater para realizar Nuestros Amantes. Cuanto menos ambicioso al elegir las películas en las que fijarse, pues las comedias de Allen siempre tienen la maestría de un gran director, y de Linklater y su Antes del amanecer poco también que comentar más allá del gran desarrollo romántico de la pareja interpretado por Ethan Hawke y Judie Delpy, prácticamente inigualable estando una hora y media con un ritual de enamoramiento sin aburrir ni un ápice. La dificultad de imitar esta compenetración es extrema pues debe tener dos actuaciones creíbles, una química por encima de lo normal y un guion verosímil. No sé si el director lo analizó con diferente punto de vista pues ninguno de esos requisitos se consigue cerrar, y mucho menos enlazar todos ellos.
Carlos e Irene se conocen en una librería y comienzan un juego de acertijos donde la primera regla es la prohibición de decirse sus nombres. La segunda regla: no enamorarse. A partir de esta base comienza una historia de flirteo donde no quieren percatarse de que están enamorados aunque ambos se hayan dado cuenta. Un dulce paseo por los lugares más característicos (y preciosos) de la Zaragoza turística donde la historia fluye con facilidad gracias a aupar las ganas del espectador a visitar esos monumentos. Todos los encuentros de la pareja, interpretada por Eduardo Noriega y Michelle Jenner, comienzan en algún lugar poblado de turistas excepto la cita donde sus vidas cambian, la que transcurre tras una discusión de Irene con su ex y acaba liberando a Carlos tras confesar su verdadera relación. Una buena decisión pues obliga a escuchar la conversación y a no evadirse, lo que anteriormente siempre se producía probablemente debido a que no interese absolutamente nada lo que se digan al ya conocer cómo va a acabar, y es que la previsibilidad es bastante obvia.
La química entre los protagonistas ayuda a no concentrarse en la conversación. Michelle Jenner está preciosa en su personaje, empatizando y provocando el drama en el espectador. Eduardo Noriega es otra historia, siempre forzado y con una actuación que no encaja nada con él. Ya no se sabe si es por el actor o por el personaje, pero lo que queda demostrado es que este papel no es para él, probablemente siendo mejor para otro personaje masculino que aparece: Gabino Diego, sin embargo así no provocaría las mismas ganas de verse. El montaje delimita las influencias cinéfilas, en primer lugar Antes del amanecer, como ya se ha mencionado, en todos los momentos donde la pareja pasea y discurre sus pensamientos. En segundo lugar, Nothing Hill con las referencias de la librería y el compañero de piso de Carlos, interpretado por un Fele Martínez totalmente desaprovechado que debería aparecer mucho más con las escenas liberando el drama, por ejemplo el momento cuando van de pesca. Dejando aparte esta gran virtud, el resto sigue un manual de cómo rodar una comedia romántica. Comienza con una comedia tonta, la pareja se conoce, posteriormente llega un drama que se resuelve parcialmente, más adelante el drama llega al súmmum, y finaliza con una obviedad digna de una película de acción americana donde las banderas se izan y todo ha sido salvado.
No se puede negar cierta originalidad en el desarrollo, pero es que termina siendo más de lo mismo. Se ha pretendido acercarse más a un cine contemporáneo, alejándose de lo tópico, sin embargo si los cimientos lo forman elementos tópicos, por mucho que intentes una comedia inteligente, que tampoco consigue, no vas a alejarte de nada. Muchas películas del maestro Allen sabes cómo van a acabar, sin embargo no percibes que estén estructuradas en lo tópico y posteriormente desarrolladas de estas ideas banales, porque no lo están. Pero esta pareja nace de un encontronazo original para acabar enseñando los afluentes de los que se ha basado, que no son más que una relación desestructurada y un ex que no es poco creíble, si no lo siguiente. Si esto no lo reconocen tampoco pasa nada, porque ellos ya se encargan de nombrar una serie de veces que estamos viendo la vida real, supongo que se tratará de esa vida real donde él es un asesino intergaláctico y ella una empresaria de éxito.
No podrás sentirte identificado con tus problemas, porque la gente que tiene problemas no le surge ese halo encima de la cabeza para tener esa suerte. Y esto se debe a que una persona como Eduardo Noriega no necesita de una librería, al igual que una persona como Michelle Jenner nunca actuaría así al ver a Eduardo Noriega. Y esto es lo que convierte una pretendida realidad en un error de creencia. Y así es como una película tiene golpes de entretenimiento pero no consigue su premisa inicial de crear una identificación en la gente, y así es, en definitiva, como un director no puede compararse con Antes del Amanecer, pues esa obra sí que te hace sentir una esperanza de que esa historia te ocurra a ti, porque son personas normales con problemas normales, lo que falta a este híbrido donde las normales acaban siendo Mema y Lerda y los anormales Carlos e Irene. Que no se envuelva una comedia más en algo que pretende influir, pues a los cinco minutos de salir no te sentirás estafado pero tampoco te acordarás de absolutamente nada.
Calificación: 5,5/10
Título original: Nuestros amantes
Año: 2016
País: España
Director: Miguel Ángel Lamata
Guión: Miguel Ángel Lamata
Música: Roque Baños
Fotografía: Fran Fernández Pardo
Reparto: Eduardo Noriega, Michelle Jenner, Fele Martínez, Amaia Salamanca, Gabino Diego, Jorge Usón, María José Moreno
Productora: Bemybaby Films
Muy buenas tardes para mi gusto esta película esta muy fresca y llena de amor yo le calificaría un 9 de 10