Ninja Turtles: Fuera de las sombras
La vuelta del cine palomitero “made in 90’s” es una noticia genial. Vale que el cine autor mole, pero una buena ración de explosiones, galletas por doquier y persecuciones en «modo GTA» nunca está de más. Y no lo está porque algunos seguimos buscando desconectar. Queremos evitar pensamientos profundos de vez en cuando tragándonos blockbusters sencillos que nos permitan abandonar la aburrida y a veces triste rutina.
Si hablamos de blockbuster debemos de hablar de Michael Bay y su creación. Algunos piensan en él como un tipo adicto a helicópteros, explosiones y tiroteos por un tubo; alguien que no se moja y que vendió su alma en pos de agrandar muy mucho la pasta en su cuenta bancaria (y en la de productoras) creando superproducciones infladas de dólares. Pero hay algo más. Su cine es necesario. No será brillante, pero sabe lo que hace y para quien lo hace: inteligencia e intuición.
Pues bien, este año se ha vuelto a estrenar otra de sus pelis. Aquí no dirige pero produce, su mano se nota. Se trata de Ninja Turtles: Fuera de las sombras, segunda parte del nuevo lavado de cara (para bien) que se la ha dado a la obra ochentera de Peter Laird y Kevin Eastman. En nuestra continuación los patrones se repiten, dando como resultado una mezcla explosiva de acción frenética, artes marciales (ya no tantas), momentos sensibleros y unos efectos especiales sobresalientes. En Fuera de las sombras, nuestras tortugas volverán a enfrentarse al clan del pie pero de forma indirecta. Aquí el villano principal deja de ser Shredder (una lástima). Se deja ver, e incluso se encarga de dar vida Bebop y Rocksteady, pero poco más. La gran amenaza contra la cual tendrá que luchar nuestro «cuarteto renacentista» y sus colegas humanos (April O’Neal y Casey Jones principalmente) será Krang, una especie de cerebro embutido en un robot que intentará conquistar la Tierra, teniendo como fin fundamental someter a la humanidad a su caprichosa voluntad.
No se le puede negar dinamismo a la creación de Green la verdad. Es entretenida, rápida, vertiginosa y directa… pero con imperfecciones eso sí. Le falta originalidad en su desarrollo (tiene casi la misma estructura que la primera película), Arnett y Fox flojean en sus interpretaciones (tampoco es que sean…) y algunos personajes podrían haberse aprovechado más como el propio Shredder, Casey Jones (teniendo a Green Arrow es pecado que como mínimo que suelte alguna leche extra) o el malote Krang. También hay puntos positivos. Los efectos especiales son acojonantes (aunque se abuse bastante de la cámara lenta), la irrupción y el diseño de Bebop y Rocksteady son brutales (siendo realmente fieles a la serie de animación de los noventa) y las secuencias de acción están rodadas de una forma más que potable.
Si buscas disfrutar en familia, revivir tu infancia y/o un respiro de obras demasiado intelectuales, sin más pretensión que la de pasar un rato agradable, ésta es tu cinta. Lo que le falta de glamour lo gana la fidelidad y amor hacía la obra original. Puede que tenga imperfecciones que la hagan alejarse de los buques insignia del género, que le falte finura en su concepción; pero es que tampoco creo que le importe. Ofrece lo que ofrece de forma digna y encima es divertida. ¿Por qué no la pruebas?
Calificación: 5,5/10
Título original: Teenage Mutant Ninja Turtles: Out of the Shadows
Año: 2016
Duración: 112 min.
País: Estados Unidos
Director: Dave Green
Guión: Josh Applebaum, Andre Nemec (Personajes: Peter Laird, Kevin Eastman)
Música: Steve Jablonsky
Fotografía: Lula Carvalho
Reparto: Megan Fox, Will Arnett, Laura Linney, Tyler Perry, Alan Ritchson, Jeremy Howard,Pete Ploszek, Noel Fisher, Brian Tee, Tony Shalhoub, Stephen Amell, Brittany Ishibashi, Stephen Farrelly, Gary Anthony Williams
Productora: Paramount Pictures / Nickelodeon Movies