Master of None
Netflix se está ganando a todo Dios, y con razón. Ya asentada desde hace largo tiempo en Estados Unidos y Sudamérica, y con considerable bagaje en algunos países de Europa, la plataforma streaming está cambiando el mundo audiovisual por completo, ofreciendo un catálogo bastante extenso tanto de series como de películas para regocijo de un espectador demasiado habituado a la parrilla televisiva parcialmente infumable con la que nos suelen castigar de vez en cuando.
Y digo de vez en cuando de forma global, genérica, porque en nuestro país, ese «de vez en cuando» podría extrapolarse a «siempre». En un país donde genera más pasta la prensa rosa que el cine, eso de que una empresa del tamaño de Netflix se incorpore a nuestro diario ha sido una grata noticia para gran parte del público. Un mensaje enviado por los «Dioses del Séptimo Arte» (aún doy gracias por Beasts of no nation) diseñado para la mejora de nuestro estado de ánimo, creado para que eliminemos los canales del tdt y únicamente nos alimentemos de Wifi y seriales.
Comedia, drama y acción aparecen en la parrilla de «la gran N» para aderezar nuestros corazones y nuestras almas. Historias que van desde retratos documentados de Narcos legendarios, pasando por la visión de algo parecido al Love entre corazones solitarios o enfocadas a la defensa de las calles de la ciudad que amas saltando sin miedo al vacío portando el traje de Daredevil. Historias complejas, completas y extraordinarias repletas de emoción, cercanía y sensatez tal como se palpa en una de las series «tapadas», la sorprendente creación de Aziz Ansari + Alan Yang, Master of None.
Irónica, efervescente, definida al milímetro, libre y flexible; de historia asequible. Aquí se retrata esa época de asentamiento o paso a la madurez que atraviesan muchos treintañeros a día de hoy en su búsqueda de la estabilidad tanto profesional como emocional. A través de la visión de Dev (Aziz Ansari) un actor algo estancado en lo laboral pero con viveza excepcional en lo demás, atravesamos distintos estadios (capítulos) que van desde el amor, los amigos, la relación con padres e incluso lo laboral, utilizando la comedia como vehículo fundamental, sabiendo encontrar recovecos suficientes para exponer pensamientos profundos y trascendentales.
Ansari escribe c*jonudo, actúa, encanta. Convierte cada capítulo en un show propio, repleto de diálogos explosivos (a otro nivel) y situaciones frescas/originales que sirven para decoro propio y colectivo. Pero, ¿y qué decir del resto? Nöel Wells y Eric Wareheim (menudo descubrimiento) aparecen como secundarios de lujo (muy del rollo Woody Allen y su época dorada de comedias), convirtiéndose en creaciones efervescentes, geniales y sólidas; contrapuntos perfectos a la locura y frescura del personaje fundamental. Ansari lo hace genial, pero sin el resto de elenco, el producto se quedaría a medio gas. Con todos ellos actuando de forma notable se consigue un equilibrio exquisito, una naturalidad alejada del tono artificial de las comedias estándar, convirtiéndose esta en el sello distintivo de nuestra pieza.
Mención aparte merece la música. Enorme catálogo de temazos. Desde la electrónica de Aphex Twin (y su genial «Come To Daddy») hasta el hip hop old school de Pete Rock & C.L.Smooth («They Reminisce Over You», de aquel mítico Mecca and The Soul Brother), el rock más puramente «Nashville» de Johnny Cash o la música india de Ananda Shankar (con la potente versión de «Jumpin’ Jack Flash» de los Stones). Un auténtico mixtape repleto de influencias espectaculares que dan a la serie un aroma a 90’s brutal. Como si estuvieras en un club de Queens o Manhattan rodeado de colegas, disfrutando de cada tema como si fuera el último de aquella inolvidable noche de finales de los 90 o principios del 00.
Merece la pena adentrarse en ella. Son pocos capítulos (10 de momento, parece que hay una segunda temporada en camino), no hay que sudar en exceso y eso mola. Artísticamente sobresaliente y sólida en el campo interpretativo, sus únicas lagunas pudieran aparecer en lo repetitivo de algunas situaciones o la levedad de algunas tramas debido a su sencillez. No busca ser compleja ni difícil, apuesta por ser franca y diferente, cosa que consigue de principio a fin. Esa facultad es la que la acerca a determinadas masas y la aleja de otras tantas. Aquí no hay humor grueso y tampoco se buscan situaciones locas y extremas en cada capítulo (del rollo de Cómo conocí a vuestra madre por ejemplo); Master of None es leve, rápida, directa, complicada a veces, pero también cautivadora. Una experiencia. Lo más parecido a salir con compis y tomar unas birras o cocktails sin salir de casa. Y encima con buena música.
Muy recomendable.
Calificación: 8,5/10
Título original: Master of None (TV Series)
Año: 2015
Duración: 30 min.
País: Estados Unidos
Director: Aziz Ansari (Creator), Alan Yang (Creator), James Ponsoldt, Aziz Ansari, Lynn Shelton, Eric Wareheim
Guión: Aziz Ansari, Alan Yang, Zoe Jarman, Sarah Peters, Andy Blitz, Joe Mande, Sarah Peters, Harris Wittels
Fotografía: Mark Schwartzbard
Reparto: Aziz Ansari, Noël Wells, Lena Waithe, Eric Wareheim, Kelvin Yu, Todd Barry, Shoukath Ansari, H. Jon Benjamin
Productora: Emitida por la cadena Netflix; 3 Arts Entertainment / Universal Television