Madrid, above the moon
Una imagen: Madrid, desde el punto más panorámico de la ciudad. Limpio, fijo y directo. De vez en cuando aparecen películas íntimas y cariñosas, aquellas que de verdad el director muestra lo que desea y no lo que le infunden. Un fotógrafo madrileño se encuentra a una chica extranjera y comienzan a hablar… en inglés, eso sí. Muy plano, muy visto, todo desde el prisma de la tópica historia romántica. No se dejen embaucar por el flash de la cámara pues, si nada es lo que parece, en Madrid, above the moon todavía lo es menos. Una historia cercana a la trilogía de Linklater, con cierto parecido, y sobre todo a las últimas estrenadas: Los exiliados románticos y Un otoño sin Berlín, aunque probablemente esta historia haya sido rodada con anterioridad a éstas, pero guardan ese estilo personal que clasifica al cine más independiente español.
Reiterando: Ernesto (Víctor Vidal), un fotógrafo madrileño, se encuentra a una chica estadounidense y entablan una conversación que les lleva hasta su casa. Pero no será la única, pues la afición de este artista recae en idolatrar turistas aplicando la labia como vía representativa. Estos flirteos contrastan con las conversaciones de él con su amigo (Bernabé Fernández) en las cuales se indaga algo más en el porqué del afán del protagonista. Él se encuentra en su salsa hasta la aparición de Alma (Rocío León), un hueso duro que le hará conocer en primera persona la realidad de sus tretas.
Madrid, above the moon es un trabajo low-cost y pequeño, y así se desprende en todo momento del guión y el esfuerzo volcado en él. Una obra donde no premia el factor económico de los trabajadores y se estimula cada minuto con las ganas de darse a conocer. Para ello la técnica ayuda enormemente, pues la fotografía refleja estupendamente los rincones de Madrid, y el estilo de cámara reconforta la poesía a mostrar. No es solamente el encadenar los planos fijos, si no darle luz a la gran longitud de cada escena sin pausar un solo momento, y unir con gran acierto esos momentos. Tal vez peque de reiterativa en ciertas seducciones, y de poco interpretable para un grueso del público debido a la lentitud, sin embargo el director se basta de una frase para descolocar en este caso: “No podemos ir al jardín botánico porque estamos en una película, y allí no se puede grabar”. ¿Qué pretende? Muestra así una crítica a lo convencional, al “esto ya lo he visto mil veces”, y así se llega a una conclusión no solamente rompiendo la cuarta barrera, sino echándola literalmente abajo.
Y es que Madrid, above the moon no solamente es recomendable por el estilo, historia y originalidad, lo es porque todavía quedan decenas de detalles por ver y analizar. Como la fotografía final de la escena de los créditos, la aparición del nombre real del director como artista (¿autobiográfico?) y el hecho de incidir en la muralla de Madrid (¿cuarta barrera?). Una película con mucho que decir a la cual se le pone la pega de resultar redundante y el hacerse larga por momentos. Una última imagen: Madrid, misma panorámica, con un giro de 180º. Todo se le tuerce al protagonista, todo ha cambiado, se ha volteado su estrategia.
Calificación: 7/10
Título original: Madrid, above the moon
Año: 2016
País: España
Director: Miguel Santesmases
Guion: Miguel Santesmases
Fotografía: Alberto Pareja
Reparto: Víctor Vidal, Rocío León, Helena Sanchís, Bernabé Fernández, Graziela Doniz, Melissa Riggall
Productora: Zavijava