Mad Max: Furia en la carretera
Sobrevivir pasa por luchar, por morir. En ciertas ocasiones la única salida para escapar de la oscuridad en la que nos sumergimos es volver a nuestro estado más primario, convertirnos en bestias diseñadas para destruir, matar y aniquilar todo a nuestro paso. Todo sea por respirar un minuto más. Todo sea por tener una nueva oportunidad de empezar de nuevo, de cambiar por completo o, simplemente, una nueva oportunidad de sobrevivir en nuestro particular cementerio de odio y sufrimiento. Esa es nuestra naturaleza. Ese es nuestro estigma. Ese es nuestro mundo.
Mad Max: Furia en la carretera parte de eso. De esa fragilidad tornada en caos y en las crueles ramificaciones de nuestro subconsciente, partiendo de los recónditos claroscuros de la condición humana como tal. En esta nueva revisión del clásico de 1978, algo así como una continuación natural de la primera parte, volvemos al desierto, a esa cabalgata de crimen e inestabilidad que azota un mundo distópico falto, no solo de alimentos y materiales fundamentales, si no de claridad, esperanza y redención. En ese futuro aparece Max, una especie de profeta, un salvador que únicamente busca salir de la cárcel creada por sus propios demonios pasados (la pérdida de su mujer e hija) viéndose inmerso aquí en una empresa mayor: ser parte fundamental para la salvación de toda una civilización.
George Miller vuelve por la puerta grande. Renueva su franquicia para dar un golpe en la mesa, para hacernos recordar que existen directores que siguen llevando la ciencia ficción en las venas y los ochenta en el corazón. Partiendo de nuevo de esa visión post nuclear que tanto explotó con su trilogía anterior, vuelve a crear escuela 30 años después con una auténtica bacanal de acción electrizante y desmedida; una cabalgata de golpes, explosiones y venganza salpimentada por una música de impresión, persecuciones de aúpa e imágenes potentes que logran trasladarte a otra dimensión donde lo importante es respirar, escapar, y nunca mirar atrás.
La grandeza de Mad Max reside en su capacidad para sorprender y mantenerte pegado a la silla durante sus dos horas de duración; un espectáculo en mayúsculas digno de presenciar, un viaje sin frenos y sin cinturón hacía la grandeza del cine. Aquí la historia se mantiene dentro de los umbrales de las anteriores, apostando por un guion renovado pero continuista; lo que en el pasado fue llanura hoy es desierto, lo que años atrás fueron bandas hoy son congregaciones de locos dispuestos a morir por el volante y la salvación. Pocos cambios, pero suficientes para engrandecer la leyenda. Tom Hardy (Max) y Charlize Theron (Imperator Furiosa) aparecen como verdaderos motores perfectamente acoplados a la acción, entes complejos e intencionadamente desbordados por el arrepentimiento, la pena y el pasado; unos perfectos continuadores de la labor de Gibson en el pasado: sencillamente geniales. Junto a la extraordinaria banda sonora (épica/legendaria a partes iguales), una fotografía de impresión y unos efectos especiales que dejan con la boca abierta (la secuencia de la tormenta de arena es de enmarcar); el realizador australiano vuelve a crear escuela con más eficiencia que en el pasado, con las mismas intenciones y con un presupuesto enorme para acometer una masterpiece scifi suprema e inmortal, legendaria. Dios le bendiga.
Lo mejor de Mad Max es casi todo, casi nada falla en este engranaje la verdad. Quizás la continuidad y lo recargado en la acción sea demasiado para tus nervios. Quizás dar más información de la historia y ampliar la introducción hubiera mejorado la pieza. Minucias. A muchos nos sigue encantando ese olor a gasolina y ese clima cargado. Ese aroma a viejo. Ese ruido imponente y sucio del interventor resonando en nuestra cabeza. Siempre soñamos con volver a esas carreteras abandonadas y al fin lo hemos conseguido.
Disfruten. La ocasión lo merece.
Calificación: 8/10
Título original: Mad Max: Fury Road (Mad Max 4)
Año: 2015
Duración: 120 min.
País: Australia
Director: George Miller
Guión: Nick Lathouris, Brendan McCarthy, George Miller
Música: Junkie XL
Fotografía: John Seale
Reparto: Tom Hardy, Charlize Theron, Nicholas Hoult, Hugh Keays-Byrne, Zoë Kravitz, Angus Sampson, Rosie Huntington-Whiteley, Riley Keough, Nathan Jones, Abbey Lee,Josh Helman, Courtney Eaton
Productora: Coproducción Australia-EEUU; Kennedy Miller Productions / Icon Productions