Lucy
Hace tres años llegó a nuestras pantallas una película con un argumento innovador y diferente dirigida por Neil Burger y basada en una novela de Alan Glynn. Se trataba de Sin límites, y el argumento consistía en un escritor que debido a una serie de problemas, se decide a probar una nueva droga que le permite exprimir al máximo su cerebro y tener una capacidad inaudita. En Lucy el argumento es prácticamente idéntico, con un par de sutiles diferencias: La protagonista es una chica, y la droga no la ingiere por elección propia. Dejando aparte estos puntos, la base de la última película de Luc Besson es igual. Y además, si en Sin límites nos encontramos con un final bastante particular, en Lucy estamos ante una paranoia inexplicable.
Lucy (Scarlett Johansson) es una chica normal que vive en Taiwán y se deja engañar por su novio. Entrega un maletín al Señor Jang sin saber que en ese maletín, aparte de cuatro paquetes de una nueva droga, va su billete hacia Europa como mula de drogas. Debido a una serie de sucesos se le desprende la droga en el organismo y se convierte en una persona inteligente, veloz y letal. Para intentar explicar la evolución que va sufriendo Lucy por la ingesta de drogas se introduce un nuevo personaje llamado Profesor Norman (Morgan Freeman). Al principio se tratan de historias paralelas, por una parte los sucesos de Lucy y por otra las explicaciones de Norman, hasta aproximadamente la última media hora que llegan a juntarse estos dos personajes.
En los últimos años la aparición de Scarlett Johansson en cualquier película es una apuesta segura. Además está volviéndose selecta en la elección de películas, dejando aparte el mundo Marvel, y esto no hace más que agrandar su leyenda. Aun así hasta ahora nunca ha tenido un papel muy protagonista y en Lucy le ha llegado su oportunidad, un papel difícil de afrontar y en el que ha de resolver un difícil guion sin la ayuda de nadie. Una sensación agridulce me sacude al acabar de ver su actuación pues en las primeras escenas sostiene la película de manera convincente, pero al llegar a una escena que transcurre en el hospital los cimientos se vienen abajo y simplemente se deja llevar, pero eso sí, la culpa en ningún momento es de ella y sí del alocado guion de Besson. Morgan Freeman parece un fijo en películas de ficción, en este caso su personaje no aporta nada pues además las premisas científicas que va explicando son totalmente erróneas, eso de que solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro es falso y además está demostrado, pero al director parece que no le importa absolutamente nada y utiliza esta teoría para desarrollar el personaje de Lucy.
La primera hora trata sobre la asimilación de los poderes de Lucy y como va desentramando la mafia de la droga que envuelve al Sr. Jang. Una vez se libera la droga en el organismo de la protagonista ella trata de buscar venganza y, ante todo, eliminar el resto de paquetes de droga que viajan hacia Europa. Todo esto lo realiza mientras su capacidad cerebral va creciendo más allá del 10% (lo que consideran tenemos todos). El trabajo de fotografía en este proceso es perfecto, sobre todo empleando imágenes metafóricas tanto del primer homínido (llamado Lucy) como de otro tipo de animales haciendo semejanza con lo que va evolucionando el personaje de Scarlett. Aparte de esta fotografía nos encontramos con unas escenas de acción bien hechas y con buena sincronización.
Desafortunadamente, en la última media hora las drogas han pasado por manos de nuestro amigo Besson. Sinceramente, conociendo un poco sus últimas películas no esperaba nada extraordinario más allá de un entretenimiento, pero la locura que inunda la pantalla en esta última parte es digna de un excesivo consumo de LSD. Explicándolo un poco, se supone que aquí Lucy quiere que la ciencia estudie lo que le ocurre para así poder mejorar sus teorías o, en su caso, confirmar las teorías del Profesor Norman. Pero esto únicamente se supone, porque lo que ves es un revuelto de efectos visuales mareantes. Y por aquí aparecen los asiáticos mafiosos, sin ninguna trascendencia pues provocan una total indiferencia. Gracias a dios que al menos, en cuanto a duración, han sido sensatos y ni llega a los noventa minutos (¿o tal vez se les iba de precio al contratar a Scarlett Johansson y Morgan Freman?), no me quiero imaginar las rocambolescas escenas que hubiera si el presupuesto fuese superior, a los en torno a cuarenta millones, y se hubiera alargado a las dos horas de rigor.
Una película con un entretenimiento a ratos, que baja puntos al saber que no le van a hacer ni un solo rasguño a Lucy. Lo que comienza con una idea más o menos buena va decayendo según avanzan los minutos. Además es totalmente irreal (sí, sé que es ciencia ficción, pero si te basas en un argumento científico al menos deberías ser algo real), no consigo entender como Luc Besson considera que si utilizamos más parte de nuestro cerebro podemos llegar a controlar a la gente o, lo que es peor, entender todos los idiomas y leer a una velocidad digna de Superman, sin ningún entrenamiento y sin siquiera darnos cuenta. Como puntos positivos nos encontramos a una buena Scarlett Johansson (ha demostrado que puede llevar una película ella sola) y una magnífica fotografía. Desgraciadamente se les ha ido de las manos todo, una locura tras otra y un lunático final.
Calificación: 6/10
Año: 2014
Duración: 90 min.
País: Francia
Director: Luc Besson
Guion: Luc Besson
Música: Eric Serra
Fotografía: Thierry Arbogast
Reparto: Scarlett Johansson, Morgan Freeman, Choi Min-sik, Amr Waked, Yvonne Gradelet,Jan Oliver Schroeder, Julian Rhind-Tutt, Pilou Asbæk, Analeigh Tipton, Nicolas Phongpheth, Luca Angeletti, Loïc Brabant, Pierre Grammont, Pierre Poirot, Bertrand Quoniam, Pascal Loison, Pierre Gérard, Isabelle Cagnat, Frédéric Chau
Productora: EuropaCorp / TF1 Films Production / Universal Pictures
Sinceramente Morgan Freeman es de mis actores favoritos, su actuación en esta película fue desabrida y sin sentido, en cuanto a Lucy la película comienza bien pero poco a poco va tomando un rumbo que deja a los espectadores con un sin sabor y decepcionados. Yo quede así, más de la mitad del cine lo hacía.
Alguien me dijo que no fuera, que la única acción que se ve es la que muestran en el trailer. Creo que el cine hollywoodense se está volviendo repetitivo, solo vi una versión mala de lo que fue «sin límites» con un joven estrella Bradley Cooper y un maduro Robert de Niro.
Realmente esperaba más, el cine independiente esta dando más.