Los Minions
Pulp Minion. Cariño, he encogido a los Minions. Minion dollar baby. Slumdog Minionaire. Carminion o revienta. Y así podría estar horas y horas, hasta que nos cansemos. Esta Minion-manía que se ha creado los últimos años, y se dedican a explotar en épocas promocionales, es de las más cansinas que recuerdo, solo al estilo de Mediaset o Atresmedia cuando producen alguna película española que se dedican a distribuir de manera masiva, agobiando a los actores con entrevistas día sí día también por la simple creencia de que, taladrando al espectador, acabará acudiendo en masa al cine. Y lo peor no es eso, sino que encima lo consiguen y vemos casos como Ocho Apellidos Vascos, reventando la taquilla española, y El Niño. Dios me libre de criticar la afluencia de la gente al cine, pues ojalá aumentase todas las semanas, pero sí que me parece perjudicial este tipo de actividades propagandísticas llevadas tan al extremo, incluso haciendo sentir a uno mismo como un inútil si no ve la película influenciando su opinión radicalmente.
Con Los Minions debo admitir que esta campaña de marketing no fue creada por la productora, sino por el público. Gru, mi villano favorito destaca por tener a estos personajes amarillos, sin embargo toda la obra no está centrada en ellos, ni mucho menos. He de confesar que la primera película me gustó, el tratar como personaje central un villano y como se rodea de gente para conseguir sus objetivos, dotándole de un humor práctico y efectivo, aunque pecando de la falta de originalidad en gran parte. Además los escurridizos compañeros, amantes de las bananas, eran graciosos y encajaban en la situación. Después llegó Gru 2, con todo el boom de los Minions, e incorporaron un personaje femenino abriendo una historia muy forzada, situaciones absurdas y, lo peor, dotando de gran parte del peso de la obra a los que, en la primera, eran secundarios. Ya se notaban carencias grandes. Esto mismo es lo que falla en Los Minions, que ellos son los protagonistas. Son unos personajes que, si recurres a ellos ocasionalmente, te sacan una buena carcajada, pero si les das la batuta acaban agobiando y cansando. Y lo peor, se nota que la película va a lo que va: $$$
Los Minions comienza introduciéndote la creación, porqué buscan al mejor malvado y mostrándote algunos de ellos y las consecuencias que desencadenaron en su derrocamiento. Ante la posibilidad de afianzar una cabeza visible que los represente deciden embarcarse en un viaje hacia una convención de villanos, donde conocerán a Scarlet Overkill, la malvada más malvada, y con ello trasladarán su hábitat de la Antártida a Nueva York. La capacidad de esquematizar esta historia está bastante bien, no satura el preludio (que es de lo que pecan muchísimos directores actuales). No es necesario estar media hora contando su origen, eso nos da igual pues además ya está medio explicado de antes, así pues enseguida da comienzo la acción hacia tierras neoyorkinas. Una vez llegan a la convención de villanos (en torno a la media hora del metraje) ya te das cuenta que no, que esto no da para más. Y es por lo mismo que he comentado antes, estos personajes no tienen jugo que extraerles, en la primera película queda claro para lo que sirven, pueden darle las vueltas que quieran pero seguirán siendo puros gregarios.
Posee su principal error en no ser nada más que una frase alargada hasta la creación del guión. Un relleno vacío que no sabe por dónde salir y con grandes problemas de enlace entre escenas, recurriendo al fácil recurso de un tonto chiste. Haciendo un símil, es como ir acumulando mierda debajo de la alfombra, y nadie la ve, hasta que llega el momento que la montaña es más grande que la propia casa y acaba estallando. Aquí es exactamente igual, un apelotonamiento de chistes que acaban hartando hasta el punto de ponerte a repasar la lista de menesteres que hay que comprar al salir, o el restaurante al que llevar a tu hijo a comerse la hamburguesa.
Cine puramente económico. Es cierto que todas las obras buscan ganar dinero, pero hay una diferencia bastante importante, y es la de querer algo más. Normalmente existe alguna idea que querer transmitir, de lo más simple como: “No contamines” hasta un dilema filosófico a favor o en contra del keynesianismo, pero no deja de ser algo, que en Los Minions brilla por su ausencia. Tampoco existe diversión familiar, solo infantil. Un adulto la ve y se cansa, se aburre. El niño se reirá porque los muñecos hacen gracietas plagadas de repetitividad y conservadurismo, pero nada más. Una verdadera desilusión, porque en las anteriores algo más había, y esto reafirma más el hecho “Show me the money”. A mí dame billetes que yo te sacaré algo rentable, así trabaja gran parte del cine actual. Cualquier comparación con Pixar, Dreamworks y Ghibli es un insulto hacia estas tres generadoras de los grandes trabajos animados.
Una nueva oportunidad perdida para todos. Van a recaudar millones, es lógico, además de la incontable cantidad de merchandising que estarán vendiendo, pero siempre será un chiste alargado hasta la saciedad. Me pregunto qué piensan contar en la segunda parte de Los Minions, prevista para 2017, pues si aquí hay poco (o nada) interesante… Sinceramente, ¿para qué me preocupo? A los niños que les hace gracia la primera parte, para 2017 estarán crecidos y pasarán de esto, la moda podría ser una hormiga verde, un grillo azul e incluso un calamar con pérdidas de tinta que se dedica a leer Kafka, ¿quién sabe? Si hasta Paquirrín e Ylenia consiguen triunfar con el mundo de la “canción”, cualquier producto se puede echar a la cara y oídos de la gente siempre que se muestren receptivos. Por mi parte me bajo del carro, mi filtro ha saturado y debo analizar que ver.
Calificación: 3/10
Título original: The Minions
Año: 2015
Duración: 91 min.
País: Estados Unidos
Director: Kyle Balda, Pierre Coffin
Guión: Brian Lynch (Personajes: Ken Daurio, Cinco Paul)
Música: Heitor Pereira
Fotografía: Animation
Reparto: Animation
Productora: Illumination Entertainment
