Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte 2
Quien esto firma no comparte la opinión más o menos generalizada de crítica y público acerca de los fallos de Sinsajo. Parte 1 como película. Van varias veces que la reviso y no solo no advierto ese supuesto tedio que la marca (se me pasa volando y no miro el reloj ni una sola vez) sino que tampoco veo por ninguna parte ese «es que no pasa nada» que acude a los labios de los sufridos espectadores. Pasan cosas, por supuesto que pasan. Todo el rato, me atrevería a decir. Quizás lo que pasó es que después de dos películas seguidas contemplando las aventuras de Katniss Everdeen y Peeta Mellark en los Juegos del Hambre (con la consecuente acción continua), el público no estaba muy preparado para una película tan distinta como Sinsajo, con un ritmo más reposado y trama bélica más «clásica», por así llamarla.
Vista ahora Sinsajo. Parte 2, la verdad es que se complementa perfectamente con la Parte 1 y merece mucho la pena verlas las dos juntas. Sólo así se puede tener la fotografía completa de lo que es este final de una saga que no solo ha arrasado en taquilla, sino que se ha ganado un lugar en el corazón de los espectadores y el imaginario colectivo que, aunque quizás nunca vaya a poder compararse con el estatus casi mítico de Harry Potter o El señor de los anillos, sí le va a permitir mantenerse en la memoria de todos mucho mejor que otras sagas (seamos serios… ¿quién se acuerda ya de la saga Crepúsculo y el culebronesco triángulo amoroso entre el pétreo vampiro Edward, la pánfila humana Bella o el musculosísimo hombre lobo Jacob?).
Vamos primero con las malas noticias. O con las noticias menos buenas. Es posible que Sinsajo. Parte 2 sea la película de la saga que menos atención presta a los personajes y su desarrollo. Todos entendemos que a estas alturas Francis Lawrence y su guionista Danny Strong no van a perder tiempo explicando al público quiénes son Katniss, Gale, Peeta, Snow, Haymitch o Effie, pero queda una sensación de cierta escasez en la caracterización. Es como si, para compensar por las críticas recibidas ante la supuesta poca acción de la primera parte, esta fuera un gigantesco episodio bélico de asalto al Capitolio y poco más. Hay relativamente pocas conversaciones con enjundia y se echa en falta algo más de atención a los sentimientos de los personajes. El otro fallo más grave (aunque no demasiado) es el epílogo. Sin desvelar nada de su contenido, el realizador de Soy leyenda (2007) lo ha filmado con una fotografía de anuncio de colonia, demasiado luminosa y bonita, que le da a la escena un cierto tono dulzón y cursilón que en modo alguno tenía en la novela. Una voz en off igual tampoco hubiera estado mal, en vez de hacer hablar directamente al personaje que habla. Hubiese otorgado a la escena el sabor dramático de las páginas impresas.
Sin embargo, quitando eso, no debería ser difícil reconocer que Sinsajo. Parte 2, como sus predecesoras, es cine de entretenimiento de primerísimo nivel. Es espectacular, la acción funciona perfectamente, no resulta pesada pese a sobrepasar las dos horas de duración, cierra todos los frentes y sigue combinando pirotecnia con sentimientos de forma excelente. En general, se puede decir que la película resulta victoriosa sobre todo en la plasmación de los dos mensajes más importantes que transmite Suzanne Collins en esta última y tan distinta novela de su trilogía: el poder corrompe siempre y a todos, y muy especialmente a quienes más han sufrido a manos de ese mismo poder (lo que viene siendo volverse más papista que el Papa), y la vida nunca puede ser igual otra vez después de acontecimientos tan terribles como los que viven los personajes de esta saga. Todo esto se consigue con secuencias verdaderamente extraordinarias como la del último asalto a la mansión de Snow o conversaciones (escasas, como ya hemos dicho, pero importantes) como aquellas que clarifican el cambio en la relación de Katniss con Gale por un lado (y el cambio que está experimentando este, convirtiéndose poco a poco en un duro soldado) y con Peeta por otro. En resumen, es una película muy bien hecha (atención a los efectos visuales o el vestuario) y que logra un balance excelente entre todos sus elementos. Secuencias como la del ataque en las alcantarillas o la ola de brea sin duda merecen el precio de la entrada.
En cuanto al humor, es quizás la película menos divertida de la saga, aunque sigue habiendo toques de humor muy acertados servidos sobre todo por Haymitch y Effie, quienes además comparten un momento sorprendente que es literalmente aplaudido por la platea y que no está en el libro. Cabe preguntarse si ha sido incluido por la enorme química que siempre han tenido Woody Harrelson y Elizabeth Banks, soberbios en sus roles. Además, la saga sigue conservando intacto su poder emotivo (ver el abrazo de las hermanas Everdeen mientras bailan o las muertes de algunos personajes), y todo el tercio final, desde los últimos compases de la guerra hasta que llega el fundido a negro, es para enmarcarlo por su dramatismo y su emoción.
Entre los actores, brillan sobre todo los secundarios, y muy especialmente Donald Sutherland. Uno de los grandes aciertos de la saga en cine es el mayor protagonismo de Snow, y el mítico actor saca petróleo de sus apariciones, y muy especialmente de dos escenas, que son por supuesto la conversación con Katniss en el invernadero y la última en la que aparece. Glorioso. Jena Malone es una robaescenas que hace desear que Johanna hubiera tenido más peso en la historia. Julianne Moore es Coin tal y como nos la imaginamos en la novela. Natalie Dormer sigue demostrando que, sea aquí, en Los Tudor o en Juego de Tronos, no hay personaje que se le resista. En cuanto a los protagonistas, Liam Hemsworth sigue abusando por desgracia de su clásica mirada perdonavidas, mientras que Josh Hutcherson sale mucho más airoso en su recreación de los demonios de Peeta, que son muchos en esta última película. Jennifer Lawrence ya no tiene que demostrar nada a nadie (¡y solo tiene 25 años!) y está muy cómoda en la piel de Katniss, y así, sin esforzarse mucho, brinda algunos momentos antológicos, como su «conversación» con el gato Buttercup.
Así que basta ya de afilar los cuchillos con esta saga sólo porque sus protagonistas son adolescentes, porque su target potencial es el público más joven o porque tiene una historia de amor. «Juvenil» no quiere decir «malo». «Comercial» no quiere decir «malo». Con todos los defectos que pueda tener (y los tiene), Los juegos del hambre ha hecho mucho por crear ficción de entretenimiento con calidad y muy disfrutable también para el público adulto y no sólo para adolescentes. Hace pensar, habla de política (sin necesidad de ser Orwell o Bradbury, pero habla), reflexiona muy bien sobre muchos temas interesantes y, sobre todo, resulta emocionante, espectacular y adictiva. El porqué se le ha pedido más que eso (¿no es suficiente?) o se ha pretendido que alcanzara objetivos que no se planteó en ningún momento es una duda que atormenta.
El final de la odisea de Katniss Everdeen ha llegado. Disfrútenlo. Hay mucho que disfrutar.
Lo mejor: Su halo dramático, todo el trabajo técnico y el esfuerzo de los actores.
Lo peor: Le falta un poco de empaque en el desarrollo de personajes y le sobra algo de azúcar al final.
Calificación: 8,5/10
Título original: The Hunger Games: Mockingjay – Part 2
Año: 2015
Duración: 137 min.
País: Estados Unidos
Director: Francis Lawrence
Guión: Danny Strong (Novela: Suzanne Collins)
Música: James Newton Howard
Fotografía: Jo Willems
Reparto: Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Sam Claflin, Liam Hemsworth, Donald Sutherland, Julianne Moore, Natalie Dormer, Gwendoline Christie, Philip Seymour Hoffman, Robert Knepper, Stef Dawson, Elden Henson, Evan Ross, Mahershala Ali,Wes Chatham, Omid Abtahi
Productora: Color Force / Lionsgate