Locke
La vida es muy jodida a veces, no nos engañemos. Detrás de una buena noticia hay cinco malas esperándote, detrás de lo bueno suele aparecer la tempestad y ahí es donde te esperan los problemas. Ya sean relativos a tener mucha o poca pasta, a peleas familiares/conyugales o ya sea por motivos laborales, los marrones suelen aparecer en modo extremo y con la cara de Jack Torrance (del todo menos amigable) más a menudo de lo que debieran, afectando negativamente a nuestro comportamiento y alterando nuestro equilibrio vital, resultando una china en el zapato para el individuo, un dolor de cabeza demasiado continuo.
Ante esta premisa, se nos plantea un doble dilema: huir de todo altercado y escapar sin más, o echar casta y afrontarlos con fuerza y con la mayor integridad posible. Elige si llevar el ancla a cuestas toda la vida o quitarte el peso de encima, analiza las ventajas e inconvenientes de ambas decisiones y afronta las consecuencias. Esa es la base de la condición humana: acción y reacción, prueba y error. Ahí esta la virtud del ser humano, su excelencia y su imperfección, en las decisiones a tomar y en sus posibles efectos secundarios. De esa imperfección y de esa tesitura es de lo que nos habla la nueva obra de Steven Knight, Locke; de hasta que punto el ser humano debe de estar preparado ante la inestabilidad por las que nos hace pasar el destino en determinadas ocasiones.
El peso de una elección es un peso que no todo el mundo puede llevar en sus hombros, exige una capacidad de sacrificio y un esfuerzo sobrehumano que no cualquiera puede llegar a soportar. En síntesis de eso va nuestra cinta: de como un hombre tiene que resolver su vida y encontrar la luz ante una sucesión de problemas originados por una mala decisión tomada en el pasado, por una cagada que le pesará el resto de su vida y de la que intentará encontrar solución para escapar del infierno personal en el que está sumergido en la actualidad. Sólo eso. Vive como puedas y apechuga con lo que hagas. Fin.
Fresca, directa y sencilla; Locke es brutalmente directa e increíblemente emocional. El director ha conseguido tirando de una idea sencilla crear un cine mínimo e intimo con tan sólo un par de cámaras, un actor, muchas recursos y una profundidad en la interpretación simplemente espectacular. Aquí lo que cambia, respecto a otras películas de este género, es el concepto, la propuesta, la forma en la que el director decide hacernos llegar los acontecimientos y el torrente emocional que el protagonista principal desata durante todo el recorrido la cinta; haciendo de la reflexión y los sentimientos su principal arma para llegar al corazón del espectador.
Tanto la labor en la realización, obra del ya nombrado Steven Knight (Redención,2013), como la labor interpretativa de Tom Hardy (RocknRolla,2008) resultan sencillamente geniales, alcanzando el segundo un nivel casi sobresaliente, comiéndose la p**a cámara de principio a fin; colosal. Gracias al trabajo de ambos uno se olvida de que la idea sea repetitiva o que el guión resulte algo plano. Tirando de una estética llamativa, de planos dinámicos y de una calidad interpretativa de quilates se consigue crear una ambientación tan cargada, tan difusa, tan cercana, que llega a envolver y a conmover consiguiendo impactar por su dinamismo aún sin cambiar de espacio, sin cambiar de ubicación (todo transcurre dentro de un coche).
Ocurre tanto dentro de ese cubículo que asusta. Hay tanto ahí dentro, tantas emociones, tantas esperanzas y sueños rotos que uno llega a sentirse cada vez más fatigado y cansado, con ganas de encontrar una salida real, de encontrar un fin a todo el conflicto que se avecina. Cuando ves a Hardy sientes en él miedo y sufrimiento, ves una evolución negativa en su persona, notas su cansancio y fatiga; sabe transmitir en todo momento esa caída en picado que podemos sufrir en cualquier momento, esa ostia en la cara que cualquiera puede llevarse por el cruel destino que le espera al girar la esquina. Sensacional transmisor de realidades.
Aunque no está al nivel de la grandiosa Buried (Rodrigo Cortés,2008) ni por lo original de su idea, ni por la rotundidad, ni por la fuerza de la propuesta, Locke se le acerca bastante; consiguiendo transmitir al espectador sensaciones contradictorias y sumamente profundas. Si van al cine no se arrepentirán. Cojan el coche, relájense y decidan. Hoy puede ser el primer día de una nueva vida.
Calificación: 7/10
Año: 2013
Duración: 85 min.
País: Reino Unido
Director: Steven Knight
Guión: Steven Knight
Música: Dickon Hinchliffe
Fotografía: Haris Zambarloukos
Reparto: Tom Hardy, Olivia Colman, Ruth Wilson, Andrew Scott, Ben Daniels, Tom Holland
Productora: Coproducción Reino Unido-EEUU; IM Global, Shoebox Films