Lo mejor de mí
¿A qué huelen las nubes? ¿Qué se puede hacer para detener el cambio climático? ¿Adónde vamos? ¿De dónde venimos? ¿Cómo y cuando se reproduce el pingüino antártico?
Todas estas son preguntas más interesantes a las que dedicar su tiempo en vez de enfrentarse a Lo mejor de mí.
La enésima adaptación de una novela de Nicholas Sparks (ese señor que, repitiendo una y otra vez la misma trama sin pudor alguno, se ha hecho multimillonario… ¿el secreto? un amor secreto/prohibido/torturado/todo a la vez de dos amantes tipo Romeo y Julieta enfrentados a la oposición social o paterna y afectados por alguna terrible enfermedad o accidente) es una de las películas más sosas y planas que se puedan encontrar por ahí. Allí donde El diario de Noah (Nick Cassavetes, 2004) o Un paseo para recordar (Adam Shankman, 2002) triunfaban porque eran, sencillamente, buenas películas más allá de su argumento y estaban hechas con gusto y buenos actores (más o menos), Lo mejor de mi exhibe una vagancia creativa realmente preocupante. No hay nada interesante ni en su punto de partida ni en su desarrollo, y cualquiera que conozca un poco el estilo Sparks ya sabe también más o menos cómo va a terminar la cosa.
Entre los actores (con nombres tan americanos, molones y «vigilanteplayeros» como Luke Bracey o Liana Liberato), James Marsden, una vez acabado su periplo como superhéroe en X-Men, aparece ya resignado a tener que aceptar este tipo de roles que solo requieren su presencia de guaperas para salir adelante. Michelle Monaghan, una actriz más interesante que su compañero y ya consagrada en la excelente serie True Detective, se ve afectada por la nadería estúpida que es el guión. Lo demás es una colección de anécdotas la mar de aburridas (¡es que dura casi dos horas!), los clásicos dramas familiares, diálogos de esos que parecen los últimos que el mundo va a escuchar antes de morir de un subidón de azúcar y momentos épicos de esos de los amantes bailando o besándose bajo la lluvia.
Cabe preguntarse por qué el género romántico, salvo honrosas excepciones (la trilogía Antes del amanecer/atardecer/anochecer de Richard Linklater, por ejemplo), está estancado en estas historias que no arriesgan nada, que están más vistas que el tebeo, con diálogos de esos que jamás se escucharían en una conversación normal y que son mediocridad pura para espectadores muy poco exigentes. Pero claro, una vez más, ¿por qué buscar innovación en una historia parida por el autor de Mensaje en una botella o Noches de tormenta?
Muy bonita (es de suponer) para los fans más acérrimos del romanticismo más cursilón pero un verdadero suplicio para los demás.
Lo mejor: Cuesta encontrar algo… quizás el aspecto visual de la cinta, a pesar de que es ese típico preciosista de todos los dramones románticos, que parece un anuncio de colonia.
Lo peor: Lo sosa, aburrida, estúpida, tópica y plana que es. Pero qué cabía esperar.
Calificación: 1,5/10
Título original: The Best of Me
Año: 2014
Duración: 117 min.
País: Estados Unidos
Director: Michael Hoffman
Guión: Will Fetters, J. Mills Goodloe, Michael Hoffman (Novela: Nicholas Sparks)
Música: Aaron ZigmanFotografíaOliver Stapleton
Reparto: James Marsden, Michelle Monaghan, Luke Bracey, Liana Liberato, Caroline Goodall, Sebastian Arcelus, Jon Tenney, Gerald McRaney, Clarke Peters, Sean Bridgers, Rob Mello, Hunter Burke, Robby Rasmussen, Caroline Hebert, Ian Nelson, Schuyler Fisk, Douglas M. Griffin, Bill Martin Williams
Productora: Media / DiNovi Pictures / Surefire Entertainment Capital
Esta película… a ver como lo digo, le di media hora, y ya no pude más…
Y ojo que no reniego de los films románticos, que también los hay muy buenos, pero este en cuestión, es mejor dejar al lado de la cuneta, y ahorrarse el tiempo.
Si quieres otra alternativa actual, por ejemplo tenemos «Los imprevistos del Amor», cursi y empalagoso de nombre, pero tremendamente entretenida y divertida a veces…
Opinamos lo mismo… la película no vale nada. Una pena.