La ignorancia de la sangre
Sevilla. 12:30 horas. Cines de Nervión Plaza. Suena el pistoletazo de salida para este XI Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF’14). Comienza la sesión. Se trata de la película inaugural. La última obra del realizador madrileño Manuel Gómez Pereira, célebre por títulos como ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? (1993), Todos los hombres sois iguales (1994), El amor perjudica seriamente la salud (1996), Cosas que hacen que la vida valga la pena (2004) o Reinas (2005) hace su estreno mundial en esta cita sevillana y lleva por nombre La ignorancia de la sangre. Ahora, lejos del terreno de la comedia (al menos esa era la intención), Gómez Pereira adapta a la gran pantalla una novela del escritor inglés Robert Wilson. La historia nos lleva hasta la capital andaluza, donde el jefe de homicidios, Javier Falcón (Juan Diego Botto), deberá resolver unos cuantos casos al mismo tiempo relacionados con la mafia rusa, el terrorismo islámico y el CNI, en el que además el propio Falcón se verá envuelto personalmente y afectará a su pareja actual, Consuelo (Paz Vega) y el hijo de esta.
Con una narración confusa, caótica y muchísimos desvaríos, así como flagrantes agujeros en el guion, Gómez Pereira es incapaz de dotar a la cinta cualquier mínima muestra de verosimilitud, de tensión, drama o cualquier ingrediente que no sea el de la risa involuntaria. Este disparatado thriller policiaco con mafiosos, espías y terroristas por doquier que pululan por pantalla como Pedro por su casa, contiene además un montaje desastroso y unas escenas de acción que parece más un espectáculo del Parque Warner Madrid que otra cosa. No ayuda en absoluto una pareja de actores terriblemente en escena, pues unos lamentables Paz Vega y Juan Diego Botto solo aportan negativamente al conjunto. No crean que el resto de secundarios se salvan de la hoguera, ni tan siquiera un decidido Alberto San Juan interpretando a una marroquí sale airoso. Los clichés de los personajes, los diálogos esforzados y unos escenarios sevillanos introducidos cutremente (ese evento del Betis en las “setas” de la Plaza de la Encarnación resulta grotesco) consiguen que este producto esté más cerca de un paupérrimo telefilme o de un capítulo tosco y barato de una serie andaluza de pésima calidad que de una película para exhibirse en salas.
Encontramos escenas absolutamente irrisorias, que entrarían perfectamente dentro de las peores secuencias filmadas en el cine español. Por lo que, y aunque pueda pecar de reiterativo, he de insistir en que la risa involuntaria, o más bien la carcajada, le aparece a uno incontroladamente a lo largo del metraje en bastantes ocasiones.
Fallida a más no poder, no me creo nada de lo que sucede, y lo que es peor, una vez transcurrida media hora de metraje, ya hasta dejó de interesarme. Una catástrofe que se queda en pañales al lado de interesantísimos títulos que nos ha brindado nuestro cine patrio a lo largo de este 2014: El Niño, La isla mínima, Magical Girl, La cueva, 10.000 km…
No se puede comenzar peor un festival, ¿cómo han podido programar semejante engendro? Por mucho que salgan estrellas en su reparto y las localizaciones sean en el mismo lugar donde se celebra el certamen (como dato, decir que el filme se estuvo rodando el año anterior en la misma semana en la que transcurría la pasada edición del SEFF) no hay excusas para tal delito. La ignorancia parece que se está apoderando de muchos…
Calificación: 2/10
Título original: La ignorancia de la sangre
Año: 2014
Duración: 109 min.
País: España
Director: Manuel Gómez Pereira
Guion: Nicolás Saad (Novela: Robert Wilson)
Música: Federico Jusid
Fotografía: Aitor Mantxola
Reparto: Juan Diego Botto, Paz Vega, Alberto San Juan, Cuca Escribano, Francesc Garrido,Pilar Mayo, Khaled Kouka, Ken Appledorn
Productora: Tornasol Films / Maestranza Films