La Bruja
El género de terror, muchas veces denostado, parece poco a poco estar encontrando una voz nueva ante productos más arriesgados, de desarrollos más personales y artísticos. Así tenemos películas como “The Babadook” o “It Follows”, las dos propuestas más destacadas del género en los últimos años, a la que habría que sumar “La bruja”, película que ya venía causando revuelo desde que ganó el premio al mejor director en el festival de Sundance del año pasado.
La bruja” es el debut de Robert Eggers en la dirección y guión, ( que proviene de su fascinación por las brujas desde pequeño). El subtítulo de la película reza “A New England Folktale”, y es que al parecer Eggers estudió exhaustivamente los relatos y leyenda de Nueva Inglaterra respecto a la brujería. Así pues, el realizador traza la historia de una familia puritana aislada en un páramo dentro del bosque, y sobre ella reconstruye una historia totalmente deudora del folklore en el que se inspira.
La cinta se desarrolla en Massachusetts de 1630, una época en la que los británicos emigraban por primera vez a América, y en la que la superstición religiosa era muy frecuente entre la gente común y corriente. Nuestros protagonistas son una familia que cree firmemente en los rezos y las enseñanzas de los evangelios—el padre es William, quien quiere desarrollar un lazo más fuerte con su hijo mayor, Caleb . La madre es Katherine, quien siente un fuerte resentimiento hacia su hija mayor, Thomasin a la que culpa por la desaparición (y presunta muerte) del bebé de la familia. Por último, están los gemelos: Mercy y Jonas , que se pasan los días jugando con el chivo de la granja, Black Phillip.
Después de ser expulsados del pueblo debido a sus creencias religiosas, la familia decide mudarse a una granja cerca a un bosque oscuro. Los padres tratan de mantener a su familia cosechando sus alimentos, pero una maldición parece haber afectado sus tierras. Y cuando una serie de tragedias comienzan a llevarse a cabo, le echan la culpa al Diablo. Es por ello que, después de un malentendido, acusan a Thomasin de haberse convertido en bruja. Confundida y molesta, la hija tratará de probar su inocencia, a pesar de que tanto los gemelos como sus padres parecen no creerle.
Estéticamente apabullante, con una preciosa dirección y una fotografía basada en la iluminación y una banda sonora que pone los pelos de punta, y con un reparto de rostros desconocidos, ( que la hacen más creible ), pero muy inspirado, “La bruja” es una muestra más de que se puede tomar tan en serio este tipo de cine como cualquier otro. Visualmente es un espectáculo artístico, y narrativamente una interesante representación de los mitos.
Así pues, no cabe esperar en el resultado final escobas voladoras, gorros puntiagudos y verrugas con vello incrustado. El resultado es mucho más siniestro, tétrico y cercano a lo que se decía que estos seres en épocas pasadas. El miedo en la película se basa en una atmósfera absolutamente inquietante, que se va desarrollando hasta desembocar en una aterradora pesadilla. La falta de sustos fáciles o de excesivos elementos fantasiosos ha hecho que mucha gente no haya dudado en afirmar que realmente no es una película de terror. Un enfoque totalmente equivocado, pues la película representa esa perturbación que se va metiendo en los huesos, mucho mejor que cualquier truco barato. Negar “La bruja” como terror sería negar el género en sí.
“La Bruja” tiene mucho que decir sobre el fanatismo religioso de la época, y la manera en que el miedo puede afectar psicológicamente a gente vulnerable. Todos los grandes miedos que uno podría tener de adulto son representados con escalofriante verosimilitud en la película: el miedo de perder a un hijo; el miedo de no poder alimentar a su propia familia; el miedo a perder la fe. La pelicula funciona porque, a pesar de presentar situaciones y personajes sobrenaturales, lo hace con realismo, en un contexto histórico verdadero y a través de un tipo de personajes que sabemos que existieron .
Y es ahí, precisamente, donde radica el mayor diferencial de “La Bruja”: en su economía de recursos narrativos. Esta no es una película que necesita de grandes secuencias de sangre, tripas y torturas, o de escenas sobrenaturales exageradas, llenas de efectos especiales, para asustar a su público. El filme se toma su tiempo: el ritmo es lento y el diálogo es mínimo, pero la historia es tan interesante que nunca aburre. La película asusta no porque nos haga dar saltos en la butaca cada cinco minutos o porque presente monstruos o espíritus grotescos; asusta porque logra desarrollar una gran atmósfera de terror a través de breves escenas angustiosas.
“La Bruja” es una película diferente pero imperfecta. La conclusión, aunque lógica dentro del contexto de la historia, puede resultar muy exagerada para algunos espectadores, y el primer acto puede resultar muy lento y tedioso para otros. No obstante, siempre preferiré ver un filme original , ambicioso y arriesgado con algunos fallos que la hacen no ser redonda, que una cinta más del montón llena de clichés. Ver “La Bruja” es como experimentar una pesadilla en vivo, llena de imágenes escalofriantes y situaciones inquietantes.
Calificación: 7/10
Año: 2015
Duración:92 min.
País: Estados Unidos Estados Unidos
Director: Robert Eggers
Guión: Robert Eggers
Música: Mark Korven
Fotografía: Jarin Blaschke
Reparto: Anya Taylor-Joy, Ralph Ineson, Kate Dickie, Harvey Scrimshaw, Lucas Dawson, Ellie Grainger, Julian Richings, Bathsheba Garnett, Sarah Stephens, Jeff Smith
Productora: Coproducción USA-Canadá-Reino Unido; A24 / Code Red Productions / Pulse Films / Scythia Films / Rooks Nest / Maiden Voyage Pictures / Mott Street Pictures
Género: Terror | Siglo XVII. Brujería. Religión. Drama psicológico. Cine independiente USA