Kingsman
Poco a poco y sin armar mucho revuelo, el británico Matthew Vaughn se ha labrado una impresionante carrera compuesta por grandes películas con cintas como Stardust (2007), Kick-Ass (2010) o X-Men: Primera Generación (2011).
Estos filmes, que comparten además de su naturaleza despreocupada y desenfadada la precedencia directa e indirecta del mundo del cómic, pues Kick-Ass, X-men y Kingsman son adaptaciones de obras del noveno arte y Stardust es la segunda novela de Neil Gaiman de dilatada carrera tebeística y que saltó a la flama después de parir Sandman, uno de los mejores cómics de la historia. No por casualidad, todas las películas mencionadas mantienen la constante del viaje iniciático y el paso a la madurez en sus tramas, además de ser terriblemente divertidas y poseedoras de un ritmo endiablado, condensando en ellas lo mejor del cine de nuestros días.
Su última propuesta, y la segunda vez que adapta un comic de Mark Millar, el enfant terrible del cómic mainstream actual y uno de los mejores y más innovadores guionistas en activo, después de Kick-Ass, Kingsman: El servicio secreto, proviene de una idea que según cuenta Millar se gestó durante la producción de aquella, a raíz de una conversación de este con el director. En esta ocasión Vaughn supera ampliamente el cómic del que parte, así como la cantidad de sangre y violencia de las viñetas, justo al contrario de lo que ocurrió en Kick-Ass y nos regala una autentica obra maestra dentro de su clase. Divertida, entregada, libre y consciente de que el cine de verdad no necesita una justificación trascendental ni traspasar las fronteras, sino que basta con hacer que los espectadores pasen un rato con la adrenalina por las nubes.
Con un casting muy sólido en el que destaca un, hasta ahora, desconocido Taron Egerton, y que encuentra en el reparto de minutos una autentica mina de oro, dejando que cada personaje sea dibujado de manera ajustada y única, y concediendo su dosis de carisma a todos los que aparecen ante la cámara. Hilando fino, quizá quien chirrie más en el apartado interpretativo sea Colin Firth debido a que es su primera cinta de accón puramente física, sin embargo su dedicación es absoluta y no sería justo incluirle en la lista de contras puesto que el resultado final de sus escenas no es malo ni de lejos. Samuel L. Jackson, que desde hace algún tiempo parece tomarse el oficio de actor como una diversión, se pasea como le da la gana por la película, se lo pasa en grande y además nos entrega un gran villano, algo sumamente difícil, dejando patente que a sus 66 años hay poco a lo que no se atreva, cinematográficamente hablando.
Por lo demás, una dirección vibrante y elegante, coreografías muy trabajadas que dejan producciones similares a la altura del betún en cuanto a escenas de acción, un guion inteligentísimo y repleto de guiños, referencias y auto-referencias al género de espías, todo ello salpimentado por el toque gamberro e irreverente de Mark Millar.
No tengo más que recomendarla encarecidamente. Pasen y diviértanse, la ocasión lo merece.
Calificación: 8/10
Título original: Kingsman
Año: 2015
Duración: 129 min.
País: Reino Unido
Director: Matthew Vaughn
Guion: Matthew Vaughn, Jane Goldman (Cómic: Mark Millar, Dave Gibbons)
Música: Henry Jackman, Matthew Margeson
Fotografía: George Richmond
Reparto: Colin Firth, Taron Egerton, Samuel L. Jackson, Mark Hamill, Mark Strong, Michael Caine, Sofia Boutella, Jack Davenport, Sophie Cookson, Tom Prior, Neve Gachev,Alisha Heng
Productora: Twentieth Century Fox Film Corporation / Marv Films / TSG Entertainment