Juegos Sucios
Nuestra sociedad ha alcanzado un elevado nivel de degradación subrepticia. Aunque a simple vista no presente este aspecto, podríamos afirmar casi sin miedo a equivocarnos que la codicia y el egoísmo han poseído nuestras vidas, y no me refiero a nivel personal, que también, si no a nivel comunitario. Nuestras costumbres, tan individualistas y egocéntricas, han llevado a que midamos al resto del mundo en términos de rentabilidad, esto a su vez, a ocasionado una deshumanización global en nuestro mundo. Finalmente me aventuraría a asegurar que el dinero (o nuestras ansias de él) ha conseguido convertir al hombre en un producto más, y cuando todo tiene un precio, la locura se apodera del mundo suavemente hasta que todos nos acabamos acostumbrando al ‘todo vale por la pasta’ y todo termina perdiendo su valor autentico. Si bien es cierto que nada de esto es nuevo, quizá con los reality shows y los informativos que pueblan nuestras televisiones, cada vez más y más extremos, tengamos ejemplos cada vez más claros de que las emociones tienen cada vez menos efectos en nosotros.
He creído conveniente comenzar mi reseña con estas palabras porque esta película es toda una acusación directa a nuestra cara, expresando sentimientos que (pese a todo y por desgracia) todos llevamos dentro. En Juegos Sucios (cuyo nombre original, Cheap Thrills, ‘emociones baratas’, es mucho más sincero) podemos ver como dos amigos que llevaban tiempo sin verse, en encuentran casualmente en un bar y guiados por un adinerado y extraño hombre comienzan un macabro juego en el que son retados a hacer lo que se les ordene por dinero, lo que empieza como algo simple o inocente, acaba tomando un cariz devastador.
El director E. L. Katz, ha cogido lo peor del hombre como especie y ha construido con ello una tragicomedia negrísima y feroz, muy certera tanto en sus planteamientos como a la hora de tomar decisiones difíciles, una película de apariencia sencilla que resulta perturbadora e inquietante sobre todo por su realismo. En cuanto nuestro protagonista pone un precio a su dignidad comienza toda una debacle ejemplarizante de nuestra sociedad capitalista en la que al igual que en este filme, somos testigos de como el dinero siempre tiene el control; el poder económico es virtualmente intocable (como casualmente los miembros de nuestro gobierno están demostrando) y puede comprar, y lo hará, todas nuestras vidas para su uso y disfrute.
En definitiva, hablamos de una cinta necesaria que hace las veces de espejo ridiculizador donde vemos hasta donde hemos llegado (y donde vamos a ir parar) subrayando determinadas situaciones con el objeto de que cuestionemos su verdadera condición, sobre todo cuando el mundo se ha acostumbrado a observar con cierto placer el dolor ajeno.
Calificación: 8/10
Título original: Cheap Thrills
Año: 2013
Duración: 83 min.
País: Estados Unidos
Director: E.L. Katz
Guion: Trent Haaga, David Chirchirillo
Música: Mads Heldtberg
Fotografía: Andrew Wheeler , Sebastian Winterø
Reparto: Pat Healy, Ethan Embry, Sara Paxton, David Koechner, Amanda Fuller, Brighton Sharbino
Productora: Snowfort Pictures / New Artists Alliance