Juana a los 12
Martin Shanly debuta en la dirección con Juana a los 12, en cuyo título encontramos ya una declaración de intenciones, tanto argumental como en cuestiones de estilo. Shanly nos sitúa frente a Juana ( la hermana del director : Rosario Shanly, ), una joven de doce años que tiene problemas en el colegio debido a su rendimiento escolar y a su relación con sus compañeros. Pero nadie sabe los motivos por los cuales Juana, que no parece presentar nada anómalo, se comporta como si estuviera evadida de la realidad.
A primera vista, Juana a las 12 parece una película más del cine argentino reciente. Tenemos esa mirada prácticamente documental durante la casi totalidad de sus 75 min. de duración, que sigue a la niña durante un tramo de su vida escolar y familiar sin que parezca en la superficie pasar nada importante ni trascendental. Sin embargo pasan muchas cosas: se esconden en la cotidianidad los enormes problemas de Juana para socializar y la discriminación por parte de sus compañeros.
Shanly opta por un estilo naturalista en su aproximación hacia Juana y se centra en el momento, en esos doce años, y no busca en su pasado. Al director le interesa el momento, el instante, y para ello mantiene la cámara cerca de Juana pero a su vez lo suficiente lejos como para poder observar sin necesidad de nada más. Quiere que el espectador observe el comportamiento de Juana, su entorno, a quienes la rodean. Ante la falta de explicación, solo queda el relato; las conclusiones, en caso de ser necesarias, vienen después y son abiertas.
Más allá de caer en alguna obviedad, (los discursos de la profesora particular se hacen demasiado evidentes), la obra logra una naturalidad que la eleva de la media. Sin embargo, Shanly da unos pasos extra en la construcción de su relato y sube la apuesta agregando elementos de ficción que rompen esa cotidianidad casi documental. Este elemento es clave a la hora de analizar la importancia de la obra de este autor en el panorama del cine argentino actual. No nos quedan dudas de que el director sabe crear una escena atmosférica y visualmente impactante.
De esta manera, Juana muta ante nuestros ojos y deja de ser sólo ese personaje al que vemos como víctima de la situación, y que podría ser intercambiable por cualquier otro, para convertirse en un personaje enigmático e impredecible. Su búsqueda de encajar se transforma en una silenciosa rebelión que lleva al espectador a dudar de todo lo que dice, de todo lo que hace y todo lo que le pasa, inclusive de sus propios problemas de aprendizaje. Este predominio de la ficción por sobre todos los demás elementos que componen el film, es lo que hace tan especial y diferente a Juana a los 12 y hace que coloquemos a su director en la órbita de nuestros radares, esperando ver bastante más de él en el futuro.
Shanly rueda en formato cuadrado, lo cual permite mostrar a los personajes encerrados, enclaustrados. En cierto modo, recuerda al procedimiento llevado a cabo por Xavier Dolan en Mommy. Pero en este caso no se trata de liberar a los personajes de su contexto, sino mostrar algo que, en la cabeza de Juana, podría explicar los motivos por los que tiene problemas..
La película es un retrato preciso, naturalista y también amargo de la deriva de una adolescente en el tránsito difícil de los 11 a los 12 años, insegura en el colegio, con sus pocas amigas y con los profesores, en casa, con su madre, con un mundo al que pertenece sin saber bien que se espera de ella. Un soplo de sinceridad fílmica.
Lo cierto es que la sensibilidad y el buen pulso del joven director hacen que sea una futura promesa a la que habrá que seguir muy de cerca de partir de ahora.
Calificación: 6,5/10
Título original: Juana a los 12
Año: 2014
Duración: 75 min.
País: Argentina
Director: Martin Shanly
Guión: Martin Shanly
Música: Juan Sorrentino
Fotografía: Roman Kasseroller
Reparto: Javier Burin Heras, María Passo, María Inés Sancerni, Rosario Shanly
Productora: Nabis Filmgroup / Universidad del Cine / 2mCine / Panda Lab Catnap / Fondo Metropolitano de las Artes y las Ciencias