Interstellar
Christopher Nolan es un tipo curioso y atrevido. No sorprendería a nadie el decir que le gustan las historias más disparatas y complicadas de tratar dentro del género de la ciencia ficción. Si en Memento nos giraba el pensamiento plano a plano y en Origen se introdujo en nuestra mente para alterar nuestros sueños, con Interstellar no se queda corto y crea su obra más difícil hasta estos momentos, con una idea tan complicada de plasmar como de entender y con un universo inimaginable a nuestra visión del día a día. Cambia el pensamiento que tenemos de la vida, el sentido de la cotidianeidad y transcribe la dimensión que creemos estar vislumbrando. Se basta de una de las ramas más complejas de la ciencia para levantar los cimientos en los que desearás volver a estar tras acabar el visionado de esta maravilla, no requiere apenas de la ficción para crear lo que define como una paradoja temporal. La invención queda a manos de otros, aquí simplemente naufragarás en el vacío del espacio esperando llegar a la calma, que se fabrica a través de una serie de ideas explicadas y defendidas por grandes científicos de nuestro tiempo. Crispará a algunos y alucinará a otros, pero lo que sin duda hará es sorprendernos y denotar la valentía del director.
La mecánica cuántica es la base de este viaje espacial al más allá. Kip Thorne es el padre de esta idea, quien estudió acerca de los agujeros de gusano. Estos agujeros de gusano permiten viajar a través del tiempo y actúan como una especie de “atajo” para llevar a otras galaxias. Lógicamente esta posibilidad es puramente teórica e indemostrable, sin embargo la convicción de ciertos científicos es firme. El funcionamiento y forma de esta hipotética característica espacial está descrita a lo largo de la película según se acerca el momento. También aparece otra de las regiones espaciales más complejas y difíciles de conocer, el agujero negro. Un agujero negro es una región finita del espacio con tal concentración de masa que ninguna partícula es capaz de escapar de ella, ni tan siquiera la luz. Esta gravedad está cerrada por lo llamado horizonte de sucesos, que es la separación entre el resto del universo y el interior del agujero negro. Esta realidad relativista fabrica una película donde la ciencia es más importante que la ficción.
En un complicado futuro a causa del cambio climático y la mano del hombre, la agricultura se ha visto afectada y el maíz es lo único cultivable, aunque por poco tiempo. Un equipo de científicos descubre un agujero de gusano que podría conducirles a la salvación de la humanidad, pero para ello se requerirá de un equipo de exploradores comandado por Cooper para dar luz verde al plan organizado por la NASA. Para cuajar esta idea Nolan ha estudiado cada pequeño detalle del complejo universo, hasta las teorías más alteradas y complicadas de entender, y así reunir en la misma obra una difícil historia sobre la humanidad y una misión espacial alterada por la relatividad. Paralelamente vivimos la situación en la Tierra y en el espacio, donde cada uno de estos escenarios está enlazado dimensionalmente con el otro y requerirá de un sobresfuerzo para entender las ideas y sucesos que se van transcurriendo. Plasmar la complejidad científica (al nivel de una ponencia del CERN) está en manos de unos pocos atrevidos, que podrían catalogarse como rebeldes y enfrentados a nuestro tiempo.
La forma de mostrar que algo está ocurriendo y debe cambiar lo denota la cantidad de polvo que inunda esos secos maizales estadounidenses, donde el terreno está cada vez más contaminado y es imposible llegar a nada sin invadir tus pulmones con la arenosa tormenta polvorienta. El polvo es una partícula prácticamente inapreciable, a menos que venga contaminada por otros materiales del terreno o aglutinada con partículas de ella misma. Libremente es muy difícil observarla, al igual que las partículas espaciales. En el espacio está la solución a nuestra vida, a la supervivencia humana, porque la Tierra tal como la conocemos está condenada a perderse más tarde o más temprano. Un mensaje que se lanza de manera directa para que llegue al espectador y se conciencie que todo ocurre por algo, nada llega de casualidad y si algo tiene que pasar…pasará.
Siendo esta la cinta más ambiciosa del cineasta no podía dejar de tener medido cada detalle. La imagen del espacio exterior lleva un trabajo digno de un artista, el equipo que ha llevado a cabo esa recreación ha realizado un análisis exhaustivo de la totalidad del vacío. La pantalla te abraza hasta imaginarte estar en el vacío, con la oscuridad invadiéndote poco a poco y sufriendo una angustia claustrofóbica. Y qué decir del pasaje por el agujero de gusano, un espectáculo sensitivo enorme que merece ser visto en pantalla grande. Técnicamente es uno de los trabajos más vistosos y bonitos que han podido observar mis ojos, apoyado por la fotografía de Hoyte van Hoytema, que ya brilló en Her de Spike Jonze.
Desgranando poco a poco cada escena es imposible agrupar esta obra en algún género. Existe un drama humano muy férreo basado en los típicos problemas familiares, un humor muy presente y bien llevado para la magnitud que está entre manos, y también una filosofía tremendamente marcada que conduce a la reflexión sobre la vida ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos? Las tres preguntas clave de la humanidad que te invita a que te las vuelvas a hacer y pienses más allá. Pero para ello antes debes empatizar con la expedición, con los cuatro astronautas que sin concienciarse de los peligros deciden lanzarse a un viaje que podría no traerlos de vuelta durante muchos años, lo cual conllevará a infinitud de rencillas entre ellos. Con tanta densidad fílmica se entiende la duración, rozando las tres horas, que para nada se hace larga…¿cosas de la relatividad?
Ahora bien, es una película controvertida que va a levantar tantas alabanzas como críticas. Esto es todavía más respaldado al ver el final, uno de los que va a traer muchísima cola. No se trata de un final al estilo Origen, que daría paso a diversas interpretaciones, si no que nos encontramos con algo más cerrado que debemos reflexionarlo. Se ha reunido de muchas teorías relativistas para llegar a un final totalmente ficticio y parcialmente especulativo, aunque no te quedarás sin la explicación que Nolan te brinda. Acabas sin llegar a entender todo, requieres de más visionados, así que la sobrexplicación (que aparece al final) está justificada. Este detalle quería comentarlo más a fondo. Es cierto que siempre se le ha criticado el exceso de información, el dar todo mascado, y aquí lo ha corregido. Peca en algunos momentos, pero ni por asomo es cuestionable. Inteligentemente, al tener una película tan trillada y engorrosa, el contar lo mismo con distintas palabras ayuda y mucho a tener una idea más clara de la mecánica cuántica. Me voy a abstener de comparar Interstellar con cualquiera de las grandes obras de ficción que están saliendo a la palestra, considero que es diferente a todas ellas y va por otros caminos, no trata de enseñar nada ya visto sino dar un golpe de efecto a las creencias científicas y al pensamiento humano.
Cada parte del reparto tiene su participación adecuada. Matthew McConaughey interpreta su odisea personal reafirmando que está aquí para quedarse, y dominando el drama durante el extenso metraje. Anne Hathaway realiza una labor muy complicada y envidiable, afortunadamente han sabido sacarle el jugo que no pudo dar (o no querían que diera) en El Caballero Oscuro Renace, mientras que Jessica Chastain borda el papel y deseas que escena tras escena sea ella la protagonista. El resto del reparto no desentona para nada, aunque no llegan al nivel de los tres principales. Como siempre, Michael Caine cumple con lo que se le presente delante.
No puedo olvidarme de una de las partes más características de toda obra de Nolan, la música. Ya es todo un compositor consagrado que continuamente le llueven alabanzas, pero no podía faltar la mía. Hans Zimmer está perfecto, sin él la película no sería lo mismo y por si no lo tenía claro he terminado de convencerme que ver cine con un buen acompañamiento musical es algo que debería ser imprescindible. Ese vacío espacial con la oscuridad como protagonista y con la música de este señor de fondo… un orgasmo sensorial.
No se pierdan esta nueva maravilla del cine de uno de los hombres más prometedores de la industria cinematográfica, uno de los pioneros de que un blockbuster no es un simple entretenimiento y merece reflexión e inteligencia. Le pongo una pega importante, no sé por qué pero tengo la sensación de que le falta algo. No sabría explicar que, puesto que tampoco lo tengo claro en mi cabeza, y ello me lleva a concluir que se me ha escapado algún detalle importante, algo que os acontecerá, y no es mas que ganas de volver al cine de nuevo para disfrutar cada minuto y cada imagen. Desde ya, Interstellar se convierte en una de las mejores películas que he visto.
Calificación: 9,5/10
Año: 2014
Duración: 169 min.
País: Estados Unidos
Director: Christopher Nolan
Guion: Jonathan Nolan, Christopher Nolan (Historia: Kip Thorne)
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Hoyte van Hoytema
Reparto: Matthew McConaughey, Anne Hathaway, Jessica Chastain, Bill Irwin, John Lithgow,Casey Affleck, David Gyasi, Wes Bentley, Mackenzie Foy, Timothée Chalamet,Topher Grace, David Oyelowo, Ellen Burstyn, Michael Caine, Matt Damon
Productora: Warner Bros. / Syncopy / Paramount Pictures / Legendary Pictures / Lynda Obst Productions