Gomorra

Gomorra_gf_MC2En mitad de una crisis económica que asola Europa llega una serie italiana sobre la corrupción (del hombre, más que del estado) y el crimen organizado que se convierte en lo mejor de 2014. Ni siquiera los mercados predominantes en cuestión de series como el todopoderoso americano o el inteligente británico han sido capaces de toserle a esta serie, sorprendentemente, el 2014 se lo lleva Gomorra.

En el ámbito audiovisual competen infinidad de ámbitos, pero sobre todo de trata de transmitir, si eres capaz de adueñarte de las emociones del espectador durante todo el capítulo obligándole a que se pegue al televisor cada semana y que además este capítulo sea después una pieza perfecta de un todo inmaculado, estamos hablando de una verdadera obra de arte, televisiva, sí, pero artística al fin y al cabo.

Gomorra posee un aura realista que impresiona, destila peligro y consigue que éste atraviese la pantalla y nos afecte. Durante la visión de esta serie podemos sorprendernos a nosotros mismos temiendo encontrarnos con alguno de estos desalmados, y como les ocurre en alguna ocasión a personas ajenas a la mafia,  comprobar lo fácil que les resulta acabar siendo una víctima más después de una reyerta. Esta atmosfera, por completo deudora de la realidad, consigue que los personajes sean humanizados en extremo, pese a todo lo que les envuelve, con sus vacilaciones e ingenuidades por más que nos sorprendan. Es muy probable que nunca vendan figuras de Ciro o Genna como de El Padrino, Walter White, Tony Soprano. Ellos, al igual que la serie, están en un plano muy distinto, aunque este también sea ficticio.

Este plano queda bien retratado en la transformación de Gennaro, que además de la pertinente sustitución del perro que protege metaforicamente a su madre, sirve para dibujar una particular senda alternativa y muy jugosa a la conversión a la cosa nostra de Michael Corleone de Al Pacino. Lo que en aquella era un despacho, de inusitado peso en su vida, y la sospecha en uno de los suyos, aquí se torna en un cambio total (por dentro y por fuera) y su ‘No confío ni en dios’ tatuado en el pecho dice el resto. La presencia de la calle pura y dura en la vida criminal del joven Savastano establece la principal y definitoria diferencia con el joven Corleone, aunque finalmente ambos compartan destino.

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La serie pone de manifiesto los peligros de la vida criminal mucho más allá de los egos crecidos; el poder que concede el dinero y la muerte entre los miembros de la familia tienen un peso real, incluso dramático. Consigue además librarse de ese falso glamour que en multitud de ocasiones se les concede, los que tienen verdadero poder no se pavonean, de la misma manera que no vemos a los hampones de nuestras ciudades ni oímos sobre ellos, se mueven en su propio submundo, viven en su propia y peligrosa realidad, con reglas distintas de las que rigen las vidas del resto de nosotros.

Sus existencias transcurren entre los desérticos y desolados escenarios fuera de la ley donde llevan a cabo sus ‘trapicheos’ y los refugios donde intentan abandonar la crueldad que rige sus vidas. No obstante el fuerte contraste entre la familia criminal y la familia ‘carnal’ está bien definido en la vital importancia de una y otra, si bien para todos nosotros nuestra familia es lo primero, en este particular submundo donde la muerte es tan cercana y cotidiana la familia criminal prima poderosamente por el simple hecho de que es el que te cuesta la vida, por lo tanto los gangsters de Gomorra separan a conciencia cada circulo a sabiendas de que si alguna vez estos convergen, llegará la tragedia.

Todo esto bajo unos encapotados y grises cielos, que salpican de ocre sus días por completo, y las noches, donde gracias al vicio y secretismo que esta conlleva, logran desenvolverse con mucha más comodidad, aun sintiéndose como marcados (malditos) por el nombre de su familia.

Algo de lo que también somos testigos es de cómo se hace de verdad el dinero, con dolor. Si hay algo en lo que acierta Gomorra es al mostrarnos la verdadera naturaleza de la codicia, en el ambiente en que esta emoción se manifiesta cruelmente desatada; el crimen organizado. El ‘todo vale’ que las mega corporaciones consiguen también con dinero (comprando leyes, jueces o gobiernos) aquí se observa con verdadero peligro, con solo un puñado de hombres armados el dinero cambia de manos con violencia prescindiendo de la una burocracia a la que hacen parecer hipócrita.

Algunos de los elementos más crudos de Gomorra reside en algo que infecta profundamente a nuestra sociedad contemporánea; la codicia por el dinero. Y aunque aquí no represente más que una nota a pie de página, resulta por completo esclarecedor que la política sea tan solo un recurso más del vil metal. Ni rastro del honor que antiguamente pudiera tener el crimen organizado. En uno de  una de sus muchas (y geniales) escenas de transición que delimita el poder que al principio ostenta, y finalmente alcanza, Genna, le comenta a Ciro el mal olor que desprende un abultado montón de dinero que están contando, la respuesta de su colega no puede ser más clara: “Los yonquis que lo traen apestan, pero verás que bien huele cuando esté en tu cartera.”

Calificación: 9/10

 
 

 Gomorra_cartel_original_MCTítulo original: Gomorra

Año: 2014-Actualidad

Emisión en España: La sexta

Duración: 50 min/capítulo

País: Italia

Director: Stefano Sollima, Claudio Cupellini, Francesca Comencini

Guion: Giovanni Bianconi, Stefano Bises, Leonardo Fasoli, Ludovica Rampoldi (Libro: Roberto Saviano)

Fotografía: Paolo Carnera, Michele D’Attanasio

Reparto: Marco D’Amore, Fortunato Cerlino, Maria Pia Calzone, Salvatore Esposito, Marco Palvetti, Domenico Balsamo, Enzo Sacchettino, Elena Starace, Pina Turco, Antonio Milo, Fabio De Caro, Mimmo Esposito, Ivan Boragine, Massimiliano Rossi, Emilio Vacca, Claudio Corinaldesi, Walter Lippa, Oscar Di Maio

Productora: Sky; Cattleya / Fandango

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