Frío en julio
Cine independiente desde las más profundas entrañas de Estados Unidos, profundizando en el género del thriller utilizando una base de crimen y venganza. Una idea argumental buena, nada original pero que siempre se le puede sacar mucha miga. La duración tal vez sea excesiva, pero te viene a la mente que tal vez se requiera un mayor desarrollo, te decides a verla. Al empezar no hay nada nuevo, todo según lo previsto, hasta que se llega a un giro tan brusco que parece ser otra película que, para qué negarlo, no pega nada con lo que nos han intentado transmitir al principio.
Un día cualquiera en Texas un hombre se adentra en una casa, el padre de la familia le dispara y le acaba matando ante la amenaza de un posible robo. Parece ser que el fallecido era un criminal buscado por la zona, por lo que no repercute en él ninguna culpabilidad, sin embargo nada es lo que parece ser, y este hombre se verá envuelto en una trama de corrupción de altas esferas. Este tipo de historias son muy clásicas en el cine independiente, es más, este mismo año se han podido ver varias obras con temática similar (aunque no igual) como son Joe y Blue Ruin. Todas ellas comparten ambientación y género, pero ni por asomo se parecen en la efectividad y el querer estar. Joe es la mejor de todas ellas, con un hilo claro y preciso que querrás conocer hasta el final. Blue Ruin recrea bien su historia y nos relata eficientemente esa soledad del protagonista, sin embargo Frío en Julio no llega a ningún lado, con los continuos giros e incongruencias que en ningún momento te dejan entrar en esos pueblos tan impactantes. Todo parece ser una trama, pero después gira y ya no sabes ni lo que es, hasta que empiezas a comprender esta nueva historia y de nuevo cambia, no entiendes dónde te has metido. El que es malo es bueno, pero a la vez no es tan bueno. La policía está envuelta en un entramado, pero luego no sabes ni en qué sentido lo está, amén de que acabas sin conocer nada sobre esto mismo.
He observado varias escenas que quieren parecerse a la frialdad y crudeza del Tarantino de Reservoir Dogs y Pulp Fiction, con ese temple y manteniendo la compostura con los largos momentos cuando, por ejemplo, te dedicas a limpiar de sangre el coche. Frío en Julio tiene esto mismo, solo que en lugar de un coche es una pared, y en lugar de sobrecogerte y mostrar respeto, te salpica desgana y poca originalidad. Afortunadamente a media película llega Don Johnson, que en estos papeles se maneja como pez en el agua, para levantar algo la aventura. No requiere de nada más que una mirada para hacer más que todos los protagonistas, que se notan incómodos, reacios ante el frío del ambiente.
Me queda la sensación de que quiere mostrar tantísimo que al final no llega a nada. No era necesario tanto cambio irreal. Si se hubieran centrado en una de las tramas tal vez podrían haber conseguido algo más, sin embargo así llega por los pelos a mi aprobado. Y yo que pensé que reunía todos los ingredientes para gustarme, y nada más lejos de la realidad. Recomendable para aquellos amantes del género, pero que sepan que no verán nada diferente, sino algo que pasará sin pena ni gloria.
Calificación: 5/10
Año: 2014
Duración: 109 min.
País: Estados Unidos
Director: Jim Mickle
Guión: Jim Mickle, Nick Damici (Novela: Joe R. Lansdale)
Música: Jeff Grace
Fotografía: Ryan Samul
Reparto: Michael C. Hall, Sam Shepard, Don Johnson, Vinessa Shaw, Nick Damici, Wyatt Russell, Bill Sage, Brianda Agramonte, Kristin Griffith, Ken Holmes
Productora: Linda Moran, René Bastian, Marie Savare de Laitre, Adam Folk