Fast & Furious 7
Localizar tu mayor defecto y convertirlo en tu mayor virtud no es nada fácil. Sin embargo y de manera muy positiva, la saga Fast & Furious ha conseguido que la simpleza (desde sus argumentos hasta la de sus espectadores) sea su mejor aliada hasta explotar en esta última entrega. Para conseguir el éxito, esta saga solo tuvo que conseguir un gran villano como ‘The Rock’ que pusiera en jaque a la banda de Toretto; y en vista del éxito de esta fórmula, decidieron convertir a este villano en uno más de la saga e ir aumentando el octanaje de cada enemigo presentado para cada ocasión, hasta dar con ese ejercito de un solo hombre que es Jason Statham.
Con un argumento heredado de la película anterior, el hermano del enemigo de la sexta entrega vuelve clamando venganza, para hacerle frente la familia deberá volver a tomar las armas e ir superando todas las dificultades que les salen al paso.
Teniendo en cuenta los elementos que han sido potenciados para el reflote de la saga desde su quinta entrega, es necesario analizarlos por separado y en sus mismos términos. Uno de los más importantes, incluso diría el más importante después de los coches, son las escenas de lucha; una gran parte de los esfuerzos desde que la quinta parte de esta saga tuviera como uno de sus puntos fuertes el enfrentamiento entre los mastodónticos Vin Diesel y Dwayne Johnson han sido los enfrentamientos cuerpo a cuerpo, que ya en su sexta entrega habría que enmarcar especifica y directamente en el de artes marciales. Gracias a las incorporaciones de actores especializados como Gina Carano o Joe Taslim, elevaron significativamente el nivel de la película en cuestión de poderío físico. En esta nueva entrega se unen a la fiesta dos de los mejores y más aclamados artistas marciales a nivel cinematográfico como son Jason Statham, Tony Jaa y Ronda Rousey, que convierten cada aparición en autentica (y violenta) poesía, y aunque es cierto que de haber sido emparejados con mejor tino habrían rendido más y mejor, consiguen suponer por si mismos grandes puntos a favor de la cinta. Caso aparte es el caso de Kurt Russell, solo de paso en esta historia, que tras haber sido serie B personificada en los ‘80 se queda en un simple cameo con un par de frases hasta acabar totalmente desaprovechado.
En el ámbito de la acción todo sigue creciendo, más explosiones, más situaciones inverosímiles, más chicas semidesnudas, más música de moda y más (falsa) emoción, para ello los personajes se vuelven casi inmortales y cada frase que sueltan parece salir de los bigotudos labios de Charles Bronson. James Wan, por su parte, no se complica demasiado y pese a un par de recursos en la dirección artística no se hace notar demasiado.
De manera triste y sentida, Fast & Furious se despide de uno de los suyos fallecido prematuramente, Paul Walker, que pese a no haber alcanzado nunca un puesto top en el ámbito interpretativo mundial, si que logró ganarse el cariño de los espectadores gracias a esta saga donde es homenajeado evitando caer en el morbo fácil.
En definitiva, un blockbuster enorme y explosivo; disfrútenla, déjense llevar y sobre todo no se la tomen demasiado en serio.
Calificación: 7/10
Título original: Fast & Furious 7
Año: 2015
Duración: 137 min.
País: Estados Unidos
Director: James Wan
Guion: Chris Morgan
Música: Brian Tyler
Fotografía: Stephen F. Windon
Reparto: Vin Diesel, Paul Walker, Dwayne «The Rock» Johnson, Jason Statham, Michelle Rodriguez, Tyrese Gibson, Elsa Pataky, Tony Jaa, Nathalie Emmanuel, Jordana Brewster, Kurt Russell, Romeo Santos, Djimon Hounsou, Ronda Rousey, Chelsea Pereira, Iggy Azalea, Lucas Black, Brittney Alger, Catherine Chen, Janell Islas
Productora: Universal Pictures / Relativity Media