Entrevista a Leyre Berrocal
Debido al estreno de Fuego tuvimos la oportunidad de realizar unas entrevistas a Aida Folch y a Leyre Berrocal. La entrevista de Aida Folch puede verse en el siguiente enlace: http://mundocritica.com/entrevista-a-aida-folch. En esta entrada podremos conocer la de Leyre.
Leyre Berrocal es una actriz con una completa trayectoria en cine, televisión y teatro. Debido a este amplio recorrido ha trabajado con gran cantidad de actores y directores como Javier Bardem y Fernando Guillén Cuervo. En 1996 recibió el premio “El Mundo al Cine Vasco” a mejor actriz por sus actuaciones en Éxtasis y Calor…y Celos. Actualmente está trabajando en una serie de proyectos que nos relata a continuación:
En Fuego interpretas a Oihana, la mujer del terrorista que destruyó la familia de Carlos matando a su mujer e hiriendo a su hija.¿Para preparar el papel utilizaste algún método? Cuéntanos como es Oihana.
Mi personaje representa a los que de algún modo, con su silencio, han justificado el terrorismo de Eta. Se va a Francia junto a su hijo, agobiada por la policía desde que su marido entra en la cárcel por asesinar a 8 personas. Actualmente vuelve al pueblo, donde tiene su casa familiar, está cansada, le han dado golpes por todos los lados, pero no se rendirá; se ha desvinculado de su pasado político pero le rodea la misma gente; sueña con empezar de cero y no sabe cómo. Su pasado no la deja vivir, es una carga que le agobia. Su hijo Arítz es su luz, quien le ha enseñado lo más importante de la vida= el valor humano, él es su único descanso, nació con Sindrome de Down y hasta su padre le rechazó; quiere que no sufra más, protegerle de lo que hizo su padre, que no se entere… Oihana es un ser humano paralizado, va a sufrir una terapia de choque para quitarse las vendas y ver la realidad, tendrá que asumir su responsabilidad para al fin curarse.
Mi método es diferente con cada papel al que me enfrento. En FUEGO tenía que crear un personaje humano, no sólo un estereotipo. Intenté comprender la psicología de Oihana, sin juzgarla, ni defenderla; me hice muchas preguntas para conseguir llegar a ella. Luis me decía que tenía que generar empatía, que no fuera un personaje negativo; y siendo un personaje tan contenido, con un conflicto que no aparenta, era un trabajo muy sutil e interno; en realidad todos los personajes de Luís son así, sufren mucho pero lo llevan todo por dentro, parecen lo que no son, y dentro están a punto de armarla por la acumulación de veneno que han generado. Lo más difícil, en el proceso de ser el personaje, para mí, suele ser llevarlo al cuerpo, andar y hablar como ella, darle una voz, sin ser la tuya, pero que sí salga de tí… Pasa algo fascinante el primer día de rodaje: te conviertes, y cada día añades una pieza más al gran puzzle que es la película; lo que has encontrado un día te vale para el siguiente, te va guiando, y cuando el personaje ha echado andar sólo tienes que seguirle, escucharle, y dejarle reaccionar.
¿Cómo te has compaginado con Jose Coronado y Aida Folch? Cuéntanos como son fuera de cámaras.
Son personas muy sencillas, que adoran su trabajo, felices y muy responsables. Siempre se aprende de los compañeros generosos. Jose me hizo recordar cosas importantes en la actuación que ya sabía pero que se me olvida, cosas básicas, como el estar más presente en la escena, el escuchar más, reaccionar, darse tiempo… siempre me estaba ayudando, casi como un coach… Siente tanta pasión por éste oficio y es tan fino, que quiere que saques lo mejor en tu interpretación. Y con Aida no tuve la suerte de compartir escenas porque nuestros personajes no se encuentran, aunque sí tuve tiempo en la rueda de prensa anterior al rodaje, de conocer y admirar a una joven muy madura, perfeccionista y preocupada por su trabajo (un personaje que ha defendido con mucha profesionalidad), bellísima y buena persona.
¿Cómo se documentó y os enseñó Luis Marías todo el mundo de ETA? ¿Qué ayuda te brindó para la realización del papel de Oihana?
Al ser él el guionista teníamos toda la información, sólo había que preguntar. Era tanto el conocimiento que tenía Luís de los personajes que a mí me llegó a abrumar, a veces me atoro y me da la sensación de que no voy a llegar a encarnarlo como lo vé su autor, pero es normal éste sentimiento en el proceso, durante los ensayos hay que probar, saltar a la piscina, descartar cosas… hasta tener la seguridad de haberlo encontrado en tí.
Desgraciadamente todos conocemos el conflicto, de alguna forma nos ha afectado, hemos crecido con la inseguridad de las bombas, los secuestros, los asesinatos injustos, las manifestaciones, las miradas acusatorias, los telediarios … Al criarme en un pueblo del país vasco se vive más de cerca, fue demasiado largo y muy pesado. Desde pequeña tengo el recuerdo de vivir bajo la amenaza de unos que llevaban pistolas, vamos, que tomaron el poder a lo bruto, como en el oeste, y nos hicieron vivir con miedo. La mayor ayuda que Luis me brindó fue su confianza hacia mi trabajo. Ha sido un regalo que me ofreciera a Oihana, es un personaje reconocible y cercano, con el que nos podemos identificar; en muchas ocasiones erramos de camino o hacemos cosas de las que luego nos arrepentimos, ó nos dejamos llevar porque no tenemos criterio propio… Es la consecuencia de no quererte, de dejarte llevar por la masa, de vivir inconscientemente, y de creer en causas que vienen grandes, de las que no sabemos cuáles van a ser sus consecuencias… Oihana está enferma de conciencia y hasta que no se enfrente a ello y no lo haga consciente no se va a curar.
Estoy muy orgullosa de FUEGO, y de Luís Marías, es la peli de su vida y ha hecho un enorme trabajo, sin decaer, con todo lo que cuesta sacar una peli adelante… Es un hombre de cine, divertido y respetabilísimo. Desde que vi su primer largo, «X», tenía enormes ganas de meterme en uno de sus personajes sufridores y tiernos, perdedores, pero con un futuro por delante lleno de posibilidades. Como dice una frase de la peli: «El pasado no se puede cambiar, pero el futuro sí».
Revisando tus proyectos hemos observado que la gran mayoría son productos dramáticos, sin embargo has vuelto al thriller con Fuego. ¿Te consideras una actriz más de drama o el género no influye en la elección de tus trabajos?
Definitivamente soy de drama, hasta en mi vida soy una dramática absoluta… Son los papeles que más me han ofrecido, será que se me ve el plumero… Ahora es hora de hacer comedia, de aprender a reírme de mí misma, de pasármelo bien y transmitir diversión al público. Ya vale de tanta tensión y de tanta cara de amargura. Soy de retos, y cambio de tercio…Es un llamamiento para que se me tenga en cuenta en papeles más ligeros… ¡Estoy harta de sufrir!
Has trabajado en gran cantidad de obras de teatro, cine y televisión. ¿Dónde te sientes más a gusto? ¿Tienes predilección por alguno más que por otro?
Me gusta mi trabajo y sea cual sea el medio estoy a gusto. Cada uno requiere de diferente expresión; de todos te alimentas y por cualquiera me encamino mientras llegue al espectador, que es quien manda.
Últimamente se habla mucho de que el cine español está viviendo un nuevo punto de inflexión en cuanto a calidad, un nuevo salto hacia adelante. ¿Lo crees así? ¿A qué crees que es debido?
Hay muy buenos profesionales, grandes ideas, y tenemos en cuenta al público; por fín creemos en nuestro cine y lo valoramos; las cadenas de televisión nos ayudan a promocionarlo más; tenemos que sobrevivir y adaptarnos a las limitaciones, y ésto hace superarnos; qué mejor que las crisis para levantar proyectos que aunque más nos cuesten, más los deseamos… querer es poder. Y el cine también está más asequible a nuestros bolsillos.
¿En qué proyectos podremos verte próximamente?
En pequeñas piezas de teatro, en drama y en comedia. Sueño con generar mi propio espectáculo. Sigo entrenándome con grandes maestros, en Bilbao, como Pablo Ibarluzea, que lidera la escuela YindeYan, de teatro físico, máscaras y clown. Y ójala me caigan más personajes cinematográficos tan auténticos como en FUEGO.
¿Por qué recomendarías ir a ver Fuego?
Es una película necesaria para sanar el drama en el que hemos vivido + de 40 años. Vamos a ver desde la ficción, cuál han sido las consecuencias de tanta violencia que no ha hecho más que generar odio y por lo tanto más violencia. Vamos a ver a personas de todos los bandos del conflicto sufriendo y rotas, y a sus hijos que son los que cargan con el peso de los prejuicios de sus padres. Es el tiempo de construir una sociedad donde todos somos importantes, sumamos, nos respetamos, nos escuchamos, ejercemos la asertividad, y en la que nuestros hijos vivan en paz y se desarrollen libremente. Para un rato que estamos aquí, vivamos lo mejor que podamos, sin miedos externos; tenemos mucho que aprender de nosotros mismos (que es donde comienza el cambio real) y de nuestros vecinos. Es una película con un gran guion de thriller que te engancha hasta el final, de personajes, con acción, que incluye historia de amor, y en la que no falta el humor gracias a alguno de ellos, luminoso y positivo, que ha superado por fin el dolor, también la ternura de personajes como Arítz, mi hijo, interpretado por un maravilloso Gorka Zufiaurre nos va a inundar de inocencia y bondad.
Muchas gracias por tu atención, estaremos atentos a tus próximos proyectos. Todo el equipo de Mundocrítica te desea la mejor suerte del mundo.