Entrevista a Javier H. Estrada

A pocas horas de que comience la decimocuarta edición del Festival de cine europeo de Sevilla, parlamentamos con su responsable de programación, Javier H. Estrada, quien estrena tal cargo este año. Ha venido a sustituir a Alejandro Díaz, ahora director del Festival de cine internacional de Gijón. Estrada es licenciado en Comunicación Audiovisual y además de programador es crítico y profesor. Ha publicado artículos en diferentes revistas especializadas y ha participado en numerosos libros sobre cine. Antes de desembarcar en Sevilla estuvo como programador del Festival Internacional Lima Independiente (en Perú) y del Festival Internacional de Cine FILMADRID (en España). Conversamos con él sobre el cine europeo que reivindican, sobre el otro cine español que está emergiendo, sobre la aparición de las nuevas plataformas de vídeo bajo demanda o incluso sobre la polémica suscitada por el cartel de María Cañas.

A menos de un día de comenzar la 14ª edición del SEFF y siendo este su primer año como responsable de programación, ¿cómo están los nervios?

Pues bien. Porque realmente este festival tiene un equipo magnífico y su estructura se encuentra muy sólida. Aunque obviamente estamos repasando ciertos detalles e inevitablemente se siente esa inquietud por lo que nos viene mañana, que son nueve días de cine a nivel más intenso y con una vorágine muy fuerte, creo que está todo muy bien planificado.

José Luis Cienfuegos siempre comenta que existen muchos cines europeos, pero que el SEFF apuesta por uno muy en concreto. ¿Cuál es ese cine europeo por el que os fijáis para realizar la programación?

La línea del festival está muy clara y definida desde hace ya muchos años, concretamente desde que José Luis llegó a la dirección del festival. Y se trata de una apuesta decidida por un cine arriesgado, original. Un cine que, aunque desde luego no se separa de lo popular, y esto hay que dejarlo claro, pues no hablamos de un cine que se aleja del espectador sino todo lo contrario, sí que se define por su innovación, por sus miradas personales. Yo diría que cada uno de los cineastas que forman parte del Festival de cine de Sevilla proponen una mirada única sobre la realidad, sobre el pasado, sobre imaginarios que nos pertenecen a todos pero que ningún creador sabe plasmar igual. Y en este sentido creo que hablamos de un cine único en cada caso, algo que nos enorgullece y que, además, consideramos fundamental. Que cada película sea única.

En la edición pasada, la Sección Oficial estuvo repleta de títulos que provenían de la Sección Oficial de Cannes y Venecia fundamentalmente y que habían recibido ya numerosos premios internacionales. Para este año, en cambio, se ha optado por obras que no han tenido tales reconocimientos, que no han sido seleccionadas en la sección principal de grandes festivales y que pueden dar su pistoletazo de salida en cuanto a distribución internacional se refiere en el SEFF. De hecho se ha pasado de tener 5 películas de SO de Cannes a no tener ninguna este año.

Sí. Es una decisión deliberada, porque pensamos que el festival tiene ya tanta fuerza que podemos servir como lanzadera para muchas películas que consideramos fundamentales. Hay dos cuestiones importantes con esto, por una parte se reconoce esta voluntad del festival, y por otra, es que tenemos la gran fortuna de que cineastas muy importantes quieren que Sevilla sea el primer paso. Y esto es una gran suerte, que este festival ha logrado a base de mucho trabajo en estos últimos años para que hoy tenga esa posición de poder albergar bastantes estrenos mundiales.

Y se aplaude tal decisión. Javier, en el último lustro se ha venido afirmando que el mejor cine español que se producía en el año se lo llevaba Rebordinos para que lo estrenara en San Sebastián. Pero en este 2017 hemos visto que grandes títulos patrios se estrenaban en el Festival de Málaga, en Sitges, en la SEMINCI, y ahora observamos que el Festival de Sevilla está repleto de sugerentes títulos que han decidido tener su premier mundial o nacional en la capital hispalense. Por lo tanto esta máxima ya no se puede proclamar con tanta seguridad como se venía haciendo hasta ahora, ¿no?

Yo creo que también es una cuestión del carácter de cada película. Sevilla posee una identidad tan poderosa que hace que muchos cineastas españoles confíen en nosotros porque saben que sus obras van a ser mucho mejor comprendidas y recibidas que en cualquier otro lugar. Por ejemplo, yo quisiera destacar que tenemos la suerte de poder albergar el estreno mundial de Ayudar al ojo humano, que es la ópera prima de Velasco Broca junto al colectivo de Canódromo Abandonado. Hablamos de un cineasta que es una gran referencia en el cine nacional en cuanto a innovación. Que su primer largo se muestra por vez primera aquí es un lujo. Otras películas que también quiero destacar son Sotobosque, igualmente estreno mundial, o Niñato, estreno nacional. Así como Penélope, que se encuentra en Sección Oficial, que se trata de otra premier mundial, y que creo que va a ser una de las grandes revelaciones españolas del año.

Precisamente quería preguntarle por el cine español que se exhibe en el Festival. Aparte de títulos de obras españolas muy comerciales como Oro o Bajo la piel de lobo, se encuentran también lo que ustedes denominan como el otro cine español, que lo programan en diversas secciones pero que sobre todo van a parar en la denominada Resistencias. Cuéntenos cuál es ese otro cine español al que va buscando el SEFF.

En concreto la sección Resistencias es un punto de encuentro revelador de un cine español que, en general, está formado por miradas jóvenes, pues hablamos de cineastas que en general no superan la treintena y que, desde luego, tanto en la búsqueda formal como temática están rompiendo moldes. Gente que se tira a la piscina, que son kamikazes del cine y que están suponiendo miradas únicas. En cuanto a la sección Resistencias quiero recalcar dos cosas, por una parte que como novedad respecto a otros años, en esta edición casi todos los directores que aquí participan son muy jóvenes pero también incluimos, por ejemplo, a Pablo Llorca, que se trata de un cineasta que consideramos fundamental y que nos parece interesante mostrarlo en esta sección porque lo que estamos diciendo es que existen realizadores veteranos que también poseen una mirada joven. Y por otra parte, este año hay tres películas andaluzas en la sección. Tenemos La isla (Miguel Rodríguez), Se abrirá la tierra (Alonso Valbuena) y Las cosas (Carlos Rivero). Son tres talentos tremendos, con miradas muy particulares pero que se da la casualidad de que los tres estudiaron en la Universidad de Sevilla y los tres se fueron luego a estudiar a Madrid. Creemos que existe una sensibilidad que está surgiendo en jóvenes cineastas andaluces y que si están en Resistencias es por puro derecho, por sus propios méritos. Nos parece muy importante puntualizar que quizás, dentro de unos años podemos estar hablando de una nueva hornada de grandes talentos andaluces.

Y por qué razón cree que la marca de cine andaluz no termina de despegar a nivel nacional como sí lo hace el cine catalán, el cine vasco o incluso el gallego.

Es una cuestión de tiempo. Esta pregunta que me hace va a comenzar a abrirse muy pronto. Por ejemplo, aparte de los directores andaluces que he nombrado hasta ahora hay que añadir que en la Sección Oficial tenemos al cineasta sevillano Manuel Muñoz Rivas, quien estrenará El mar nos mira de lejos, exhibida por primera vez en España en el SEFF. Con lo cual, si contamos todos los realizadores andaluces que tendrán hueco en Sevilla observamos que son bastantes. Y eso es debido a la buena calidad. Por lo tanto, esa pregunta o esa inquietud sobre el cine andaluz se van a ir despejando positivamente.

¿Que inaugure esta edición Tierra firme, una película en catalán, está hecho a propósito o ha sido pura casualidad?

A ver, Carlos Marques-Marcet es un cineasta que con su anterior película fue toda una revelación del cine español. Tierra firme está realizada a caballo entre Reino Unido y España y los personajes hablan tanto inglés como catalán. Y la verdad es que nosotros no pensamos en el idioma cuando seleccionamos una obra, pensamos en la calidad cinematográfica.

Lo que no hay es película de clausura. ¿Por qué razón el SEFF no apuesta por una obra concreta para concluir el festival como sí hacen la mayoría de festivales de cine?

Cuando aquí se programaron películas de clausura como tales, sucedía que por una propia cuestión del funcionamiento de la gala la película perdía interés para el público. Paradójicamente había mucha gente en la gala pero luego no se quedaban a ver la película, independientemente de que esta tuviera más o menos repercusión, pues ocurrió algunos años con estrenos nacionales o hasta estrenos mundiales y el resultado solía ser decepcionante. Con lo cual se ha optado, una vez más, por no incluir una película de clausura. Pero hay que recordar que las películas seguirán exhibiéndose el sábado último de festival, por lo que la gente puede seguir viendo cine hasta el final.

Ha irrumpido en escena nuevas plataformas como Netflix o Movistar, y películas producidas por estas compañías están presentes en las secciones oficiales de Cannes o San Sebastián, con polémica incluida. ¿El SEFF apostará en el futuro por incluir en su SO algún título que no vaya a tener estreno en salas posteriormente?

Creo que los festivales cada año se renuevan y cada edición hay que revaluar la dirección que se está tomando. A corto plazo lo veo difícil porque tenemos una base muy sólida. Y como dice uno de mis programadores favoritos, “la batalla está en la gran pantalla y en ningún otro lugar”. Nosotros intentamos reivindicar la pantalla de cine como el lugar donde la creación audiovisual llega en su estado sublime. En un momento en donde Internet y la televisión tienen tanto impacto en el público joven pensamos que es muy importante ser firmes en este sentido. El SEFF apuesta por la cuestión formativa y por tener propuestas para un público de edades comprendida entre los ocho y los dieciséis años, con secciones propias para ellos. Es fundamental crear una nueva generación de cinéfilos, que la gente ame el cine. Sabemos que muchos jóvenes van a ir por primera vez a una sala de cine durante esta edición del SEFF, con lo cual es una gran responsabilidad. Ojalá que toda la pasión que nosotros tenemos por el cine podamos contagiarla a las nuevas generaciones.

Para concluir, no quería eludir la polémica que ha originado el cartel de María Cañas. ¿Cree que se ha sobredimensionado o había argumentos de peso para las críticas que se han vertido en redes sociales?

Se dio un debate complejo en redes, pero yo lo que sé es que cada vez que voy a los puntos del ‘Planea tu SEFF’ (puestos de información del Festival repartidos por toda la ciudad) me comentan los compañeros que existe una demanda de miles de personas que han solicitado el cartel para llevárselo a su casa. Esto es síntoma de que la imagen ha gustado. Estéticamente es muy bonito y me siento orgulloso de que Sevilla esté forrada con esta imagen. Por otro lado, la cuestión que no ha quedado muy clara es la del propio arte de María Cañas, para mí una de las mejores artistas europeas en la actualidad, que se caracteriza por el movimiento artístico de la apropiación, de la utilización de materiales ajenos para dotarlos de una interpretación diferente. Para quien no conocía a esta artista o a este arte es comprensible que al principio le resulte confuso. Al final, María Cañas se ha fortalecido con todo este asunto, al igual que el Festival, y las discusiones de Twitter son tan efímeras que se olvidan muy pronto.

2 comentarios en «Entrevista a Javier H. Estrada»

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