Entrevista a Jaume Ripoll

El próximo lunes, día 27 de junio, dará comienzo la sexta edición del Atlántida Film Fest, que finalizará un mes más tarde, el 27 de julio. Organizado por Filmin, se trata del mayor festival de cine online de pago, como aseguran sus promotores. Este año estrenan, además, sede física en Palma de Mallorca (del 27 de junio al 3 de julio) con diversas actividades de enorme interés.
El director del festival es Jaume Ripoll, una persona bastante popular dentro del mundillo del séptimo arte patrio. Cofundador y director editorial de Filmin, Ripoll es, también, profesor, productor y guionista. Resultaría extraño hablar con alguien de la industria cinematográfica española y que no sepa quién es este señor de 38 años, nacido en Mallorca pero residente en Barcelona desde hace muchos. A pocos días para que el festival arranque, le robamos unos minutos para que nos cuente sus impresiones, sus expectativas, nos explique un poco las novedades y, claro que sí, también hablar de películas, que es lo que nos gusta.
Este próximo lunes 27 de junio comienza una nueva edición del Atlántida Film Fest, fueron más de 150.000 espectadores los que tuvisteis en las cinco ediciones celebradas anteriormente, además, según decís, se trata del único festival en el mundo con el 100% de su programación disponible en Internet. Este año el catálogo es más extenso que nunca, hasta 60 títulos. ¿Cómo se plantea esta sexta edición, Jaume? ¿Cuáles son los pronósticos?
A nivel de espectadores no lo sé. Ojalá crezcamos, desde luego. La ambición está ahí. Es un festival que se encuentra en permanente transformación. Este año no solo tenemos la parte online, también añadimos una parte presencial, que será en Palma de Mallorca. Por tanto, el festival crece. Y también se redefine su línea editorial, su programación, siguiendo el principio que teníamos antes, es decir, películas inéditas en nuestro país, películas premiadas en festivales internacionales, pero en esta ocasión añadimos un componente más, y es que estas películas deben de responder o ayudarnos a entender mejor lo que no está pasando a nosotros como europeos, lo que le está pasando directamente a Europa.
En efecto. Luego quisiera centrarme en ese tema, pero me gustaría que nos contara antes un poco más sobre esta nueva sede física, en Palma de Mallorca, tu tierra. Allí se proyectarán 12 largometrajes, pero habrá también conferencias y conciertos. Además será todo gratuito, ¿verdad?
Exacto. El planteamiento de este año de la Atlántida es invitar al espectador a que amplíe el número de preguntas, a que las películas y conferencias que programamos les ayuden a responder algunos interrogantes que se están realizando sobre lo que nos está pasando hoy día como ciudadanos europeos. No es un festival estrictamente político pero sí un festival que analice un poco cómo estamos hoy día. De vocación humanista podríamos decir.
Lo de Palma lo hemos puesto gratuito precisamente para invitar a la gente a venir, a que pierda el miedo a acercarse a películas en versión original, películas europeas, películas que posiblemente desconozcan previamente, pues son películas que no se han estrenado en España y que por tanto el público mayoritario va a ciegas o casi a ciegas. Por eso el hecho de que sea gratuito, por eso el hecho de que sean proyecciones al aire libre, en entornos clave de la ciudad de Palma, y por eso añadimos a esta programación audiovisual dos componentes. Por un lado un espacio lúdico, musical, propio de verano, que serían los conciertos. Y por otro, una parte más de reflexión, que serían las conferencias. En las conferencias no solo traemos a los directores de las películas programadas, que también, sino que traemos a los principales expertos de política, periodismo, análisis internacional y de turismo que hay hoy en día en nuestro continente. Todos ellos vienen a Mallorca durante estos siete días para analizar los cuatro ejes sobre los que gira el festival: la memoria, la generación, las políticas y la gestión de fronteras.
Por otra parte, también contáis que será el primer festival de cine en todo el mundo que emita dos películas de manera simultánea en cines, Internet y televisión. ¿Se pueden adelantar cuáles serán esos dos títulos y explicarnos en qué consiste exactamente esta iniciativa?
Sí. Creemos que durante muchos años se ha discuto sobre la conveniencia o no de acortar ventanas o de multiplicar dispositivos. Nosotros creemos que en algunos casos, y este es uno de ellos, la suma de plataformas que tiene una película ayuda a multiplicar los espectadores. Y este año, gracias al apoyo de IB3, la televisión autonómica balear, será la primera vez que un festival de cine ofrezca dos películas de Sección Oficial simultáneamente, y son dos películas que creo son claves para entender lo que nos está pasando. Estas son Mediterranea, finalista del premio LUX europeo, una película muy interesante que analiza el tema de la inmigración, que está ambientada en Italia y que puede recordar a Haz lo que debas; y la otra es Bang Gang, que es una película controvertida, digamos que es la “Kids de los millennials”. Creo que son dos películas que ejemplifican perfectamente cuál es la vocación del festival y que sirven para poder llegar a un público masivo o mayor del que normalmente tienen los festivales de cine independiente e invitar a gente joven y de todas las edades para que se aproximen a estas películas. Y pueden hacerlo en su casa a través de la tele, en espacios de Palma o simplemente donde quieran a través de Internet.

He tenido ya la oportunidad de ver Mediterranea y me uno a la recomendación, entiendo que es una cinta de necesario visionado, y por otro lado, me apunto Bang Gang para verla. Pero vayamos a una cuestión que me interesa mucho. Con este nuevo modelo de festival se abren nuevos horizontes. ¿Así será el futuro de los festivales de cine, o serán compatibles todas las fórmulas? Es decir, ¿crees que tienen mucha vida las grandes salas de cine tal y como la conocemos hoy?
Sí. Yo creo que no debemos correr el riesgo de que con un entorno digital acabemos teniendo un pensamiento binario. No creo que todo sea ceros o unos, los buenos y los malos. Durante mucho tiempo se ha planteado este dilema entre Internet o las salas de cine. ¿Estamos condenados? No. Estamos conviviendo felizmente. ¿Se puede convivir mejor? Sin duda. Pero está claro que las salas de cine son necesarias, son imprescindibles, no solo para películas espectaculares sino para todo tipo de películas. Y hay ejemplos en nuestro país de salas que han conseguido con una programación arriesgada, personal, hacerse un hueco y sobrevivir en estos tiempos difíciles. Por tanto, creo que las salas de cine tienen un futuro muy bueno. Incluso el mundo físico del DVD o el Blu-ray puede seguir vendiéndose, porque hay gente que quieren tenerlos. Obviamente las televisiones, en sus diferentes formatos, también seguirán existiendo. Y también creo que Internet, desde luego, cada vez gana más peso en toda esta ecuación. Eso es incuestionable. Y no creo que el festival de cine pase a ser necesariamente online, de hecho no va a pasar. Ni que todos los festivales de cine vayan a tener un componente online tan marcado. Pero sí que creo, y es obvio, que el festival de cine está utilizando las herramientas de Internet para ampliar el alcance de su programación o de sus propuestas, y después hay festivales como el nuestro que lo que hace es deshacer el camino y acercarse al festival tradicional.
Y, ¿cuál crees que es el perfil del espectador del Atlántida Film Fest? ¿Cómo sería ese retrato?
Para este año el perfil es de la gente que le gusta más bien el cine independiente, el cine de autor. Básicamente ese es el perfil que teníamos. Con esta edición, nuestra voluntad es, además, ampliar los tipos de perfiles que se acercan a un festival, al incluir películas de temas políticos, documentales… Esa es nuestra idea, que todo aquel que, por ejemplo, esté leyendo una columna de opinión en El País, en el Diario de Sevilla, en La Vanguardia, o en eldiario.es pueda interesarse por la programación que tenemos, porque, de hecho, son películas que de alguna manera complementan aquello que están leyendo. O a aquella gente que ve Salvados o el programa de Ana Pastor luego pueden comprobar que hay películas en el Atlántida que sí les interesa. Creo que ese es el perfil de público al que debemos también llegar. No digo que sean excluyentes, porque, de hecho, son compatibles.
Quería retomar ahora el asunto de Europa, pues esa es la temática que habéis decidido para esta edición. Existe actualmente una crisis profundísima de la idea de Europa. Con lo cual, es un momento clave para un ciclo como este. De las crisis económicas que aún perduran hasta la importante crisis de refugiados que azota a la Unión, pasando por el crecimiento de las fuerzas radicales y populistas que emergen con fuerza en todos los países europeos, el problema interminable de la emigración, las deudas millonarias, el conflicto de intereses entre “países hermanos”, el Brexit… son muchas las dificultades que atravesamos en estos momentos. ¿Fueron estas las razones que os indujeron para centraros en Europa? Y, ¿qué crees que aporta en la actualidad el cine europeo en la identidad de Europa, en la idea de una gran nación conjunta para todos los ciudadanos europeos?
Es curioso. La decisión de llevar el festival Atlántida al terreno europeo, de centrarlo solo en esta idea europea, vino en el Festival de Sevilla. Estábamos el día de la inauguración escuchando a Ángeles González-Sinde e hizo un alegato magnífico sobre la necesidad de que el cine europeo utilice su papel para explicar mejor aquello que está pasando en Europa, y para reforzar la idea de la importancia de Europa ante la ciudadanía, ante el espectador. Yo creo que hay una cosa muy clara, y es la desafección marcada que existe entre la ciudadanía europea y la idea de Europa. Hay un desinterés muy claro entre la ciudadanía europea y el cine europeo. Nuestra intención es que esa desafección, ese desinterés disminuyan. Esa es nuestra vocación, nuestra voluntad. Tú lo has dicho, articulamos este festival sobre esos cuatro ejes: la política, con todo el tema que hay de la corrupción en las instituciones; las fronteras, con toda la problemática que existe no solo con los refugiados sirios, no solo con la inmigración norteafricana, también con las fronteras con Europa del Este y las fronteras que quiere modificar Rusia; la memoria, pues la falta de memoria es un ejemplo de cómo vuelven los populismos y vuelve sobre todo la extrema derecha en Europa; y la generación, la desafección total que hay entre la juventud y la política.
Existen en la programación muchas películas sobre la inmigración, sobre el drama de los refugiados, sobre guerras finalizadas y otras aún no concluidas, sobre el terror del totalitarismo, etcétera. Pero muy pocas de humor. ¿No se hacen películas de autor en el género de la comedia en Europa sobre la situación tan espinosa que atravesamos, o es que sí se hacen pero no son de gran calidad, no están a la altura del programa? Y por otro lado, ¿por qué este género es tan infravalorado normalmente en los festivales?
(Risas). Tienes toda la razón. Hay menos humor del que debería haber. Quizás Chevalier o Winwin son películas que tienen una parte de humor negro muy interesante, o Bittersweet Days que es una comedia romántica. Pero tienes razón, no sé por qué no hemos programado más, quizás no hemos visto las películas adecuadas. Pero es cierto también que hay menos humor del que debería en casi todos los festivales. Creo que con el cine de género como el suspense, o el thriller está pasando menos, pero a las comedias parece que les cuesta un poco alcanzar el estatus de obra importante.
Efectivamente. Es cierto que cada vez estamos viendo más cine de terror en los festivales de cine, pero la comedia se encuentra muy ausente aún.
De hecho cuando ves una película en un festival la abrazas como si fuese agua en el desierto. Y te ríes con todos sus gags aunque sean muy malos. En los mercados de los festivales, siempre se dice que tendemos a sobrevalorar las posibilidades económicas de las comedias, porque después de tantos dramas cuando ves una película de humor es como un rayo de luz.

El principal fondo de la cuestión en el cine europeo político o comprometido con su historia es el mismo desde hace casi un siglo. No olvidar el pasado para que no se vuelva a reproducir en el presente o en el futuro, y observar, como antes decíamos, qué fácil resulta que aparezcan fuerzas políticas totalitarias cuando el pueblo está demasiado descontento. Pero estamos viendo actualmente en la cinematografía europea que existen muchas maneras de contar nuestro pasado. Se intenta sorprender, ser original, se arriesga bastante con apuestas formales muy plausibles. Puedo citar dos títulos que se encuentran en la programación del Atlántida Film Fest. Por un lado, Comoara, del director rumano Corneliu Porumboiu, en donde se nos explica la historia de las últimas décadas en Rumanía a través de tres personajes en una finca y con un detector de metales. O esos documentales del ucraniano Sergei Loznitsa, como The Event, que nos hace sentir partícipes de grandes revoluciones, utilizando de forma virtuosa el material de archivo. ¿Tienes la percepción de que el espectador que no visiona tanto cine de autor y se encasilla con el convencional cine histórico o bélico ’made in Usa’ está comprendiendo cada vez mejor este tipo de propuestas?
Creo que no estamos consiguiendo que se acerquen a ellas. Pienso que si conseguimos que se haga, les parecerá tan satisfactoria como otro tipo de películas. Yo estoy convencido que la gente que está leyendo un libro sobre conflictos históricos, conflictos bélicos, cuando ven una película como The Event, a la que hacías referencia, o Chechenia: Guerra sin tregua, o Rabin, el último día por ejemplo, disfrutarán muchísimo. Porque aquello que le está dando un libro de quinientas o seiscientas páginas también se lo puede ofrecer estas películas de hora y media o dos horas. Y creo que estas películas son un ejemplo muy claro de que aún no han conseguido llegar a un público que le corresponde. Y deberían hacerlo. Ese es un enlace, un puente, que aún no hemos sido capaces de construir.
De los 60 títulos del Atlántida Film Fest 2016 hay hasta 25 estrenos absolutos en España, 2 candidatas al Oscar o 1 finalista a los premios LUX. Se trata de una muy cuidada e interesantísima programación. Títulos muy atractivos que han pasado por los grandes festivales del mundo como Cannes, Venecia o Berlín. ¿Cómo ha sido el camino para elaborar tan estupendo programa?
Bueno. Joan Sala y yo, que somos los dos programadores, una vez aceptamos la idea de que íbamos a centrar el festival en Europa y decidir los cuatro ejes que lo componían, concluimos descartar esa idea de Sección Oficial y secciones paralelas para hacerlo todo Sección Oficial. Y entonces fuimos buscando a aquellas películas que nos interesaban, con una especie de equilibro en donde la ficción y el documental estuviesen por partes iguales. Que no hubiese predominación de un género por otro. Y al final es una programación que construimos a lo largo de siete meses a partir de películas que vimos en diferentes festivales y que creímos que podían encajar en un festival como el nuestro. Y también hay otra cuestión, y es el hecho de los agentes de ventas o los productores de las películas acepten que su obra se va a estrenar en un festival por Internet. No lo olvidemos. Aquí existe una dificultad añadida que es la plataforma donde se comercializa. No hay problema para casi ningún agente de ventas del mundo para dejar que se estrene su película en un festival de cine, pero cuando le dices que es un festival por Internet, entonces todo cambia. Al principio era mucho más complicado que ahora, pero no deja de ser dificultoso el hecho este.
Se ha puesto también el énfasis por las óperas primas y por las películas dirigidas por mujeres. ¿Por qué razón?
Lo hemos hecho porque veníamos de la controversia de Cannes y de otros festivales donde mayoritariamente se programan películas dirigidas por hombres, aunque por ejemplo el premio FIPRESCI en Cannes lo ganó Toni Erdmann, la película de Maren Ade. Y creíamos que era interesante resaltarlo en la nota de prensa, es importante poner el foco en películas dirigidas tanto por hombres como por mujeres. En lo que se refiere al cine independiente hacen cine extraordinario por igual. Supongo que en Hollywood es más complicado, y salen muchas polémicas en relación a este tema, como la que salió el año pasado a raíz de Jurassic World. Pero en general el cine europeo independiente no creo que tenga ese problema ahora mismo. Y en cuanto a las óperas primas, hemos puesto el foco porque siempre el Atlántida ha tenido una parte dedicada a los directores noveles. Porque el origen del festival hace seis años fue dar a conocer las primeras o segundas películas de directores que no encontraban un espacio en las salas de cine. Y hoy creemos que sigue siendo muy importante.
Por último ya, díganos Jaume, algunos títulos de los 60 que quisiera recomendar a los lectores, que le haya gustado especialmente.
Es complicado entre 45 largos y 15 cortos. (Risas). Para empezar, The Childhood of a Leader, que es una de mis películas favoritas de este año.
Ah, pues coincido completamente contigo. A mí me encanta. Además es una ópera prima.
Sí. Es una obra maestra. Una película épica de la que se hablará durante muchos, muchos años. Entiendo que pueda provocar rechazos, pero tiene una ambición descomunal y una puesta en escena fascinante. Una genialidad. Pero aparte hay muchas otras que valen la pena. Yo recomendaría Brothers, que es una historia tipo Boyhood entre dos hermanos y que está rodada durante siete años, o Rabin, el último día, de la que he hablado antes y que me parece una versión del JFK del asesinato de Isaac Rabin realmente estremecedora. Y por ejemplo, tiene un valor muy interesante contraponer Los anarquistas, la película protagonizada por Tahar Rahim y Adèle Exarchopoulos, que analiza los atentados anarquistas que ocurrieron a finales del siglo XIX en París, con Objetivo: París, que disecciona los atentados terroristas en París a principios del siglo XXI. Es un viaje muy interesante de 120 años sobre distintos grupos terroristas en una misma ciudad. Y después otras propuestas como Chevalier, que es una película que sorprenderá a los que les gustaron Canino, o Toto y sus hermanas, una producción de HBO en Europa que es estremecedora, una de las películas más brutales que he visto en mucho tiempo, y que recomiendo absolutamente a todo el mundo.
Pues suena bastante interesante todo, Jaume. No nos perdemos este festival. Darte las gracias por concedernos estos minutos, y desearte toda la suerte para que discurra estupendamente el certamen, que siga creciendo año tras año y que podamos seguir comentándolo en el futuro.
Con vuestro apoyo estoy seguro que así será. Muchísimas gracias. ¡Un saludo!
Para más información os dejamos con la página web oficial del festival y el reportaje que le dedicamos en Mundo Crítica a esta sexta edición del Atlántida Film Fest.