Emperador
Lo más importante en un conflicto bélico no es la propia batalla en sí, sino las consecuencias de todas las decisiones tomadas y, sobre todo, los dilemas morales y la huella que dejan en la memoria colectiva de la población. La Segunda Guerra Mundial fue sin lugar a dudas uno de los acontecimientos que marcaron un antes y un después. Dicho conflicto supuso un punto y aparte para la historia de la humanidad, un punto de inflexión y un manual no escrito de cómo el hombre puede convertirse en la peor bestia de todas, dejando de lado la fraternidad, sumergiéndose en la violencia sin control.
El cine siempre se ha amparado en la historia para poder subsistir. Además de risas, superhéroes y ciencia ficción la historia y todos los hechos derivados de esta se convierten en la forma más fácil de llegar al público más maduro, conviertiéndose en una herramienta fundamental para dotar al espectador de un mayor nivel de conocimientos, sabiendo además transferir sentimientos inyectados en la conciencia colectiva del pueblo.
Películas como La Lista de Schindler (Steven Spielberg, 1993), Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979) o la, no menos impactante, Platoon (Oliver Stone, 1986) bien podrían entrar en el top 10 de las mejores películas de la historia con todo merecimiento. Obras tan redondas deben de contemplarse como modelos de referencia, no tan sólo por su realización técnica sino por todo lo demás, ofreciendo al espectador sentimientos elevados a la enésima potencia. Aún así, desde mi óptica, en los últimos tiempos quizás el cine bélico se esté quedando algo estancado, la temática de los filmes suponen meras repeticiones, estando la gran mayoría de tramas centradas en el papel de Estados Unidos en Vietnam o en la Segunda Guerra Mundial, siendo pocas las ocasiones en los que se muestran otras historias, igualmente importantes, de gran importancia y calado en el transcurrir de la historia contemporánea, como de la que trata Emperador.
En nuestra cinta todo gira entorno al estado de Japón después de la Segunda Guerra Mundial, mostrando claramente la cara B de la guerra, la devastación y la imagen de un país totalmente destruido, desolado. Tomando dicha ambientación como punto de partida, Emperador trata de mostrarnos el cambio en la mentalidad japonesa ante la actuación estadounidense, la investigación al Emperador Hirohito y su relación con el ataque a Pearl Harbor y, sobre todo, de qué forma Japón dejó de lado su honor ancestral e inició un proceso de reinicio, gracias al cual está hoy en la situación en la que está. Manteniendo tus ideales y limando tus errores la mejora puede ser más que exponencial.
Emperador resulta un trabajo eficaz y óptimo. Tanto la labor en la dirección como en el resto de parcelas artísticas el trabajo resulta profesional y correcto, siendo el apartado fotográfico el más sobresaliente de forma global. Los actores no destacan en exceso siendo, posiblemente, el actor protagonista Matthew Fox (Perdidos, 2004) el que ofrece una actuación más floja, teniendo una labor testimonial en el propio desarrollo del film; que junto a Tommy Lee Jones (Men in Black, 1997) son los grandes perjudicados, ante el correcto funcionamiento del resto de áreas. Se echa en falta un poco de más naturalidad en la interpretación y algo más de fluidez en el desarrollo (en algunas fases te puedes llegar a quedar sopa), más efervescencia y menos artificialidad.
Para concluir, sólo cabe decir que, aún siendo demasiado tibia en algunas ocasiones, Emperador supone una obra más que digna y suficiente, mejorable en el campo artístico pero inmejorable en su aspecto visual. Hay mejores películas históricas pero esta, al menos, no desentona.
Calificación: 6/10
Año: 2012
Duración: 98 minutos
Director: Peter Webber
Guion: David Klass, Vera Blasi
Música: Alex Heffes
Fotografía: Stuart Dryburgh
Reparto: Matthew Fox, Tommy Lee Jones, Kaori Momoi, Eriko Hatsune, Aaron Jackson, Toshiyuki Nishida, Takataro Kataoka, Masato Ibu, William Wallace, Nic Simpson, Isao Natshuyagi, Gareth Ruck, Masatoshi Nakamura, Shohei Hino
Productora: Krasnoff Foster Productions / Fellers Film