El videoclip del viernes
Beck Hansen (o lo que es lo mismo Bek David Hansen) es historia viva de la música, pese a quien le pese. Puede que no todo el mundo comprenda su rollo, que no lleguen a entender bien sus líricas o el acabado de sus instrumentales; pero es innegable, que independientemente de los gustos del público, hay que rendirse ante un artista integral como lo es este extraterrestre multiinstrumentista natural de Los Ángeles.
Él en sí mismo es parte de un producto que ha ido cambiando con el paso del tiempo. Lo que en un principio fue Folk, con aquel Golden Feelings del 93 (y con temazos low-fi -sucísimo eso sí- de la talla de «The fucked up blues» o «No money, no honey») o Mellow Gold en el 94, un álbum en el que se empezaba a notar la influencia del rock o el rap (véase el sencillo «Loser»), finalmente termino declinando en una vertiente algo más comercial sintetizando con maestría espectacular el rock más clásico, la electrónica más desgarbada, el hip-hop más vieja escuela o hasta incluso el nuevo funk (no el de Jay Kay pero con cierta esencia a este). Ahí es donde aparecen auténticos clasicazos como Odelay (1996) o Midnite Vultures (1999) que cuentan con cortes galácticos, legendarios, que aparecen en modo repeat en el ipod de tu cerebro como una pista que jamás termina. Ahí están los “Sexx Laws”, “Devils Haircut” o «Mixed Bizness» (por citar algunos), verdaderos himnos para los ahora treintañeros, gente que ha crecido en los 90 y que no contempla esa década sin citar la contribución elegante y excelente de un artista influenciado por muchos, que ha experimentado con casi todos los estilos musicales existentes saliendo vivo de todos ellos.
Hoy, centramos nuestro foco en «E-Pro», uno de los singles principales de uno de sus mejores lp de este segundo milenio, de nombre Guero (2005). Más rap, más electrónico y con una producción definida y sencillamente sobresaliente; este lp supuso un «back to the basics» genial para reavivar la llama perdida parcialmente con aquel Sea Change (2002). Fue un puñetazo en la mesa. Un golpe de timón perfecto y efectivo con el que el artista logró refrescar y continuar su trayectoria dejando atrás algunos pequeños baches anteriores. Aquí aparecen cortes como «Qué onda Güero” o incluso «Hell Yes», propuestas genialmente producidas finamente dirigidas al subconsciente del oyente medio y a la memoria del amante de su música.
Dinámico, electrizante y directo. «E-Pro» son 3 minutos acoj*nantes de buena música, totalmente impagables. Hansen es capaz de coger la base rítmica de “So’ Watcha Want” y convertirla en un viaje distinto, psicotrópico e ilógico hacía los límites de la locura medida. Con unas líricas y una entonación “made in 90’s”, una guitarra repetitiva pero potente y un bajo profundamente envolvente; el tema engancha. Se queda ahí. Como un eco permanente que zumba en tus oídos por siempre jamás. Legendario.
Dirigiendo el clip aparece Shynola, colectivo de artistas londinense curtido en mil batallas tanto en anuncios (Nike, Orange o Honda) como en videoclips (Radiohead, Coldplay…); que transforman la música en ondas, en líneas, que componen un vacío vectorial animado en el que Beck aparece como un monigote más entre bestias y esqueletos. Un Ghost & Goblins pero en realidad virtual.
Sin más, ahí la propuesta. Disfruten del show. Disfruten de Beck.