El videoclip del viernes

«Light nigga, dark nigga, faux nigga, real nigga
Rich nigga, poor nigga, house nigga, field nigga
Still nigga, still nigga
I like that second one
Light nigga, dark nigga, faux nigga, real nigga
Rich nigga, poor nigga, house nigga, field nigga
Still nigga, still nigga…«.

A nadie se le escapa que el rapero Jay-Z se las sabe absolutamente todas y que, si destaca por algo (además de por su incontestable talento artístico), es por su innata habilidad para hacer que hablen de él y, por ende, de su trabajo. Su capacidad para poner el dedo en la llaga y generar polémicas es casi insuperable; y decimos esto porque no se nos olvida que existe el inefable Kanye West, porque otro gallo cantaría de no ser así…

En esta ocasión, y nada más basta con leer las líneas iniciales de su tema The Story of O.Jel veterano MC ha decidido poner el foco junto a Mark Romanek en los problemas raciales que asolan a los Estados Unidos de «la Era Trump«; una cuestión que (quien lo diría) parece más candente que nunca y genera más tensiones de las que cabría desear.

Parece que muchos de los estereotipos que calaban en la sociedad de antaño siguen estando presentes, si no en su forma, al menos en su fondo. Los signos que acompañan a cualquier acto xenófobo en nuestra cultura moderna han mutado, pero en sus capas más profundas siguen estando ahí, dejando patente que este problema es uno de los escalones que el ser humano parece empeñado en no superar a pesar de la globalización del mundo o, quizás, por culpa de muchas de las fricciones que ésta produce.

Con esta cuestión de fondo el rapero norteamericano juega y fabrica un artilugio irónico en el que la acidez escuece y alerta a partes iguales. El recurso es tan directo como brillante y usa la parodia como instrumento didáctico, haciendo de la referencia un arma acusadora y convirtiendo la imagen en una especie de broma amarga. Jay-Z y Mark Romanek han sido tan poco sutiles como talentosos. Y en este caso es algo digno de alabar, ya que algunas conciencias solo despiertan a martillazos. Su canción y su videoclip nos vienen a recordar que aún tenemos cuentas pendientes y que, aunque algunas cuestiones parezcan ya cosa de tiempos remotos, persisten en nuestro subconsciente individual y cultural. En medio de esta denuncia cabe la reivindicación y también la auto-crítica. Y es que incluso dentro de las comunidades marginadas existen seres que marginan a sus semejantes. Por todo ello el de Nueva York, a colación de su polémico sencillo, planteaba la siguiente cuestión: «en relación a nuestra cultura, debemos plantearnos hacia dónde vamos a llevar esto».

Parece que la acción es el camino a seguir, pero quizás antes haya que hacer un examen profundo de conciencia. Os instamos a pulsar el play. Nuestro nuevo Videoclip del viernes invita al disfrute, pero también a la reflexión. Todos estamos invitados a pensar sobre el asunto. Incluso O.J. Simpson. ¿Verdad Mr. Shawn?

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