El videoclip del viernes
Han cambiado, pero siguen molando. Quizás a algunos, como a un servidor, les parezca que han decaido en la calidad de sus temas o en las frescura de sus primeras aportaciones; pero es innegable que siguen teniendo tirón. Y es que Tame Impala ha conseguido ganarse su posición en el panorama antes rock y ahora más pop a base de proporcionar temazos por doquier, pero, ¿a qué precio?
Lejos queda ya aquel formidable Innerspeaker, aquella inmejorable puesta en escena con aroma a nuevo que tanto flipó al público alternativo tiempo atrás; o su posterior versión más madura y definida llamada Lonerism, con menos originalidad pero con la misma fuerza e intenciones renovadas. Después de eso, algo cambió en el grupo. Kevin Parker empezó a transformar su estilo más McCartney en florituras vocales sosas, sensibleras y megatiernas; dejó de lado aquellos solos de guitarra, eliminó la pista de batería, y acto seguido llegó Currents.
Este último lp, aparece como un ente descremado para algunos e innovador para otros. Ya no hay psicodelia chavales y el espíritu latente de aquel trabajo original aparece poco; pero, vuelvo a repetir, hay otra sección del público a la que eso no le importa casi nada. Contemplan este último producto como otra dimensión en el sonido de la banda: una dimensión repleta de galaxias de sonidos básicos que vuelven «lo sintético» en «mínimo», primando «lo elemental» a «lo complejo» abusando de su vertiente más electrónica para regocijo de la gente más pop.
Hoy, ya semana 93 ni más ni menos, centramos nuestras miras en posiblemente el tema más potente de Currents. Se trata «The Less I Know The Better», quizás el corte más cercano a lo original y el más vanguardista y elegante. Una mezcla atractiva de psicodelia, pop y dinamismo potenciada por un videoclip que la hace brillar infinitamente. Si has visto «Bombay» de El Guincho, sabes quien es CANADA, colectivo de artistas afincados en Barcelona que atesoran un estilazo propio y una identidad del todo reconocibles. Aquí la psicodelia se funde con el erotismo con colores fríos, tenues, que salpimentan escenas morbosas y elegantes pasadas por el filtro de una Polaroid. Esa esencia añeja, cercana, sentimental, extraña y colorida que inunda los poros de un par de chavales de instituto que se sienten atraidos, únicamente molestados en su idilio por el verdadero protagonista del vídeo, el gorila Trevor.
Sin más aquí el vídeo. Disfruten del finde. Disfruten del show.