El videoclip del viernes
En nuestro nuevo Videoclip del viernes volvemos a la península ibérica, más concretamente a Valencia, territorio donde nos espera la música de Los Zigarros, una banda de Rock’nRoll que apuesta por los sonidos más genuinos del género y viene dando guerra desde el año 2011, cuando dos ex-miembros de Los Perros del Boogie (Ovidi y Álvaro Tormo) decidieron dar luz verde a su nuevo proyecto.
Con un estilo musical que remite a bandas de la talla de Los Rodríguez, Tequila o incluso al mítico Loquillo, estos valencianos fusionan con garbo y energía los aires del rock de finales de los 70′ y, sobre todo, las dos décadas posteriores, consiguiendo de esta forma marcar su territorio dentro de los límites que acotan el sabor más genuino y urbano. Siempre descarados y con un punto de insolencia, Los Zigarros hacen una música enfocada al disfrute directo; sus temas huelen a bares y asfalto, a vieja escuela, por lo que son toda una joya para los que disfrutan de sonidos puros y sin disfraz.
Su primer trabajo, de título homónimo, se publicó en el 2013 y está compuesto por 11 canciones que parecen empeñadas en demostrar aquello de que «los viejos rockeros nunca mueren» (o al menos, su sonido). Con la ayuda de un grande en la producción del género, el guitarrista y productor Carlos Raya, (quien ha dispuesto sus servicios para gente como Extremoduro) el debut de estos levantinos se ha convertido en una especie de agradable viaje al pasado que nos permite a disfrutar a su vez de la potencia y fuerza que la tecnología actual nos ofrece. Sin duda, todo un golpe en la mesa en una escena que a veces parece dormirse entre los auntocomplacientes laureles de algunos estándares Indie.
El tema que hemos querido elegir para esta ocasión ha sido «Hablar, hablar, hablar…»; y no solo porque sea un tema de esos de los que te enchufan en poco más de tres minutos, sino porque su videoclip viene dirigido por el cineasta español, Juanma Bajo Ulloa, quien es mayormente conocido por su inclasificable comedia, Airbag (1997). Las imágenes de éste conjugan con el desenfado del tema, por lo que el realizador logra un maridaje perfecto entre audio y vídeo, consiguiendo que nada desentone en el resultado final. La fórmula que propone es tan efectiva como sencilla: Planos típicos de «banda tocando», una chica y una curiosa transformación. Aunque bueno; quizás lo mejor sea que pulsen el play y empiecen a disfrutar del fin de semana dando pie a la primera canción de las muchas que seguramente vendrán.
Yo ya no me enrollo más, no seré yo el que peque ahora de «Hablar, hablar y hablar… para no decir nada».