El videoclip del viernes

Oasis_MC

Transmitir en la música no es tan sencillo. Muchos buscan trascender y convertirse rápidamente en mitos en este amplío universo sonoro; pero no todos lo consiguen. Lo realmente complicado no es crear un primer álbum espectacular y derrochar estilo y clase, lo más difícil es mantener tu posición en el tiempo y que las balas lanzadas por la competencia te rocen pero no te maten. El mensaje queda claro: define tu estilo, cree en él y adelante. Esa es tu principal baza, tu principal escudo. Haz que tu destino solo dependa de ti, haz que sea tuyo. Crea diferencias respecto al resto y gana.

Este viernes toca hablar de uno de esos grupos especiales, dinosaurios de la escena musical británica por siempre jamás y en parte pioneros del género conocido como Brit-Rock. Su nombre es Oasis y sus intenciones siempre han quedado claras: seguir la estela de The Beatles y trascender. Y es que los hermanos Gallagher siempre serán especiales, tanto por sus genuinas creaciones como por lo tormentoso de su relación. Su música ha supuesto para muchos un mundo nuevo, repleto de excepcional sonoridad y de una frescura genial; un timón al que agarrarse cuando los domingos lluviosos se extienden demasiado en el tiempo y las puertas de la soledad quedan ya demasiado atrás.

Hoy recordamos una de sus últimas y magníficas creaciones; su último gran tema antes de su desaparición: «The Shock of the Lightning». Perteneciente a su último trabajo Dig Out Your Soul (2008); el tema en particular y el lp en general hizo que volviéramos a creer en la magia del mundo, resultando una vuelta muy convincente a los orígenes de la banda después de los tropiezos de la última década, marcada por una pérdida de identidad notoria y progresiva. Con «The Shock of the Lighting» volvieron a ser ellos mismos, creando un aura magnética totalmente rompedora y conmovedora, muy en la línea de lo que supusieron en su época temas como «Acquiesce» (The Masterplan, 1998) o «Rock ‘n’ roll star» (Definitely Maybe, 1994). Todo aquí suena a clásico, a los 90, a viajes en furgoneta y a vaqueros rotos. Una despedida refrescante y emocional para dar paso a una separación de caminos presagiada casi desde el principio. Un bonito final para cerrar el círculo.

Julian House y Julian Gibbs se encargaron de la realización del clip, una obra fresca y visualmente impactante fundamentada en un collage de imágenes sucesivas; una pieza psicodélica, mágica y excelentemente ejecutada por un dúo de realizadores con dilatada experiencia en el campo audiovisual, habiendo trabajado para Primal Scream y The Prodigy entre otros.

Aquí se acaban las palabras y empieza la buena música. Hay que empezar el fin de semana con las mejores vibraciones posibles. Dale al play.

 

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