El videoclip del viernes
En el año 2005, James Ford y Jas Shaw formaron Simian Mobile Disco, un conjunto de música electrónica londinense que ha evolucionado profundamente a lo largo de los años siempre navegando por sonidos englobados en la música de baile en general. Famosos por usar principalmente material analógico en sus conciertos, el dúo ha demostrado siempre una personalidad inquieta en un panorama musical que normalmente está sujeto a demasiados patrones inamovibles. Pero no sólo sus instrumentos o la forma de ejecutar sus directos demuestra la arrolladora personalidad de estos británicos, su progresión sonora confirma que estos dos artistas siempre están en busca de nuevos terrenos sonoros en los que adentrarse.
Su álbum debut, Attack Decay Sustain Release (2007) resultó ser toda una sorpresa en el panorama de la música de baile y la electrónica en general. Con un estilo híbrido y fresquísimo, el primer trabajo de los ya reconocidos productores demostró que se puede hacer música con esencia house sin que sus patrones se repitan continuamente. El resultado, un compendio de éxitos incontestables como Hustler o Sleep Deprivation, temazos capaces de resucitar cualquier club sumido en la decadencia.
A partir de entonces el sonido de Simian Mobile Disco se quiso alejar poco a poco de su esencia de fábrica de hits instantáneos. Su sonido fue primeramente mutando hacia sonoridades de tintes más ochenteros y en ocasiones fríos, un estilo que terminaría de alejarse de las melodías accesibles de su Temporary Pleasure (2009) para situarse en los pantanos más inabarcables del house minimalista de laberintos intrincados. Como testimonios de dicho cambio quedan trabajos como Delicacies (2011), Unpatterns (2013) o su último largo, Whorl (2014), donde se hace totalmente patente que el inmovilismo no es una idea a tener en cuenta en la formación.
Nosotros, para poner el toque musical a este fin de semana, hemos decidido elegir uno de los temas de Delicacies, titulado Gizzard. Acompañado por un videoclip dirigido por Hans Lo y Kate Moross, disfrutaremos de una propuesta audiovisual que hace que pensemos que aquella frase de que existen otros mundos pero están en éste es al fin y al cabo real. Con un objetivo cercano, casi microscópico y una música que casi nos remite a una invasión alienigena, unos simples insectos acaban por parecernos seres de otro planeta. Absténganse los entomofóbicos, pues las imágenes del video podrían traerle más de una pesadilla poco agradable. Los demás, disfruten de una mirada a lo habitual llevada a los terrenos de lo fantástico. Y sobre todo, disfruten del fin de semana.