El videoclip del viernes

queens_of_the_stone_age_Iv_MC1Hay veces en las que el rock se aleja de la pomposidad y se sumerge en otros páramos más áridos. Abandona su formalidad para adentrarse en selvas de sonido, simples pero rotundas, primarias pero profundas; ahí es donde la música se convierte en bestia y donde las ondas transmitidas se convierten en alaridos, en gritos susurrantes, que se clavan dentro del cerebro para liberarlo de las cadenas que impone este mundo puto. Y después sólo queda claridad. Sólo queda un espacio vacío y limpio. Sólo queda tranquilidad y desierto. Mucho desierto.

Es la hora de abandonar lo popular y visitar otro estadio distinto, más auténtico y fiel a sus raíces. Volvemos a lo genuino, al carácter americano, a botas altas y espuelas afiladas; a miradas seguras de si mismas y al romanticismo sincero y primario. Si buscas sensaciones, no hay una mejor forma de llegar a ellas que utilizando una de las mejores vías posibles: El Stoner. Si buscas el mejor vehículo, apuesta por Queens of the Stone age.

Padres de un sonido rompedor y novedoso, evolución natural del sonido Kyuss, si por algo se caracteriza la banda desde sus inicios es por la reconstrucción continua de su estilo pasando desde el rock más clásico al rock industrial con una suavidad latente tanto en lo lírico como en lo instrumental. Han sido capaces de fusionar los ritmos pesados y crecientes al estilo Nine inch nails (o la propia Kyuss) , con la profundidad emocional de otras bandas como A perfect circle o la mismísima Tool; ofreciendo un producto final fresco y directo, exótico y sensible, pero del todo progresivo y potente. Son, digamos, un bofetón duro pero aterciopelado. Un susurro ruidoso.

Posiblemente, uno de sus mejores trabajos haya sido y será por siempre, Song for the deaf (2002), su tercer album de estudio; que tras, el increíble y premiado, Rated R (2000), sin duda alguna son los dos de los mejores lp en toda la trayectoria de la banda. Temazos como «No one knows» o «Gonna leave you»  se han llegado a convertir en señas de identidad para toda una generación anclada entre el pasado y el presente; gente que vive los 90 como si fuera hoy mismo, que sigue teniendo a Nirvana en el corazón y que sigue llevando el estandarte de «Yo soy de la generación Playstation» hasta el infinito y mas allá.

Hoy toca analizar otro de esos temas referencia, que junto a los dos nombrados con anterioridad, hicieron que la banda pusiera su nombre en letras de oro dentro del panorama rock de la última década: «Go with the flow». Inspirador, fresco, impactante y elegante; uno de los temas con más personalidad del grupo, en el que lujuria, sensualidad y romanticismo forman parte de un todo, creadores de una atmósfera sensible y electrizante. Puro rock supremo gente.

Su clip ayuda a potenciar más si cabe esa amalgama de sentimientos, esa mixtura de amor y sexo. Obra del colectivo de artistas ingleses Shynola (Gideon Baws, Chris Harding, Richard Kenworthy y Jason Groves) realizadores de vídeoclips para Beck (E-Pro), Radiohead (Pyramid Song) o de las secuencias de títulos de películas y series como Scott Pilgrim contra el mundo o The It crowd; las animaciones mostradas en el video rozan el sobresaliente, logrando una sincronización perfecta entre música e imagen. Consiguen dar una gran personalidad y espectacularidad al tema imprimiendo  dinamismo toma a toma, digno de las mejores road movies setenteras americanas; ayudando así a que el resultado final pivote entre el vértigo y la calma, entre la violencia y la tranquilidad más absoluta. Genial.

Si te gusta el rollo desértico y salvaje de Mad Max y la estética Sin City , estás de enhorabuena. Si no, nunca está de más probar alguna mierda nueva. Es hora de darle al Play y quemar ruedas. Disfruten del show. Buen fin de semana familia.

 

 

 

 

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