El videoclip del viernes
Seguimos con la música a tope, con los cascos al máximo volumen y con la reproducción continua en vena. Esta semana volvemos a la escena americana para darle duro a un grupo que todo el mundo conoce, y que ya sea positiva o negativamente no deja indiferente a nadie tanto por su propia estética como por lo pegadizo de sus temas. Si conoces el punk más noventero los conoces, si conoces el rock comercial de la última década también. Hoy toca hablar de Joe Armstrong & friends, es el turno de Green Day.
La música no solamente está reservada para artistas, para virtuosos. En muchas ocasiones el que gana no es el que mejor juega, sino el que sabe como venderse, como posicionarse; la estrategia es muy importante y los movimientos en el tablero es esencial. Eso es lo que diferencia a músicos de empresarios musicales: Vende bien tu mierda y triunfarás; en eso se basa el sueño americano.
Esa es la base de este negocio. Lo que para algunos se llama falta de personalidad, para otros se llama supervivencia, adaptación a los cambios en tu entorno. Cambiando la perspectiva de tus creaciones y pasando por el filtro de la juventud de una determinada época, tienes mucho ganado. Y en eso Green Day son unos cracks, unos maestros jedis en la venta de moto juvenil. En estos últimos veinte años, la banda ha sufrido una metamorfosis asombrosa pasando del punk más desgarbado y radical a un pastiche musical denominado por algunos pop-rock (pop con guitarritas); han pasado de ser los más alternativos del planeta a ser simplemente esclavos de justamente lo que odiaban en el pasado: Lo comercial; todo con el propósito de seguir ganando pasta por un tubo, sin importar cómo.
Una muestra más de ese cambio de rollo es el tema objeto del vídeo de esta semana ’21 Guns’, obra del realizador Marc Webb (The amazing Spiderman,2011). Director en auge, nueva promesa de la industria cinematográfica; nuevo en esto del cine, todo un clásico en la realización de videoclips ( desde el año 1997), Webb está de moda. Su buen hacer, sus conocimientos y sus tablas en este mundillo del videoclip hace que sus realizaciones alcancen algo más que el aprobado, destacando por la calidad en la propia imagen, lo delicadeza en la escenografía y la facilidad para plasmar sentimientos más allá del papel.
Sentimientos, amor, rabia y rebeldía: Bonnie & Clyde versión 2000, en eso se resume la propuesta, esa es la esencia de 21 guns. Una mezcla del amor juvenil más apasionado unido al vértigo que da el riesgo y todo lo que le rodea. Amor y acción a partes iguales.
Sin más, disfruten del show familia. Buen puente.