El único superviviente

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En el mes de octubre del año 2001, el Ejército estadounidense puso en marcha la llamada Operación Libertad Duradera, intervención militar que dio pie a la invasión de Afganistán y su correspondiente conflicto armado, el cual, como todos sabemos, aún prosigue en la actualidad.

Según el gobierno de los Estados Unidos, entonces bajo el mando de George W. Bush, el objetivo declarado era la captura de los principales cabecillas de la organización terrorista Al Qaeda y el derrocamiento del régimen Talibán afgano que supuestamente daba cobertura a ésta. Como justificación moral a dicha intervención, se argumentó que era necesaria una lucha global contra el terrorismo ya que, como había quedado demostrado en los terribles atentados del 11-S, cualquier país occidental podía ser golpeado por el fundamentalismo islámico. Desde entonces y tras más de una década de conflicto, el mundo tal y como lo conocíamos ha cambiado en gran medida, y así como aún arden las bombas en el país asiático y las distintas facciones luchan por imponerse, el debate político e intelectual sobre Afganistán sigue candente, adquiriendo, según el caso, distintas intensidades.

Hollywood, por supuesto, ha retratado el conflicto y sus consecuencias en numerosas ocasiones. Podemos recordar cintas como Brothers (Jim Sheridan , 2009), o Lions For Lambs (Robert Redford , 2007) en las que el discurso se hace crítico y áspero; o documentales como Camp Victory Afganistán de Carol Dysinger (2010) en el que se consigue que sea el espectador el que se haga las preguntas, más allá de llevarlo por el sendero de las respuestas. Pero por otro lado, como es lógico, otras cintas ensalzan el papel de los Estados Unidos en el conflicto, así como el sacrificio heroico de sus soldados. Es en esa corriente donde podemos situar  la película dirigida por Peter Berg, director que cuenta en su filmografía con algunos títulos bastante conocidos, véanse Very Bad Things,(1998) o Hancock (2008).

El único superviviente, (o Lone Survivor, 2013), es una especie de oda y elegía al soldado americano que se deja la piel en Afganistán, aunque para ser justos hay que decir que la película no dispara su doctrina a bocajarro. Pero sí que cabe señalar que puntualmente se capta un mensaje subyacente que parece querer recordarle sutilmente al espectador que hay quien es capaz de sacrificar una vida en pos de unos valores y unas libertades que luego todos disfrutamos plácidamente. Ni los minutos iniciales de la cinta, ni sus títulos de crédito finales se cortan al clamar que Estados Unidos también tiene sus mártires y sus héroes, por tanto hay quien se pudiera sentir molesto ante tanta propaganda pro-intervencionista, llegando a irritarse cuando le toque salir de la sala. Pero más allá de que se comparta o no el trasfondo ideológico, la película hay que comprenderla en sí misma como lo que es, pues la historia es una adaptación de las memorias de Marcus Luttrell, las cuales relatan sus experiencias como soldado en Afganistán.

Pero como ya se ha mencionado anteriormente, El único superviviente no es una película que nos acribille continuamente con un mensaje ideológico explícito más allá de su inicio y su final. La película de Peter Berg es más bien otra cosa. Es en esencia una película física en la que impera la adrenalina, los disparos y el frenesí de la batalla. De hecho su hilo argumental es tan simple como lo siguiente: varios marines a los que se les encomienda la misión de matar a un líder Talibán caen en una agónica emboscada, la cual les traerá fatales consecuencias.

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Y sí, adelanto el resultado porque el título en sí mismo ya es un spoiler. La cosa acaba mal, pero es que a Peter Berg no le importa revelarte la historia, él se sabe tan fuerte en lo técnico, que su apuesta es claramente por la acción pura y dura. Berg se crece y gana tantos a la hora de recrear la tensión y rodar con pulso firme la guerra, acierta al decidir llenar minutos y minutos de metraje de enfrentamiento y disparos; de hecho, es posible que quien vaya al cine buscando una película de acción que le meta de lleno en el campo de batalla, disfrute más del show que otro espectador que busque un tipo de cine más profundo. El único superviviente es una película para sufrirla, no para pensarla. Regala más pólvora que argumento, y eso sólo es bueno o malo dependiendo de lo que te pida el cuerpo al pasar por la taquilla.

En cuanto a los actores, nadie destaca, pues los personajes son tan planos que parece que se buscara la impersonalidad con el fin de que viésemos luchar y sufrir al uniforme de los SEAL cual símbolo y metáfora del ejército norteamericano al completo. Y aunque principalmente la película está sostenida por Mark Wahlberg,  Taylor Kitsch, Ben Foster y Emile Hirsch, ninguno tiene la oportunidad de ejercer más eficientemente de actor que de atleta, pues se pasan la mayoría del metraje saltando, corriendo y huyendo del asedio talibán, dejando poco lugar al diálogo.

En resumen, esto te va a gustar bastante más si eres de los que disfrutan como locos con los Shooters de la última generación de videojuegos. Peter Berg os ha regalado una película intensa, vistosa y bien rodada. Vas a salir de la sala esquivando disparos, pero cuidado, porque dudo mucho que tengas la resistencia cuasi titánica que Peter Berg confiere a los Seals.

Para todo lo demás, acuda a una tertulia mejor.

Calificación: 5/10

 
 

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Título original: Lone Survivor

Año: 2013

Duración: 121 min.

País: Estados Unidos

Director: Peter Berg

Guión: Peter Berg. (Libro: Marcus Luttrell)

Música: Steve Jablonsky

Fotografía: Tobias A. Schliessler

Reparto: Mark Wahlberg, Taylor Kitsch, Ben Foster, Emile Hirsch, Alexander Ludwig, Eric Bana, Jerry Ferrara, Scott Elrod, Yousuf Azami, Ali Suliman

Productora: Film 44 / Spikings Entertainment / Weed Road Pictures

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