El puente de los espías
Después de que el mundo entero temblase con los horrores de la Segunda Guerra Mundial y tras la derrota de la Alemania Nazi y el resto de las Potencias del Eje a manos del Bando Aliado, el mundo quedó dividido en dos nuevas facciones antagónicas que marcarían el devenir de las siguientes décadas con la pesada huella de lo que pasaría a denominarse como «Guerra Fría». Este nuevo conflicto no era más que una consecuencia lógica del panorama que se desprendía del nuevo orden mundial de posguerra; el de un escenario que, básicamente, se reducía a la lucha indirecta entre las dos grandes superpotencias que surgieron del bando vencedor: Los Estados Unidos (representante del Capitalismo) y la Unión Soviética (partidarios del Comunismo). Dichas naciones se disputarían durante aproximadamente medio siglo la oportunidad de imponer y expandir un sistema económico y político a lo largo y ancho del mundo. Aunque esta vez, debido en gran medida al devastador poder nuclear de ambas potencias, la guerra real y directa tomaría la geografía de los llamados «países satélites», pues los dos beligerantes de este inédito conflicto se tenían en realidad tanto odio como miedo.
Haciendo uso de una metáfora algo simplista, podría decirse que el planeta quedó dividido en dos partes irreconciliables entre las cuales se abriría un abismo casi insalvable. En este entorno, el espionaje militar tomó un papel primordial, pues era prácticamente la única forma de romper los muros levantados por ambas naciones. Este flujo de agentes infiltrados en busca de secretos de Estado y ciudadanos con doble identidad es el que sirve de base para la última película de Steven Spielberg, El puente de los espías (Bridge of Spies, 2015), una cinta que aprovecha todo ello para construir un relato que utiliza hechos reales y facturar un peculiar, tenso y efectivo thriller que nos recuerda que el genio de Ohio sigue en forma y es capaz de rendir en casi cualquier género a un nivel que muchos nuevos realizadores envidiarían.
Escrita por los hermanos Coen y Matt Charman, Bridge of Spies nos cuenta la historia de James Donovan (Tom Hanks), un íntegro y leal abogado norteamericano que se ve inesperadamente involucrado en una complicada misión a cargo de la C.I.A.: James debe negociar la liberación de un piloto estadounidense que ha caído en manos de los soviéticos, aunque dicha tarea se verá condicionada por el hecho de que los norteamericanos tengan por su parte a uno de los agentes rusos en prisión. La inevitable petición de intercambio entre ambos tendrá lugar en la inestable ciudad de Berlín, un punto geográfico que sirve de verdadera frontera física entre ambas naciones y que es la prueba palpable de que entre ambas facciones cada vez parecen existir menos puentes y proliferar más barreras.
Leyendo esta breve sinopsis puede parecer en principio que la nueva propuesta de Spielberg es una película más de espías al uso. Pero no. Spielberg siempre hace del canon algo excepcional y en esta ocasión ha conseguido filmar una brillante obra la cual, a pesar de poseer algunas características bastante peculiares y novedosas en su desarrollo (se intuye aquí la mano de los Coen), guarda un aroma a clásico inconfundible. Tanto es así, que resulta difícil no pensar en que el polifacético cineasta es uno de esos valiosos y cada vez más escasos eslabones que aún nos queda entre aquellas películas de hace décadas y las que se hacen ahora.
Más allá de que la simple mención de nombres como los que ya han salido con anterioridad a la palestra es una garantía, cuanto menos, de entretenimiento, siempre es de agradecer que aún queden directores que no renieguen de cuidar con mimo aquello que tiene que ver con el lenguaje más puramente cinematográfico. Y de esto (la experiencia es un grado), Spielberg sabe un montón. En una época en la que la tendencia general para construir un relato busca la sobreexplicación y en una industria que cada vez parece apoyarse más en la palabra como medio narrativo, nunca está de más reivindicar a aquellos realizadores que aún fían el peso de la trama al lenguaje puramente visual, aquel que al fin y al cabo es primario en este tipo de arte. Y sin que El puente de los espías sea una de las mejores obras del genio de La lista de Schindler o Tiburón, ésta sirve sin embargo para recordarnos la importancia de este tipo de cuestiones. Por tanto, estamos ante una de esas propuestas que guarda su principal baluarte en su marca personal y su esencia inimitable.
Aunque, la verdad, dejando de lado este tipo de aspectos técnicos y teóricos, hay que decir que sobre todo Bridge of Spies son dos horas de puro recreo cinéfilo. La interesante intriga judicial de la primera parte con su respectivo dilema ético da pie a una segunda mitad tensa, oscura y áspera que resulta difícil de olvidar gracias al efecto sobrecogedor de una ambientación medida al milímetro y unas interpretaciones magistrales. El pulso narrativo del director nunca decae y los giros de guión son constantes, aunque nunca innecesarios por lo que como resultado tenemos una obra que funciona como un reloj. Y es que Spielberg conoce todos los mecanismos que hacen que todo se sostenga en pie. No deja nada al azar y ni la partitura (de Thomas Newman) ni la fotografía (de Janusz Kaminski) desentonan. Si acaso lo único que chirría es ese patriotismo tan habitual en muchas de sus producciones que saca de las casillas a más de uno y que se plasma en algunos de los toques chovinistas que a veces salpican la producción. Pero más allá de todo ello, e incluso más allá de que se termine haciendo con la estatuilla de los Oscars en la categoría de Mejor Película, nos queda una producción que alcanza el notable sobradamente y guarda alguna gema especialmente llamativa como la sorprendente interpretación de Mark Rylance encarnando a ese hombre hierático y estoico al servicio de los servicios secretos rusos que es Rudolf Abel.
Dicen que en cualquier historia de espionaje hay que andar sobre todo atento a los detalles y el arte de Spielberg está repleto de ellos. Así que toca abstraerse, sumergirse de lleno en su propuesta y disfrutar. Que no os preocupen en exceso sus pequeños defectos. No merece la pena. De todas formas,,, preocuparse… ¿Eso ayudaría?
No se la pierdan.
Clasificación: 8/10
Título original: Bridge of Spies
Año: 2015
Duración: 135 min.
País: Estados Unidos
Director: Steven Spielberg
Guion: Matt Charman, Ethan Coen, Joel Coen
Música: Thomas Newman
Fotografía: Janusz Kaminski
Reparto: Tom Hanks, Mark Rylance, Amy Ryan, Scott Shepherd, Sebastian Koch, Billy Magnussen, Alan Alda, Jesse Plemons, Eve Hewson, Peter McRobbie, Austin Stowell, Domenick Lombardozzi, Michael Gaston
Productora: DreamWorks SKG / Fox 2000 Pictures