El protector
Debe haber algo en el cine de acción que impide al llamado sector intelectual hallar nada de valor en él, sin embargo, estas menospreciadas producciones que la mayoría de las veces tienen en sí mismas más amor al séptimo arte que el que destilan muchos dramas lacrimógenos y adaptaciones facilonas varias, por no mencionar a las películas ‘estimulantes’ de cada temporada. Ya que parece ser que el estimulo ha de que venir marcado por una etiqueta, pues bien, esto no es así, ni de lejos, ya que siendo así encontramos en ello más de sugestión que de estimulo, y a un servidor le estimula mucho más ver a Jason Statham haciendo gala de su conocimiento de las artes marciales que el pomposo último trabajo del bohemio-encantando-de-haberse-conocido de turno. Es más, creo que la diferencia entre un tipo de trabajo y otro está precisamente en eso, por un lado, en la honestidad y la acción pura, que definen a gente como Sam Peckinpah, Walter Hill, Shawn Ryan y en ocasiones el mismo Sylvester Stallone (responsable del guion), en muchas ocasiones la principal diferencia radica en que tienen algo que ofrecer, tangible y honesto, elementos focalizados cuyo espectro de interpretación puede ser igualmente valido, aunque no para los culturetas.
Seamos sinceros, por cada genialidad tipo Stalker de Tarkovsky hay un 98% de vendedores de humo, gente que cree que la visión distorsionada del tenue recuerdo de la abstracción que un día sufrieron tomando drogas en la zona de confort en la que viven es, no solo importante e inspirador, sino universal, y más aun, algo que regalar al mundo. Pues no. Ni de lejos.
Y es que esto precisamente trata El protector, de la honestidad en su sentido más amplio, y también de los que no lo permiten que le avasallen con métodos cuestionables, es un puñetazo en la cara de la falsa abstracción. En una de las primeras secuencias vemos como una niña pequeña golpea al matón de patio de recreo que todos hemos conocido, cuyos padres son también unos avasalladores, aunque en clave de cola de supermercado, y de eso seguro que todos sabemos algo también, sin embargo un hombre no se amilana, no, le enfrenta y en esto podemos ver (tal y como comenté anteriormente) la actitud imperialista de Estados Unidos o podemos ver como el cine honesto y verdadero planta cara al falso cine abstracto y su benévola y condescendiente consideración por los medios, sobre todo cinematográficos.
Las consecuencias de que la niña se defienda se magnifican gracias a los progenitores del abusón, y el padre de la niña, encarnado por Statham, tiene que tomar cartas en el asunto, tras lo ocurrido, vemos como se desencadenan una serie de acontecimientos que caen como fichas de dominó, que involucran desde criminales locales como pecados cometidos en el pasado (donde precisamente nuestro protagonista ha de pagar por sus deshonestidad pasada). El plantel de secundarios estan bien defendidos interpretativamente y no son tan maniqueos como cabría esperar y las escenas de acción están realmente bien rodadas, destacando como siempre la técnica de Jason Statham que recibe una buena replica en la figura de Frank Grillo. Encarnando al villano principal, tenemos a James Franco, el ecléctico actor compone un buen antagonista en esta cinta que comparte muchas claves con el western, y que se muestra como un estreno a destacar entre las habituales propuestas de este género.
Calificación: 6/10
Título original: Homefront
Año: 2013
Duración: 100 min.
País: Estados Unidos
Director: Gary Fleder
Guion: Sylvester Stallone (Novela: Chuck Logan)
Música: Mark Isham
Fotografía: Theo van de Sande
Reparto: Jason Statham, James Franco, Winona Ryder, Kate Bosworth, Frank Grillo,Rachelle Lefevre, Amin Joseph, Omar Benson Miller, Izabela Vidovic, Ritchie Montgomery
Productora: Millennium Films / Nu Image