El niño 44
Toda guerra finalmente deriva en caos. Familias rotas, ciudades destrozadas y un tono gris permanente puebla las calles abandonadas, desabastecidas temporalmente de todo sentimiento, de alma propia. Aunque no todo el mundo sufre por igual. Algunos aprovechan la coyuntura para mejorar su posición a costa del desorden y la fragilidad del pueblo llano. Son aquellos que se escudan en el deber para corromper y explotar su poder para, según ellos, defender los intereses del colectivo… pero a que precio. Y es que las facciones poco importan. De poco importa tu ideología si tu doctrina procesa en el débil odio y devastación. Los extremos son malos mire como se mire y abusar de otros es grave independientemente de tu color político.
En ese proceso de odio hacia la humanidad, y enmarcado en los efectos secundarios del proceso de reconstrucción tanto económico como social en la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial, aparece El niño 44, un verdadero reflejo de la crueldad y la debilidad humanas surgidas del cambio, de la transición y, sobre todo, de los problemas y miedos pasados. Un auténtico y profano viaje por la parte más gris del comunismo y por la realidad menos explotada de la Rusia de por aquel entonces.
A través de la visión de Leo Demidov (Tom Hardy), héroe de guerra y militar contrastado, en el pasado niño abandonado; la cinta recorre el sufrimiento de una sociedad castigada por el crimen pero totalmente alienada de ser libre para expresar su pesar ante dicha situación. Demidov ejerce aquí de estilete para la investigación, es el encargado de destapar un caso olvidado durante tiempo: el asesinato de 44 niños en el perímetro de Rostov y cercanías; un caso silenciado, archivado, olvidado adrede para tapar la incompetencia de un Estado frágil, anclado en los fallos del pasado, dominado por el militarismo extremo y la ausencia de remordimiento. Poco a poco, y tras sufrir en sus propias carnes el castigo en su búsqueda de la verdad, Demidov con la ayuda de su esposa (Noomi Rapace) se convertirá en la herramienta antisistema perfecta para destapar la verdad oculta por las altas esferas militares para así conseguir la paz consigo mismo, borrando las sombras nocivas del pasado para poder mirar al futuro.
De acción constante y formas precisas y definidas, la cinta de Daniel Espinosa (El invitado, 2012), se desenvuelve perfectamente en la acción y en el drama aportando calidad y suficiencia durante todo su recorrido apostando por un guion suficiente, unas actuaciones excelentes y una dirección más que contrastada. El trío protagonista, formado por Tom Hardy (Mad Max, 2015), Noomi Rapace (Millenium, 2009) y Joel Kinnaman (Robocop, 2014); ejecuta con excelencia su cometido transportándonos del estadio más triste al más enfermizo y cruel. Interpretaciones de quilates que mejoran el resultado final elevando la obra a niveles notables. Quizás su principal fisura aparezca en lo tibia que resulta en sus inicios o la poca importancia que adquieren los secundarios en la historia principal (Gary Oldman, Paddy Considine, Vincent Cassel) cuya labor podría haberse explotado infinitamente más. Eso es lo que aleja a la cinta de la excelencia, del sobresaliente. Más allá de eso, la ambientación y la historia resultan siempre interesantes no abandonando al espectador en el terrorífico mundo del aburrimiento y la desidia.
Si buscas ver algo distinto y fresco, El niño 44 es tu cinta. Nunca está de más volver a ver al incombustible Tom Hardy en acción y ver como se desenvuelve en el drama con la misma eficiencia que en el blockbuster. Totalmente recomendable.
Calificación: 6,5/10
Año: 2015
Duración: 137 min.
País: Estados Unidos
Director: Daniel Espinosa
Guión: Richard Price (Novela: Tom Rob Smith)
Música: Jon Ekstrand
Fotografía: Philippe Rousselot
Reparto: Tom Hardy, Noomi Rapace, Gary Oldman, Joel Kinnaman, Paddy Considine, Jason Clarke, Vincent Cassel, Fares Fares, Josef Altin, Nikolaj Lie Kaas, Sam Spruell
Productora: Summit Entertainment / Worldview Entertainment / Etalon Film