El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares
Es posible que Tim Burton esté atravesando una de las rachas menos brillantes de su larga filmografía. Quien esto firma se lo pasó bomba con Sombras tenebrosas y cree que Big Eyes y sobre todo Frankenweenie son dos cintas muy infravaloradas, pero no es menos cierto que hace años (¿nueve? ¿desde Sweeney Todd, quizá?) que el director de Batman no entrega una película que después todo el mundo recuerde.
Algunos se han apresurado a decir que esa película es El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares. Pero, ¿lo es de verdad? ¿Es Miss Peregrine esa vuelta de Burton al gran cine? Pues no cabe duda de que valores tiene de sobra para ellos. La historia es «burtoniana» a más no poder, la estética también, y hay que reconocerle al realizador esa capacidad que muy pocos tienen para hacer reconocibles sus películas, hasta el punto de que cueste imaginar a otro director detrás de la cámara. En esta ocasión, todo es reconocible: el nebuloso pueblo galés que nos hace pensar en Sleepy Hollow (1999), la gotiquísima mansión donde viven Miss Peregrine y los niños con poderes, el barco naufragado, los villanos de la función (más Bitelchús imposible) y sus peculiares e inquietantes gustos culinarios, los propios niños peculiares (algunos de ellos, de lo más siniestros, como Enoch y los gemelos)… todo nos suena a Burton, a ese estilo que él se ha fabricado y en el que es sin duda alguna el número 1. Además, la película es entretenida, se deja ver sin problemas y ofrece, como es habitual en el cine del director, un canto a la diferencia y a la belleza extraña, esa que no se ve a simple vista y que a menudo se esconde en ambientes sórdidos o aterradores.
Sin embargo, Miss Peregrine tiene varios problemas. Podríamos hablar de lo desaprovechadas que están Judi Dench (tener una actriz como ella para hacer lo que hace… en fin) o incluso Eva Green (una actriz que ha encajado perfectamente en el universo de Burton y que lleva años haciendo admirables esfuerzos por mostrar su enorme talento y no quedar encasillada en personajes de «guapa de la película» que su espectacular físico podría haber propiciado), a pesar de que su personaje da título a la película. Podríamos mencionar el cierto exceso que es el clímax final, donde todo se desmadra cosa mala. Pero sobre todo, hay que mencionar que la película dura 120 minutos casi exactos sin contar créditos, y no es hasta aproximadamente el 75 cuando empieza a desarrollarse la trama. Burton está tan fascinado con el mundo en el que viven Miss Peregrine y los niños que extiende en demasía la presentación de personajes y ambientes, y cuando le toca ponerse a desarrollar la trama principal le entran las prisas y le acaba saliendo… no diremos un churro, pero sí algo que no resulta especialmente memorable.
Por suerte, la energía de Asa Butterfield, la dulzura de Ella Purnell o el sentido del humor de Samuel L. Jackson sí son algo que recordar en esta, una obra menor de la filmografía de un director único del que seguimos esperando su mejor versión, aquella que mostró en Big Fish (2003) o las cintas mencionadas previamente en este comentario. Quizás la próxima vez.
Lo mejor: El despliegue de imaginación que hace.
Lo peor: Tarda demasiado en arrancar.
Calificación: 6,5/10
Título original: Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children
Año: 2016
Duración: 127 min.
País: Estados Unidos
Director: Tim Burton
Guión: Jane Goldman (Novela: Ransom Riggs)
Música: Matthew Margeson, Mike Higham
Fotografía: Bruno Delbonnel
Reparto: Asa Butterfield, Eva Green, Samuel L. Jackson, Terence Stamp, Judi Dench, Ella Purnell, Allison Janney, Rupert Everett, Kim Dickens, Chris O’Dowd, Finlay MacMillan, Milo Parker, Cameron Greco, O-Lan Jones, Justin Davies, Bomber Hurley-Smith, George Vricos, Andrew Fibkins, Bryson Powers, Jack Fibkins,Hayden Keeler-Stone, Lauren McCrostie
Productora: Chernin Entertainment / Tim Burton Productions